Confirmado el descenso, el Levante se asoma al precipicio de Segunda en plena crisis institucional
El equipo granota, que debe ingresar al menos 10,5 millones de euros para cuadrar sus cuentas, se enfrenta a un futuro incierto en el que el presidente Quico Catalán y el entrenador Alessio Lisci podrían dejar sus cargos
La desesperada aventura del Levante por alcanzar la playa de la permanencia se acabó con una paliza rotunda en el Santiago Bernabéu. El pelotón de Alessio Lisci capituló en la primera mitad ante un Madrid sin amarras que atacó en oleadas y barrió sin oposición las líneas granota hasta abrir un boquete de cuatro goles antes del descanso. El club paga con el descenso una planificación deportiva negligente a cargo de su presidente, Quico Catalán, que ha fulminado a dos entrenadores, Paco López y Javier...
La desesperada aventura del Levante por alcanzar la playa de la permanencia se acabó con una paliza rotunda en el Santiago Bernabéu. El pelotón de Alessio Lisci capituló en la primera mitad ante un Madrid sin amarras que atacó en oleadas y barrió sin oposición las líneas granota hasta abrir un boquete de cuatro goles antes del descanso. El club paga con el descenso una planificación deportiva negligente a cargo de su presidente, Quico Catalán, que ha fulminado a dos entrenadores, Paco López y Javier Pereira, y un director deportivo, Manolo Salvador, además de entregar el equipo al técnico novel Alessio Lisci.
El club de Orriols se despide de primera división tras cinco temporadas seguidas en la máxima categoría. Ahora se enfrenta a un futuro incierto donde, pese a que va a recibir dinero por el fondo de compensación de LaLiga por el descenso, tiene que vender activos. Esto es, futbolistas, por valor de 10,5 millones de euros antes del 1 de julio, según las cifras que aprobó el club en la junta general del 22 de diciembre. El ejercicio anterior lo cerró con unas pérdidas de 23 millones de euros que lo obligaban, incluso si permanecían en primera, a vender por esos 10,5 millones.
El descenso precipita esa urgencia. Cualquier jugador de la plantilla es susceptible de ser traspasado si el mercado, dormido por la pandemia los dos últimos veranos, ofrece una buena cantidad. Sucede, en cambio, que con los dos pies en segunda las ofertas serán a la baja. Campaña, Bardhi y Jorge De Frutos están los primeros en la lista de salidas. Roger Martí y Morales tendrán pretendientes, pero con ellos el club podrá explotar la vertiente emocional y la vinculación a las barras azulgranas. Los dos porteros, Cárdenas y Aitor, también están en el escaparate.
El pasado verano, el presidente del club, Quico Catalán, descartó vender a De Frutos por una oferta que rondaba los 10 millones de euros. En este caso, el 50% de los derechos económicos del jugador pertenecen al Real Madrid, situación que repercute negativamente en la cantidad que pueda percibir el club. El verano anterior, Catalán encareció el precio a los clubes interesados en José Campaña, demandando una cifra cercana a los 15 millones de euros, la mitad de su cláusula de rescisión de 30 millones de euros. La estrategia de no vender a bajo coste en anteriores mercados para revalorizar activos durante esta temporada se ha venido abajo con el descenso, que convierte a estos jugadores en una ganga para la próxima ventana estival.
Con el descenso consumado, los focos apuntan a Quico Catalán, que la primera semana de enero anunció en rueda de prensa que a final de temporada pondrá su cargo a disposición de la Fundación del club. “Por responsabilidad no me puedo ir ahora mismo ni mañana, pero sí puedo irme a final de temporada”, declaró Catalán. El presidente adelantó que “en junio” se sometería “a un examen” para conocer “si el levantinismo respalda este proyecto”. “He trasladado al Consejo que, a final de temporada, pase lo que pase, pondré mi cargo a disposición de la Fundación. Y procederemos de la forma que se tenga que proceder”. El presidente no explicó en qué consistiría ese examen, pero controla la Fundación, máximo accionista de la entidad, que aprobó días atrás con el rodillo de las acciones las peores cuentas de la etapa de Catalán como dirigente en Orriols. Esa circunstancia restó entonces credibilidad a su discurso.
La responsabilidad en la planificación deportiva recae en Felipe Miñambres, el director deportivo que firmó Catalán después de despedir el 29 de noviembre a Manolo Salvador y David Navarro. Felipe lleva semanas trabajando con el horizonte de un descenso. Su primer encargo será decidir el entrenador. “Me veo totalmente preparado para devolver al Levante a primera en caso de descenso”, se postuló Alessio Lisci el miércoles. Felipe podría optar, en cambio, por técnicos con más experiencia. El italiano ha logrado veintidós puntos en los veintiún partidos que lleva y con él se han conseguido las seis victorias del curso.
Puedes seguir a EL PAÍS Deportes en Facebook y Twitter, o apuntarte aquí para recibir nuestra newsletter semanal.