Colapso histórico del Real Madrid en la Euroliga

Los de Laso firman ante el Zalgiris su peor anotación de la historia en el torneo (68-47) y certifican su estado de crisis y depresión

Williams-Goss ante Cavanaugh. Euroleague

El Real Madrid firmó en Kaunas ante el Zalgiris su séptima derrota en los últimos 14 partidos. Los blancos cayeron en la pista del colista de la competición por 21 puntos de diferencia y solo fueron capaces de anotar 47 en 40 minutos de juego (68-47), con un 20 de 46 en tiros de dos y un 1 de 15 en triples. Tras quedarse en 59 puntos en la final de la Copa del pasado domingo ante el Barça y en ...

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El Real Madrid firmó en Kaunas ante el Zalgiris su séptima derrota en los últimos 14 partidos. Los blancos cayeron en la pista del colista de la competición por 21 puntos de diferencia y solo fueron capaces de anotar 47 en 40 minutos de juego (68-47), con un 20 de 46 en tiros de dos y un 1 de 15 en triples. Tras quedarse en 59 puntos en la final de la Copa del pasado domingo ante el Barça y en 51 en su visita a Estambul ante el Fenerbahçe hace 16 días, los de Laso abrieron otro borrón histórico en su enciclopedia con la peor anotación madridista en la Euroliga, tras los 49 puntos anotados ante el Spirou Charleroi belga en la campaña 2010-2011, 67-49 aquel día con Messina en el banquillo.

La peor anotación de todas en la Copa de Europa la firmaron los blancos en el partido de vuelta de la eliminatoria de cuartos de final de la primera edición del torneo, en 1958 ante el Royal IV Anderlecht belga (57-43). Pasó el Madrid gracias al 78-59 de la ida, pero después quedó eliminado en semifinales al no obtener el permiso del régimen franquista para viajar a la URSS a medirse con el ASK Riga, tres veces campeón entre aquel 1958 y 1960.

Algo se ha roto en el Madrid. Hasta el 23 de enero, hace solo un mes, el conjunto de Laso lucía sólido y vigoroso —con una contabilidad de 16 triunfos y una sola derrota en la ACB, y de 16-3 en la Euroliga—. Lideraba las dos competiciones y había enlazado una secuencia de 21 victorias en 22 partidos. Pero la visita del Barça al WiZink aquel día volvió a destemplar a los blancos (igual que sucedió en diciembre en el Palau) e inauguró una etapa escarpada para el conjunto de Laso.

Un recorrido rompepiernas de nueve partidos en 21 días, para calzar los encuentros aplazados por la covid en mitad de un calendario claustrofóbico, que además incluyó otra cornada del equipo de Jasikevicius para fomentar los dilemas madridistas en el duelo directo. El balance de daños se saldó con cinco derrotas en los 10 encuentros previos a la Copa, un diagnóstico de fatiga mental, y un parte médico cargado de achaques, desajustes y lesiones, la más grave la de Carlos Alocén (que se perderá lo que resta de curso por la rotura del cruzado de la rodilla izquierda). La derrota en la final copera, de nuevo ante el Barça, certificó la crisis madridista a pesar de pelear el título hasta los instantes finales. En total, en un mes, siete derrotas (tres de ellas con 51, 59 y 47 puntos) en 14 partidos. Un atolladero jalonado por tres derrotas psicológicas ante el Barça, en la ACB, la Euroliga y la Copa, para un equipo en crisis y depresión.

En Kaunas, Ulanovas, Lekavicius, Nebo y Lauvergne certificaron el colapso y la sobrevenida depresión del Madrid. Desde el principio del encuentro, el Zalgiris, lanzado por su afición, impuso su mayor energía y ambición. El colista de la competición, que solo había ganado cuatro partidos hasta la fecha, marcó rápidamente territorio con Joffrey Lauvergne y Josh Nebo y llevó al Madrid directo al diván. Después, Ulanovas y Lekavicius remataron la faena.

Tal fue la superioridad del equipo lituano en el primer cuarto que, en un tiempo muerto, Pablo Laso retrató la situación sin remilgos, a voces: “Seguimos en depresión… Dos bandejas, un balón perdido, una falta en ataque, un pase de campo a campo… Esto es un partido de baloncesto. Si no queréis jugar, no juguéis, no pasa nada. Decídmelo y así no me llevo el mal rato. ¿Queréis jugar o no?, ¿queréis jugar o no?”, reiteró el entrenador vitoriano, desencajado, como su equipo. Pese a la contundente reprimenda de Laso, no reaccionó el Madrid, de nuevo seco de cara al aro rival (18 puntos en toda la segunda mitad). Faltaron Heurtel, Causeur y Rudy, regresó Williams-Goss tras ser relegado en la Copa, y apenas Tavares (12 puntos y 12 rebotes en 20 minutos) mantuvo el tipo. El colapso del conjunto madridista y su sequía anotadora alcanzaron proporciones históricas.

Laso: “Es un problema de confianza y energía, de mentalidad y físico”

La rueda de prensa de Laso en Kaunas mezcló el análisis de la derrota ante el Zalgiris con los males que atenazan a su equipo en las últimas semanas. “En muchas partes del partido no hemos estado acertados en el tiro, no hemos hecho buenas defensas y no hemos tenido energía. Por eso ha sido muy difícil para nosotros competir contra un equipo que ha jugado muy bien y organizado. Han merecido la victoria. Ya está. Tenemos que pensar en el siguiente partido y olvidar éste”, dijo el técnico madridista, antes de señalar los problemas de su equipo desde el perímetro (1 de 15 en triples). “Es difícil sumar puntos así”, indicó Laso. “Así no abres la defensa y no consigues buenas situaciones para anotar. Además, si pierdes 16 balones es difícil permanecer en el partido. Tenemos que mejorar. No estoy preocupado por los puntos, pero es verdad que no estamos bien en ataque. Creo que solo es un problema de energía y confianza”, señaló. “Hoy no ha sido un problema de motivación. Ha sido más de mentalidad y físico de todos los jugadores. Tenemos que estar preparados para estos partidos también”, concluyó Laso.

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