La Champions del fútbol regional: ocho clubes populares compiten por ser el mejor equipo de Europa

El valenciano Cuenca-Mestallistes disputa, junto con el United of Manchester y otros equipos de Italia, Holanda o Alemania, la primera Liga de Campeones de conjuntos modestos

Los jugadores del Cuenca y Lodigliani, con una pancarta con la leyenda "Haciendo amigos, no millonarios".Iván Zahinos

Mientras la industria del fútbol se prepara para vivir su gran acontecimiento anual, la final de la Champions, en las profundidades del sótano, siete pisos más abajo de la planta noble, ocho clubes europeos de categoría regional disputan su particular Champions del pueblo. La mayoría lo hace en campos alquilados, ante unos centenares de aficionados en el mejor de los casos y con jugadores que antes de calzarse las botas son panaderos y abogados; pero, igual que las es...

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Mientras la industria del fútbol se prepara para vivir su gran acontecimiento anual, la final de la Champions, en las profundidades del sótano, siete pisos más abajo de la planta noble, ocho clubes europeos de categoría regional disputan su particular Champions del pueblo. La mayoría lo hace en campos alquilados, ante unos centenares de aficionados en el mejor de los casos y con jugadores que antes de calzarse las botas son panaderos y abogados; pero, igual que las estrellas planetarias, ellos también llevan toda la temporada recorriéndose Europa y jugando entre semana para competir en partidos que son retransmitidos en streaming con doble narración (en inglés y el idioma local).

La osadía lleva el nombre de Fenix Trophy, un guiño al fútbol popular (ave fénix) que reivindica su sitio en tiempos de mercados globales. Y ahí participa un equipo valenciano, el Cuenca-Mestallistes, filial del conjunto che en la postguerra, que en dos años ha pasado de estar casi desahuciado, sin campo ni plantilla, a formar parte de este peculiar torneo. Los miércoles se monta en aviones para competir en Italia, Alemania o la República Checa, y el fin de semana pelea por no descender a la Segunda Regional, la última división. Como este conjunto, el resto de sus rivales continentales habita entre el sexto y el octavo escalón de su fútbol.

Son el Brera (Milán), el United of Manchester (escisión de los diablos rojos cuando la familia americana Glazer se hizo con la propiedad en 2005), el Zly (Varsovia), el DWS (Ámsterdam; allí jugaron Gullit y Rijkaard), el Lodigliani (Roma; escuadra por donde pasó Totti), el Prague Raptors (República Checa) y el Falke (separado del Hamburgo en 2014).

El atrevimiento, del que no se conocen precedentes, surgió de los dirigentes del Brera. “En la segunda ola de la covid, pensamos en ideas y sentimos que nuestra única diferencia en la ciudad con el Inter y el Milan eran las competiciones europeas”, explica Leonardo Aleotti, mandatario de este club fundado en 2000. Así que empezaron a mover hilos y el primer equipo con el que contactaron fue el Cuenca (originario de la calle Cuenca de Valencia), atraídos por su carácter popular y la figura de su presidente de honor, Mario Alberto Kempes. Y todo terminó de dispararse cuando el United of Manchester, el gran referente de este tipo de instituciones de base, aceptó unirse.

El equipo anfitrión asume casi todos los gastos del visitante y la retransmisión en ‘streaming’

“A partir de entonces, el efecto fue multiplicador”, apunta Vicent Chilet, directivo español y periodista deportivo. Aunque no valía cualquier equipo. Importaba su identidad, pero también otros factores. “El nivel deportivo tenía que ser parecido y estar en ciudades bien conectadas”, explica Chilet, una de las personas que rescató de la casi desaparición al tercer club en antigüedad de Valencia para convertirlo en una entidad de corte asamblearia.

Los jugadores del Cuenca, con la afición del Falke en Hamburgo.V. C.

Conjuntos de lugares accesibles para que los costes no se dispararan era una de las premisas, y motivo de uno de los episodios curiosos de esta aventura en las oficinas valencianas. “Antes de enfrentarnos al Falke, en Instagram empezamos a recibir mensajes de aficionados suyos para preguntarnos cuándo jugarían en España [las fechas se cuadran según la agenda laboral de los jugadores]. Yo respondí con inocencia cuál era la previsión y a los 10 minutos me llama su presidente para decirme que no lo tenía que haber desvelado porque los hinchas iban a copar las plazas de avión y el viaje del equipo se encarecería”, cuenta asombrado Chilet. “Es que en España clubes como el nuestro lo tienen difícil para echar raíces entre la gente, solo interesan los grandes, pero esto no ocurre en otras partes. El Falke trajo 100 personas con bengalas incluidas y el United desplazó a 400 a Polonia”, advierte el directivo español.

No sobra el dinero en esta Champions de los humildes, así que una de las normas es que el anfitrión se hace cargo de todo el viaje del visitante, salvo el traslado, y además asume la retransmisión por YouTube (el pico de audiencia ha llegado a los 6.000 pinchazos con el United). “A nosotros nos ha costado 14.500 euros, que hemos cubierto con dos subvenciones del Ayuntamiento, cuotas de socios [unos 120], rifas, algún patrocinador… Porque la entrada en nuestro campo es gratis”, detalla Vicent Chilet.

El torneo tiene el beneplácito de la UEFA y el objetivo es incluir más equipos y más países

Divididos en la primera fase del torneo en dos grupos de cuatro equipos, con partidos a doble vuelta, por el camino tuvieron que improvisar un código disciplinario después de que dos jugadores del Lodigliani fueran expulsados contra el Cuenca, y los efectos de la pandemia obligaron a suspender todos los partidos de la ronda inicial del DWS neerlandés. Con quien no hubo sustos fue con la UEFA, fiscalizadora de todo. “A través de la Federación Italiana, contactamos con ellos para que tuvieran noticias del torneo. Sobre todo, porque el United of Manchester, aunque aún no está en categoría profesional, es bastante conocido”, señala Vicent Chilet. En este caso, su presidente, Aleksander Ceferin, no puso inconvenientes.

La experiencia ha ido tan bien que ya piensan en crecer. “En el futuro cambiaremos a un formato eliminatorio para incluir más equipos de más países”, adelanta el impulsor Aleotti. Sobre la mesa está la posibilidad de llegar a medio plazo a 32 conjuntos, y ya para la próxima temporada podría unirse otro español, aunque nadie quiso adelantar nombres. De momento, el 10 de junio, en Rímini (Italia), en la costa adriática, se celebrará la fase final. El Lodigliani y United of Manchester son los grandes favoritos del primer título de esta Champions del fútbol regional europeo.

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