Íñigo Martínez: “Renuncié a la Eurocopa por ser honesto conmigo y con mis compañeros”
El central del Athletic y de la selección española relata los motivos de su ausencia en el último Europeo y analiza los errores defensivos contra la República Checa
Acaba de finalizar el entrenamiento de la selección española en las instalaciones del Servette a las afueras de Ginebra. Campechano, Íñigo Martínez (Ondárroa, 31 años) analiza sin tapujos los males defensivos y relata convencido que su decisión de renunciar a la pasada Eurocopa por no sentirse bien anímicamente le ha reforzado y le ha servido para pelear una plaza en el Mundial de Qatar.
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Acaba de finalizar el entrenamiento de la selección española en las instalaciones del Servette a las afueras de Ginebra. Campechano, Íñigo Martínez (Ondárroa, 31 años) analiza sin tapujos los males defensivos y relata convencido que su decisión de renunciar a la pasada Eurocopa por no sentirse bien anímicamente le ha reforzado y le ha servido para pelear una plaza en el Mundial de Qatar.
Pregunta. ¿En qué punto se dio cuenta de que lo que le afectaba era algo psicológico?
Respuesta. Llega un momento en el que uno ya se nota, incluso entrenado, que no está del todo contento. Por mi forma de ser soy el primero en llegar, me gusta hacer bromas y me lo paso bien. Y llega un punto, cuando quedan tres o cuatro jornadas de Liga, que sentía que no estaba al ciento por cien metido en mi trabajo. Me tocó jugar esos últimos partidos y la decisión fue complicada de tomar, pero creo que me hacía falta. Tenía que ser honesto conmigo mismo y con mis compañeros.
P. ¿Se comió solo el problema antes de exteriorizarlo?
R. Sí, me cuesta soltar y expresarme con esos temas en casa, de hecho, me costó comentarlo allí. Es mi forma de ser, de ver las cosas, igual avisándolo con más antelación hubiera podido solucionarlo antes, o igual no, quién sabe, pero como soy así... Siempre me lo guardo y me cuesta sacarlo. Así lo hice y después tomé la decisión que tomé y fue la correcta. De hecho, este año se ha visto a un Íñigo mejor y más despejado mentalmente.
P. ¿Se sintió liberado?
R. Sí, es una mochila que vas arrastrando poco a poco y que cada vez pesa más hasta que explota. Una vez que explotó, y tuve la opción de soltar y comunicar, me quité un buen peso de encima.
P. El entorno es fundamental en estos casos.
R. Ahí se ve quién está y cuenta contigo. En esas situaciones, es triste ver quién te valora y está a tu lado y quién no. Tuve cariño en los mensajes de mucha gente que se interesó por mí de verdad.
P. Tras el partido con la República Checa, a pesar de marcar el gol del empate se le percibió enrabietado.
R. Cuando el objetivo es ganar y ves cómo ha ido el partido sales del campo con un poco de disgusto en el cuerpo. Podíamos haber estado mejor, pero cada partido es un mundo. Hay veces que uno está mejor y otras peor, pero lo importante es no perder cuando no se puede ganar. Pudimos sacar un punto, confiamos plenamente en esta plantilla y en el cuerpo técnico y el objetivo ahora es ganar a Suiza.
P. ¿Qué es lo que no le gustó?
R. Hubo muchas facetas que pudimos resolver mejor, sobre todo a nivel defensivo. Cuando uno sabe que podía haber dado más y hacer las cosas mejor, no sale satisfecho.
P. ¿Se refiere a cómo los checos les ganaron la espalda?
R. Me refiero a que hubo situaciones en las que en vez de ir a tirar el fuera de juego podíamos haber replegado. En la línea de atrás podíamos haber estado un poco mejor de lo que estuvimos.
P. Dio la sensación de que los rivales les conocen mucho porque los checos buscaron hacerles daño a la espalda desde la primera jugada.
R. Ellos se metían todos en el área porque nosotros nos volcamos en su campo y se vio que a la mínima que robaban la pelota sabían perfectamente dónde y cómo haceros daño. No es fácil estar a 60 metros de tu portería y tener que correr para atrás, pero sabemos que nuestro fuerte es tener el balón. Nos costó generarles ocasiones, pero también es verdad que tuvimos algunas en las que la pelota no quiso entrar.
P. ¿Por la manera de jugar de la selección siente que los defensas tienen mucha presión porque tienen que jugar continuamente en el alambre?
R. Hoy es complicado ganarle a una selección, pero muchas veces lo ponemos nosotros mismos más complicado de lo que es. Contra los checos hubo unas cuantas situaciones en las que echándonos para atrás, en vez de tirar el fuera de juego, lo hubiésemos solucionado bastante mejor. El estilo nuestro es el de siempre y el que seguirá estando. Es cierto que dejamos muchos espacios a la espalda, pero también está nuestro portero para salvarnos de esas situaciones. Creo que si el equipo está bien, es muy complicado generarnos ocasiones.
P. Luis Enrique también dijo que la presión no funcionó en los goles tras las perdidas del balón que los originaron.
R. Cuando te generan ocasiones es porque desde arriba empezamos a presionar mal. Ellos nos sorprendieron con su salida de balón, no la esperábamos, eso nos descolocó un poco arriba y no supimos cómo presionar. Cuando íbamos fue tarde o mal y entonces se descolocó todo y no supimos, en ese momento, cómo contrarrestar esa salida de balón. Pero repito, aunque Carvajal sea el que rompe el fuera de juego, hay que decir que esa línea la deberíamos haber tirado para atrás y así lo hubiéramos evitado.
P. ¿Han intentado corregir ya esos fallos?
R. Si, siempre se habla de los errores, lo importante es cada uno asumir cuando está bien y cuando ha estado mal. Para eso venimos aquí, un día falla uno y otro día, otro.
P. El seleccionador dice que lo logrado por esta selección es de notable alto, pero que para ganar el Mundial tiene que ser de sobresaliente, ¿es en este tipo de errores, tanto en defensa como en ataque, donde está diferencia entre el notable y la excelencia que les exige?
R. Aquí el balón sale desde atrás, la labor de todos es atacar y defender y estos detalles son los que te marcan la diferencia y se vio, con errores graves nuestros, que el rival te genera problemas.
P. Marcelino dio un paso adelante en el tema de la presión e incluso de jugar desde atrás, ¿le cambia mucho respecto a Luis Enrique?
R. Cambia un poco, es verdad que Marcelino nos exigía que nos pusiéramos todos a sacar el balón, pero hay situaciones en las que no arriesgas tanto. Aquí hay mucho nivel, todos queremos jugarla, nuestro estilo es el de jugar desde tras y eso no lo vamos a cambiar.
P. ¿Le pide Luis Enrique que haga conducciones para dividir si el rival se mete muy atrás?
R. Nos lo pide a toda la línea defensiva para que se creen espacios y podamos filtrar balones para girarnos y atacar al rival.
P. ¿Dónde aprendió a tener ese timing en el salto de cabeza?
R. Es una de las cosas que siempre se me ha dado bien, de pequeño ya hacía muchos goles de cabeza. Me sale el instinto, soy capaz de, sin ser tan alto, llevarme muchas por arriba.
P. ¿Tenía algún referente?
R. Nunca he tenido uno claro, en aquella época Hierro y Puyol me gustaban, pero nunca he tenido un ídolo.
P. ¿Cómo lleva lo de jugar con otro central zurdo?
R. Hoy se normaliza todo, hasta hora se veía poco, cada vez se ve más. También se juega muchas veces con dos diestros.
P. ¿Cómo ve las elecciones del Athletic.
R. No soy socio y no puedo votar, pero lo que lo hagan pensarán en el club. Ojalá el que entre venga con ilusión porque el Athletic es diferente del resto.
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