Alcaraz va a por Indian Wells
El murciano barre al veterano Monfils (7-5 y 6-1) y rompe su techo en un Masters 1000, convertido en el cuartofinalista más joven del torneo desde Chang (1989)
Suda, jadea, se retuerce, se inclina y, de manera inevitable, porque no le queda otra, Gael Monfils dibuja una sonrisilla. Al veterano francés, uno de esos tenistas que están más que de vuelta, 35 años, le sale la risa floja porque le acaba de atropellar un autobús, de nombre Carlos Alcaraz. El murciano, 18 años de pura efervescencia, potencia y vigor, pelotea y disfruta como si en lugar de estar en el quinto grande, esto es, el lustroso y prestigioso marco californiano de Indian Wells, estuviera en la pista de entrenamiento de Villena o jugando una pachanga con alguno de esos amigos de...
Suda, jadea, se retuerce, se inclina y, de manera inevitable, porque no le queda otra, Gael Monfils dibuja una sonrisilla. Al veterano francés, uno de esos tenistas que están más que de vuelta, 35 años, le sale la risa floja porque le acaba de atropellar un autobús, de nombre Carlos Alcaraz. El murciano, 18 años de pura efervescencia, potencia y vigor, pelotea y disfruta como si en lugar de estar en el quinto grande, esto es, el lustroso y prestigioso marco californiano de Indian Wells, estuviera en la pista de entrenamiento de Villena o jugando una pachanga con alguno de esos amigos de El Palmar.
Al final, 7-5 y 6-1, en 1h 17m. En consecuencia, el joven fenómeno español ya luce en los cuartos de final del torneo, por primera vez en los de un Masters 1000, de modo que sigue derribando puertas y abriéndose paso, dejando huellas. Con el triunfo contra el francés, se convirtió en el jugador más joven (18 años y diez meses, para más exactitud) que alcanza la antepenúltima ronda del certamen desde que lo consiguiera el estadounidense Michael Chang con 17 años, en 1989. Con 19 (y nueve meses) lo logró un tal Rafael Nadal, el mismo registro que un tal Novak Djokovic y un tal Andy Murray.
Sin ceder un solo set, barriendo y deslumbrando, Alcaraz sigue escalando y deleitando. En un santiamén, ha despachado del cuadro a Mackenzie McDonald (59º), Roberto Bautista (15º) y Monfils, desbordado este jueves por una ofensiva que le llegó por tierra, mar y aire. El equilibrio se terminó cuando se resolvió el primer parcial, sellado con una dejada abierta maravillosa del murciano que le concedió el break y deshizo el nudo, y el resto se tradujo en un monólogo. Alcaraz, ya se sabe, acostumbra a coger la sartén por el mango y derribó al galo a base de trallazos.
Picos de 218 km/h en el servicio. Solo concedió cuatro puntos con el primer saque y tres con el segundo, ni una sola opción de rotura y descerrajó 24 golpes ganadores para desembocar (no antes de las 2.00, Movistar) en el cara a cara con Cameron Norrie (6-2y 6-4 a Jenson Brooksby). Paso a paso, se receta y le recuerdan. Pero, por qué no, fantasea, ahí está un hipotético cruce con Nadal en las semifinales, siempre y cuando él progrese y el mallorquín supere a Nick Kyrgios en los cuartos. Va a por todas Alcaraz. Roto el techo fijado el año pasado en París-Bercy, el chico se expresó alto y claro ante Monfils: señor candidato.
Junto a él, el balear, el australiano y Norrie, el cartel de los cuartos muestra los nombres de Grigor Dimitrov (6-3 y 7-6(3) a John Isner), Andrey Rublev (7-6(5) y 6-4 a Hubert Hurkacz), Taylor Fritz (3-6, 6-4 y 7-6(5) a Alex de Miñaur) y Miomir Kecmanovic (6-3, 6-7(5) y 6-4 a Matteo Berrettini). Criba de cabezas de serie, al igual que en el territorio femenino. Al pase de Paula Badosa se unieron los de Iga Swiatek (6-1 y 6-0 a Madison Keys) y Simona Halep (doble 6-1 a Petra Martic) en las postrimerías de la jornada.
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