El Liverpool golea al United y Anfield homenajea a Cristiano
El equipo de Klopp desmantela en cinco minutos a su rival (4-0) y el estadio rinde tributo al portugués tras el fallecimiento de un hijo
El primer discípulo de la escuela alemana de la presión tras pérdida, Jürgen Klopp, se enfrentó al maestro Ralf Rangnick, autoproclamado inventor del gegenpressing. El evento, aderezado con notas folclóricas y mediáticas, se produjo en el marco del Liverpool-Manchester United. El viejo clásico inglés se inscribió en plena batalla por ...
El primer discípulo de la escuela alemana de la presión tras pérdida, Jürgen Klopp, se enfrentó al maestro Ralf Rangnick, autoproclamado inventor del gegenpressing. El evento, aderezado con notas folclóricas y mediáticas, se produjo en el marco del Liverpool-Manchester United. El viejo clásico inglés se inscribió en plena batalla por la Premier, cuando quedan seis jornadas para la conclusión. El juego y el resultado favorecieron holgadamente (4-0) a Klopp. El Liverpool se elevó al liderato provisional con 76 puntos, dos más que el Manchester City a falta de que el equipo de Guardiola dirima su partido este miércoles contra el Brighton. El encuentro sirvió también para que Anfield rindiera un homenaje a Cristiano Ronaldo, ausente del choque por el reciente fallecimiento de un hijo.
“Ha sido humillante”, confesó Rangnick tras el partido. “Pero no estamos para más”. La goleada provocó una ola de indignación entre los hinchas y los veteranos del United, que se muestran resignados a perder el acceso a las cuatro plazas de la Champions, ocupadas ahora por Liverpool, City, Chelsea y Tottenham, con el tapón que supone el Arsenal en la quinta posición, igualado a puntos con el United pero con dos partidos menos disputados. “¡Este no es el club en el que yo jugué!”, protestó Roy Keane en la cadena Sky. “¡Este equipo no tiene nada que ofrecer!”, se quejó Gary Neville.
El problema del United, al revés de lo que cree Kane, es que sigue siendo el mismo club que hace 30 años. El fútbol siguió su curso, de la mano de tendencias españolas y alemanas, y el United permaneció anclado en los años 90. Su política deportiva lo denuncia. El contraste se ha reflejado con regularidad en todos los órdenes de la competición. El duelo que midió en Anfield a los equipos con más aficiones de las Islas Británicas, este martes, no fue una excepción. El United se descompuso al ritmo alegre que dictó el Liverpool. La operación fue indolora por rápida. A los tres minutos de partido Paul Pogba cojeaba. La lesión del mediocampista destrozó el plan de Rangnick, que había basado toda su táctica en la marca agresiva al hombre. Pogba tenía que tapar a Thiago Alcántara. Sin vigilante que lo persiga, Thiago comenzó su recital de pases serenos y profundos.
Liberado por la cojera de su pareja oponente, Thiago ayudó a Alisson a salir desde la portería y la jugada progresó al mediocampo en pleno desconcierto de la defensa visitante, que tras intentar subir a achicar espacios se desajustó a cada pase rival. Matic no alcanzó a tapar a Henderson, y de la combinación del volante con Alexander Arnold la pelota cayó a los pies de Sadio Mané. En estos días, una pelota en poder del senegalés se convierte en un arma devastadora. Si le conceden dos segundos para pensar, los efectos son instantáneos. Fue lo que le permitió Maguire, que en lugar de ir decidido a encimarle se quedó a medio camino, lastrado por las dudas lo mismo que por su cuerpo de tractor. A su espalda se abrió un abismo. Ahí lanzó la pelota Mané, y ahí corrió Salah, que se fue solo y centró para que el incansable Luis Díaz definiera de primera. Fue un relámpago. A los cinco minutos el United estaba en la lona.
Homenaje a Cristiano en Anfield
A los siete minutos de acción los 50.000 aficionados que llenaban Anfield se pusieron de pie para homenajear a Cristiano Ronaldo. El portugués se había perdido el partido tras anunciar que el hijo que esperaba su mujer había fallecido. La afición cantó a coro You’ll Never Walk Alone en un acto oficioso pero solemnísimo. Cristiano, el archirrival, no olvidará nunca esta demostración espontánea de afecto.
El partido no tardó en convertirse en un largo peregrinaje sin esperanza para el United, que pelea sin fe por un puesto en la Champions. Desde la sexta posición de la tabla, las cuatro plazas doradas parecen cada día más inaccesibles en medio de rumores de revolución. El último subió como la espuma en Old Trafford, al abrigo de medios de todo tipo en la semana precedente. Señalaron que el club había alcanzado un acuerdo con el holandés Erik ten Hag, el técnico del Ajax, para que se haga cargo del banquillo en julio. Después de una década de transición frustrada, el club más tradicionalista de Inglaterra finalmente parece decidido a dar un paso al que se han resistido sus millones de aficionados, según revelan las encuestas internas. Mientras tanto, la plantilla se desintegra. Cristiano, Pogba, y el propio Maguire, son algunos de los jugadores que preparan sus maletas para abandonar la casa, voluntariamente o porque les han comunicado que no los quieren.
El United se había replegado sobre su campo, abrumado por su propia realidad más que por el 1-0, cuando Van Dijk, Henderson y Mané triangularon a un toque. Mané dio el último, un contacto sutil cargado de mensajes que orientó a Salah hacia la profundidad y lo dejó solo frente a De Gea. El egipcio empujó el 2-0 y el United se despidió de los puntos antes de enfilar el vestuario.
Mané, derrochando clase, y Salah, a pase de Jota, metieron el 3-0 y el 4-0. Contabilizando el partido de ida en Old Trafford, los goles del Liverpool al United se elevaron a nueve en este curso. La cifra no se producía desde la liga 1895-96. Datos de una época, que diría Guardiola, prehistórica.
Puedes seguir a EL PAÍS Deportes en Facebook y Twitter, o apuntarte aquí para recibir nuestra newsletter semanal.