La gloria tan cerca y tan lejos, a la heroica del Madrid le faltó un punto ante el Efes
Los 23 puntos de Vasilije Micic hicieron daño, pero más lo hizo su lectura de juego y lo que el base serbio genera para sus compañeros
Tan cerca y a la vez tan lejos. Un punto, en una final que no tuvo muchos, fue lo que separó al Real Madrid de un título que podría haber levantado con merecimiento en una de las finales más complicadas de alcanzar de la trayectoria de los últimos años. Si algo tiene el Real Madrid, al margen de historia y ADN, es orgullo y con él como bandera llegó hasta el partido definitivo y estuvo cerca del título casi hasta el último segundo. No pudo...
Tan cerca y a la vez tan lejos. Un punto, en una final que no tuvo muchos, fue lo que separó al Real Madrid de un título que podría haber levantado con merecimiento en una de las finales más complicadas de alcanzar de la trayectoria de los últimos años. Si algo tiene el Real Madrid, al margen de historia y ADN, es orgullo y con él como bandera llegó hasta el partido definitivo y estuvo cerca del título casi hasta el último segundo. No pudo ser porque enfrente se topó con otro equipazo que también tiene, además de tremendas individualidades, ese particular gen ganador, y que supo dar con la inspiración en los últimos instantes para atar la victoria.
Seguramente le favoreció que el Real Madrid no tuvo su día desde esa línea de tres puntos, esa que tantas alegrías le ha dado otras veces, y a falta de ese acierto no encontró otras soluciones ofensivas. Solo Tavares, sobre todo en el primer cuarto, y Llull, que siempre está por más que muchos se empeñen en minimizarle, supieron remar cómodos a contracorriente en un partido de ‘colmillo’ en el que no lucieron tanto los ataques como las defensas.
Quizás podría haber sido distinto si hubiera llegado una mayor aportación de un Yabusele que venía siendo fundamental para el ataque del equipo de Laso, pero con el que no se pudieron aprovechar las ventajas en el pick and roll ni encontrar los espacios que te da en esos días en los que desde el 6,75 la canasta abre sus puertas de par en par.
En un partido claramente defensivo, en el que los porcentajes son malos, al menos para lo habitual en estos conjuntos, acaban decidiendo detalles y el más listo —o el que más jugadores tenía para manejar esa situación— fue Efes, que se las apañó para que su rival no tocara el balón en ataque en el último medio minuto y se acabó llevando el gato al agua.
Los 23 puntos de Micic hicieron daño, pero más lo hizo su lectura de juego y lo que genera para sus compañeros. Ahí, en ese apretado final, encontró a Pleiss como gran aliado con puntos, rebotes y una seguridad fundamental. Veremos si el talentoso serbio sigue dejando su firma en el Viejo Continente o da el salto a la NBA, porque es imposible que no le lleguen esos cantos de sirena.
Dicen que las finales las ganan las defensas y también en duelos tan definitivos como comentábamos, esa lectura de juego que aportó Micic es clave, y ahí el Madrid tenía una seria desventaja porque nadie puede olvidar que le tocó afrontar esta final mermadísimo en cuanto a directores de juego.
Sin Goss, que además podría haber ayudado mucho por sus características físicas y su corte defensivo, sin Aloncén, sin Heurtel… Y aun así, a un punto. Al final, unos pequeños detalles, el talento y ese poco de fortuna siempre necesario acabaron siendo definitivos en una final repleta de tensión y con emociones a flor de piel. Un partido en el que merece una mención especial Rudy Fernández, el hombre que pase lo que pase, siempre está. Él no habrá podido levantar este trofeo que seguramente tenía un significado tremendamente especial [perdió a su padre hace ocho días], pero es un competidor inigualable. Felicidades al Efes por el back to back (títulos consecutivos) de la Euroliga.
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