De Bruyne hace de Haaland y el Manchester City se sitúa al filo de ganar la Premier
Cuatro goles del astro belga le dan el triunfo al equipo de Guardiola en el campo del Wolverhampton a falta de dos jornadas
Erling Haaland aterriza mientras Kevin De Bruyne despega para explicarle al mundo que si el Manchester City necesita referentes sobre el verde ahí está él para tomar el liderazgo del equipo. Tres goles en 23 minutos y un cuarto justo antes de la hora de juego solventaron para el equipo de Pep Guardiola una visita a Wolverhampton que se presumía incómoda, pero que se solventó con un rodillo (1-5), el ...
Erling Haaland aterriza mientras Kevin De Bruyne despega para explicarle al mundo que si el Manchester City necesita referentes sobre el verde ahí está él para tomar el liderazgo del equipo. Tres goles en 23 minutos y un cuarto justo antes de la hora de juego solventaron para el equipo de Pep Guardiola una visita a Wolverhampton que se presumía incómoda, pero que se solventó con un rodillo (1-5), el del equipo que se acerca a su cuarta Premier en cinco años. El City se desplaza el domingo al feudo del West Ham. Y podría ser campeón el próximo martes siempre que el Liverpool no iguale, al menos, en su visita a Southampton lo que hubiese hecho el vigente campeón en Londres. Apenas una sombra oscureció la exhibición en el Molineux Stadium, una lesión de Aymeric Laporte, que se fue dañado en la rodilla derecha tras un choque con Raúl Jiménez. El delantero mexicano cayó sobre la rodilla del internacional español, que se hiperextendió, jugó cinco minutos más, pero solicitó el cambio.
El Manchester City luce como un campeón, pero entre todas las estrellas el máximo fulgor es el del futbolista mejor pagado de la plantilla, ahora que en el City se habla de dinero y del salario de Haaland. Todo apunta a que el contrato del astro noruego no estará por encima del que tiene el tímido (fuera del campo) De Bruyne, que se mueve por encima de las 400.000 libras semanales, un equivalente próximo a los 25 millones de euros anuales. Sólo Cristiano Ronaldo cobra más esta temporada en la Premier.
El belga fue uno de los futbolistas del plantel que quedaron más tocados tras la debacle de Madrid. SI el City tiene una cuenta pendiente con la Champions, él siente que todavía debe algo más, frustrado como se quedó tras la lesión que sufrió en la final de Oporto contra el Chelsea. Aquella noche se marchó entre lágrimas del césped de O Dragao y la revancha que aguardaba un año se esfumó en el Bernabéu con dos goles que llegaron cuando ya había sido sustituido, después de que llegase al partido entre algodones.
De regreso a la Premier, De Bruyne es más diferencial que nunca. En Wolverhampton se adueñó del partido. Tomó la batuta y marcó goles de todos los colores. En los dos primeros ganó el espacio como el mejor de los llegadores. Y definió con precisión, zurda o diestra, no importa cual. En ambas tenía la mirilla ajustada. Entre medias los Wolves, que fueron un pelele tras el balón en la primera parte, encontraron una contra para sellar un momentáneo empate, un pecado de un City desplegado y algo perezoso para recogerse. Pero De Bruyne regresó para firmar el hat trick con un gol que salió de la nada, de un saque de banda y una diagonal en la que volvió a darle lustre a la zurda para cruzar la pelota hacia la red, allí donde antaño estaba el hierro. A esa altura, mediada la primera parte, el City había marcado tres goles a partir de una posesión del 84%.
El partido, en cierto modo, se relajó. Lo hizo también De Bruyne, que transitó de la exuberancia a la excelencia. Marcó el cuarto, estuvo cerca de donde se coció el quinto, firmado por Sterling, y pudo irse con el repóker con un disparo al palo cuando moría el partido. Los Wolves, laminados, se plegaron. El calendario les deparó que dos de sus tres últimos rivales sean City y Liverpool. Aspiran a la séptima plaza y entrar a través de ella a la Conference League europea. No lo tienen sencillo con cinco puntos que remontarle al West Ham, el próximo rival del equipo de Guardiola. El Manchester City marcó 25 goles en los últimos siete partidos y a dos del final luce una ventaja de ocho tantos en el golaverage general respecto al Liverpool. El esfuerzo va camino de garantizarle un comodín en caso de empate a puntos, de manera que ni siquiera una eventual derrota contra el West Ham le alejaría de depender de sí mismo en la jornada final, con un duelo ante el Aston Villa mientras los reds reciben a los Wolves
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