Almeida, nuevo líder de los supervivientes de la Volta a Catalunya
El ciclista portugués araña un segundo de bonificación para destronar provisionalmente a Nairo Quintana en una etapa de transición ganada al sprint por el inglés Vernon
Caen como moscas. De la París-Niza se bajan 80, casi 30 de la Tirreno, cuentan ya 25 bajas en la Volta a Catalunya que desciende de los Pirineos y viaja lenta hacia las dos últimas etapas decisivas, y victoria al sprint en Vilanova i la Geltrú del jovencito inglés Ethan Vernon, joya de 21 años del Quick Step que debuta entre los grandes; ...
Caen como moscas. De la París-Niza se bajan 80, casi 30 de la Tirreno, cuentan ya 25 bajas en la Volta a Catalunya que desciende de los Pirineos y viaja lenta hacia las dos últimas etapas decisivas, y victoria al sprint en Vilanova i la Geltrú del jovencito inglés Ethan Vernon, joya de 21 años del Quick Step que debuta entre los grandes; Almeida, gracias a la bonificación de una meta volante que le prepara su compañero Rui Costa, le quita el maillot de líder a Nairo Quintana por 1s; sábado el Montsant, domingo Montjuïc, y el UAE al frente de los que quedan, los supervivientes. Y Nairo sonríe: “Así trabajarán ellos, y nosotros, a la contra”.
Algunos de los nombres más famosos, Porte, Sivakov, Simon Yates, Dumoulin, Kwiatkowski, Haig, se fueron a casa antes de terminar la carrera. Todos se quejan de lo mismo, problemas respiratorios, fiebre, gastroenteritis. Gripe gastrointestinal, gripe en general. Valverde no puede dar dos pedaladas fuertes seguidas. Dolor de piernas. Destemple. Frío. Un virus ataca al pelotón. ¿Su nombre? Nadie lo sabe. Frío en el sur, lluvia; calor en el norte. Muchas palabras en la mesa de la cena, pollo a la plancha, pasta, anécdotas y toses, pocas evidencias científicas. “Para poder sacar conclusiones haría falta una encuesta etiológica, saber qué virus es el que enferma a todos, si es el mismo virus, saber de qué estamos hablando”, dice José Ramón Arribas, especialista en enfermedades infecciosas del hospital La Paz, en Madrid, a quien sorprende que en el pelotón se hable de que han aumentado los contagios por otros virus retiradas las mascarillas y las precauciones más serias impuestas por la pandemia de la covid, y que solo afecten, como parece, a ciclistas, y no a sus mecánicos, masajistas o directores que hacen vida común con ellos en los hoteles y en las carreras. “Y no hay ninguna evidencia ni alarma ni estudio que señale que el desarrollo de la inmunidad con la covid pueda haber disminuido la protección frente a otros virus. Los ciclistas, de todas maneras, cuando están en mejor forma están en el límite de sus defensas, y es más fácil que se puedan infectar que los no deportistas”.
Los ciclistas sufren más los cambios de temperatura, las lluvias, el frío, el calor. En verano apagan el aire acondicionado en los hoteles, se ponen manga larga en cuanto se pone el sol, beben agua del tiempo, son seres delicados muy preocupados por cualquier variación.
El temor de que un nuevo virus circule sin freno por el pelotón ciclista no cala entre los médicos de los equipos, que hablan, en cambio, de una nueva realidad que emerge después de la pandemia. “Estamos tan obsesionados con el miedo a la covid que en cuanto hay mínimos síntomas actuamos ahora con exceso de prudencia”, explica Alfredo Zúñiga, médico del Movistar, que reconoce que en su equipo solo hacen pruebas PCR de covid, y no usan los hisopos que pueden identificar diferentes virus que pueden provocar síntomas gripales. “En el momento en el que un corredor se encuentra un poco mal se retira, y si no tiene covid, pues a esperar que le pasen los síntomas”.
En el equipo de Valverde la prudencia se asocia a la prevención. Antes de volver a correr, todos sus ciclistas que han pasado la covid se someten a un ecocardiograma y a un electro para descartar que sufran pericarditis, una secuela preocupante.
Van Aert, en Bélgica
En Catalunya, en las sierras de Tarragona que bordean la Costa Dourada se anuncian lluvias y frío este sábado de Volta y encerronas, escenario del nuevo duelo por la victoria Nairo-Almeida, y media docena de ciclistas, a mínimos segundos –Higuita, Ayuso, Poels, O’Connor, Johannessen, Guillaume Martin, Carapaz…– y a la expectativa.
En Bélgica, mientras tanto, a otro ritmo y con sol, y 22 grados de manga corta, Wout van Aert se exhibe en Harelbeke, caminos y montes flamencos, y exuberante no pedalea, danza sobre su bicicleta, desarrollo ligero, impulsos de terciopelo, pura seda, y acelera en el Paterberg, por el canalillo de la derecha y rompe a todos, a Asgreen, dorsal número uno, a Mohoric, ganador en San Remo, a Girmay, el eritreo que desayuna pavés, a todos salvo a su compañero de equipo Laporte, con quien se va a 42 kilómetros de la meta, y juntos llegan y él gana la E3, como la autopista que cruza la ciudad, la primera clásica de la gran quincena del Tour de Flandes, para el que es el gran favorito. El campeón belga, que ya ganó hace un mes la carrera de apertura en Bélgica, la Omloop Het Nieuwsblad, cuenta para ello con el total apoyo del llamado Jumbo malayo, la táctica de sus jumbos, tan potentes –Benoot, Theunisse– de lenta demolición del adversario: lo que hacía antes el Quick Step, desaparecido en Flandes.
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