El ciclismo saca pecho porque su reglamento antidopaje prohíbe las infiltraciones como las de Rafa Nadal
“Somos más estrictos y rigurosos que ningún otro deporte, y estamos orgullosos de ello”, recuerda David Lappartient, presidente de la UCI, que pide que se armonice el reglamento
Cuando Rafa Nadal habla del martirio de su pie izquierdo, del insondable dolor que le atribula cotidianamente, y recuerda cómo debió infiltrarse con un producto anestésico para jugar los últimos partidos de Roland Garros, el mundo le compadece, pero no el ciclismo, que grita trampa.
Al día siguiente de su 14º triunfo en París, varios ciclistas franceses, como Thibaut Pinot y ...
Cuando Rafa Nadal habla del martirio de su pie izquierdo, del insondable dolor que le atribula cotidianamente, y recuerda cómo debió infiltrarse con un producto anestésico para jugar los últimos partidos de Roland Garros, el mundo le compadece, pero no el ciclismo, que grita trampa.
Al día siguiente de su 14º triunfo en París, varios ciclistas franceses, como Thibaut Pinot y Guillaume Martin, lamentaron que lo que en el tenis y en los demás deportes está permitido y alentado por sus dirigentes, en el ciclismo esté prohibido, que la ley no sea igual para todos. “Si hubiera tenido un problema como el de Nadal, yo me tendría que haber retirado de la competición, y los demás ciclistas también”, declaró Martin en L’Équipe. Recordaba así que el ciclismo es el único deporte que prohíbe el tratamiento directo de las lesiones y los dolores con inyecciones y agujas. Y para igualar a los deportes no pedía más suavidad al reglamento antidopaje del ciclismo, sino mayor severidad al tenis y otros deportes, como el fútbol, el atletismo o el baloncesto, en los que deportistas lesionados compiten infiltrados con corticoides, analgésicos o anestésicos. La dificultad de distinguir el origen de los corticoides o de otro productos prohibidos llevó al ciclismo al prohibir unas inyecciones que, al aliviar el dolor, permiten que las lesiones se agraven.
Y ese mismo argumento lo repitió el presidente de la Unión Ciclista Internacional (UCI), el francés David Lappartient, quien, respondiendo a una pregunta de EL PAÍS, se declaró “orgulloso” del reglamento antidopaje de su deporte. “No soy yo quien para juzgar a la federación de tenis, pero el ciclismo es el deporte que más lejos llega en la defensa de la salud de sus deportistas y de una competición limpia, sin trampas”, dijo Lappartient durante un seminario en el que presentó los avances de su federación y de la Agencia Internacional de Controles (ITA) en la lucha contra el dopaje. “Lo que es posible en tenis no lo es en ciclismo porque somos más estrictos que nadie”.
Lappartient aprovechó para recordar que el ciclismo, el deporte más golpeado por el problema del dopaje y el que más obligado se vio a invertir para recuperar la credibilidad, es el único que prohíbe, en todas sus vías de administración, el analgésico Tramadol. “Lograremos que la Agencia Mundial Antidopaje prohíba el Tramadol en todos los deportes”, dijo, “pero aunque no lo consigamos, mantenemos la voluntad de prohibirlo, aunque seamos los únicos. La credibilidad que nos ha costado 10 años ganar la podemos perder en un minuto”.
El presidente de la UCI contó con el apoyo entusiasta de Benjamín Cohen, director general de la ITA, un organismo independiente puesto en marcha por el Comité Olímpico Internacional (COI) para hacerse cargo de los controles antidopaje de todos los deportes, aunque solo una quincena utiliza sus servicios. “Comprendo el resentimiento de los ciclistas, pero felicito a la UCI por su tolerancia cero”, dijo Cohen. “Un principio clave de la lucha antidopaje es el de armonizar la aplicación de la ley a todos los deportes. Que todos los deportes y todos los deportistas del mundo respondan ante la misma ley. No estaría mal que el tenis también nos pidiera a la ITA que nos ocupáramos de sus controles antidopaje”.
Puedes seguir a EL PAÍS Deportes en Facebook y Twitter, o apuntarte aquí para recibir nuestra newsletter semanal.