El tridente de Stafford, Kupp y Donald corona a los Rams en la Super Bowl

La victoria de Los Ángeles le debe todo al trabajo del equipo defensivo, aunado a su mariscal de campo y receptor, que neutralizó el intento de hazaña de los Bengals de Joe Burrow

Stafford, Donald y Kupp celebran el título del Super Bowl, este domingo en Los Ángeles.Foto: STEPH CHAMBERS (AFP)

En el fútbol americano, el imán perfecto siempre es el quarterback, el encargado de lanzar el balón. Los verdaderos obreros del juego son los que pertenecen al equipo defensivo porque son los que se encargan de dar palizas para evitar el avance de su rival. Los Rams de los Ángeles han ganado su segunda Super Bowl, en gran medida, gracias a sus fortachones defensas que sofocaron cualquier intent...

Suscríbete para seguir leyendo

Lee sin límites

En el fútbol americano, el imán perfecto siempre es el quarterback, el encargado de lanzar el balón. Los verdaderos obreros del juego son los que pertenecen al equipo defensivo porque son los que se encargan de dar palizas para evitar el avance de su rival. Los Rams de los Ángeles han ganado su segunda Super Bowl, en gran medida, gracias a sus fortachones defensas que sofocaron cualquier intento de hazaña de los Bengals, el equipo que nunca ha ganado un título y que, de hecho, suma su tercera derrota en una gran final de la NFL.

Aaron Donald, número 99, fue una fiera. En todo el juego tuvo en la mira a Joe Burrow, el mariscal de campo de Cincinnati. Su labor era frustrar cualquier avanzada del quarterback. También el de provocar algún error. En todo el juego logró cuatro tacleadas y dos capturas a Burrow, una de ellas en la última oportunidad de los Bengals por conseguir la zona del gol de campo, clave para empatar el juego. Ahí emergió Donald, nacido en Pensilvania y de 30 años. Esa jugada le valió a Los Ángeles el partido. Durante su carrera en la NFL ha ganado tres veces el premio a mejor defensivo de la liga y, este domingo, en cada jugada pedía ceñirse el anillo de campeón, algo que le faltaba.

Junto a Aaron Donald también destacó Von Miller, quien ya había sido campeón de la Super Bowl con los Broncos de Denver. Darious Williams y Ernest Jones aportaron con sus bloqueos para que los Bengals no ganaran. Los analistas de la NFL ponían como candidato al jugador más valioso del juego (MVP) a Donald, sin embargo, el galardón se lo quedó Cooper Kupp. El receptor de los Rams, de 28 años, fue decisivo para que funcionara la ofensiva. En la Super Bowl colaboró con ocho recepciones importantes para que los suyos avanzaran en el campo y en el marcador. Y fue la imagen del partido al conseguir a falta de 1:25 en el reloj el touchdown de la victoria. De hecho, atrapó el balón en la zona de anotación dos veces, pero una fue invalidada por una serie de infracciones sobre el campo.

La historia de Kupp es la de un jugador menospreciado por su entorno. El nacido en Yakima, Washington, tiene la cicatriz de haber terminado la preparatoria y no haber recibido alguna oferta de una universidad. Eso, para cualquier futbolista americano, es un duro revés. Nadie se fijó en él hasta que peleó por una oportunidad en la Eastern Washington University. En 2017 los Rams le ficharon. Las lesiones le apartaron de la gloria hasta la temporada 2021-22, en la que se volvió decisivo. Kupp, además, se quedó con la triple corona: líder en recepciones de la liga (145), líder en yardas aéreas (1.947) y de anotaciones (16). Parte de ese clic está en el socio que le puso los pases precisos para que los Rams conquistaran el Super Bowl.

Matthew Stafford, de 34 años, desempacó sus cosas esta temporada tras pasar 12 años sin gloria en Detroit. En 2009 era visto por todos los reclutadores de la NFL como el gran quarterback de su generación. Le seleccionaron en el draft en el primer lugar, pero nunca pudo sacar del abismo a los Lions. Fue en la temporada 2021-22 cuando los Rams hicieron un intercambio de jugadores y se quedaron con él. En su primer año todo despuntó. Los llevó a los playoffs, también gracias a las directrices de su entrenador Sean McVay, y sacaron del camino a Tom Brady y los Buccaneers. Stafford puede decir que fue el último rival de Brady.

En tierra de Hollywood tenían que ocurrir momentos para el recuerdo y la épica. En el tercer cuarto, Stafford se torció uno de los tobillos luego de que un defensivo de los Bengals se lo aplastara. El lanzador fue atendido en el campo y le vendaron el tobillo. Aún cojo, pudo concretar los pases finales hacia Kupp y quedarse con un Super Bowl que coronó su paciencia como quarterback. “Lo que más importaba era el equipo. Estoy agradecido con Stafford y mis compañeros por una temporada espectacular que termina con este logro”, dijo Kupp tras llevarse el MVP. El trío de Los Ángeles, el que supo esperar, puede saborear la gloria.

Puedes seguir a EL PAÍS DEPORTES en Facebook y Twitter, o apuntarte aquí para recibir nuestra newsletter semanal.

Sobre la firma

Más información

Archivado En