Ancelotti: “No pudimos con su presión”

El italiano recurre por primera vez en ausencia de Benzema al falso nueve, prescinde toda la noche de Jovic, Hazard y Bale, y el Madrid iguala su cifra de remates más baja del curso (siete)

Carlo Ancelotti, tras la derrota en San Mamés.Alvaro Barrientos (AP)

El previsible Ancelotti se salió por la tangente en San Mamés. Después de seis meses con el clásico menú del día, sin sorpresas en las alineaciones y recurriendo a la vía más obvia con sustituciones naturales en cada puesto, en el duelo copero ante el Athletic se acogió por primera vez de inicio al falso nueve. El socavón sin Benzema le animó a meter el pie en ese charco, con Asensio, Rodrygo y luego Isco turnándose en el vértice del ataque; sin embargo, el experimento resultó un gatillazo, ...

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El previsible Ancelotti se salió por la tangente en San Mamés. Después de seis meses con el clásico menú del día, sin sorpresas en las alineaciones y recurriendo a la vía más obvia con sustituciones naturales en cada puesto, en el duelo copero ante el Athletic se acogió por primera vez de inicio al falso nueve. El socavón sin Benzema le animó a meter el pie en ese charco, con Asensio, Rodrygo y luego Isco turnándose en el vértice del ataque; sin embargo, el experimento resultó un gatillazo, castigado en el penúltimo minuto, justo en su tramo más potable. La estadística retrató bien el fracaso: los blancos se marcharon de Bilbao con su número de remates más bajo de la temporada (siete, igual que tras el 2-0 al Atlético) y no dispusieron de una ocasión seria hasta el 81 con un tiro de Casemiro. En medio de la fiesta local, en el 94, Isco pudo enderezarlo, pero su disparo se fue desviado y el Madrid acabó por los suelos.

“Es verdad que no tenemos jugadores de la calidad de Karim. Él ayuda mucho en la posesión y eso podía pasar con Asensio, Rodrygo e Isco”, justificó el técnico italiano sobre su apuesta por prescindir de un delantero nato. A su juicio, la clave radicó en la incapacidad de los suyos para sortear el empuje del Athletic. “El plan no salió porque su presión fue grande, tuvimos dificultades y no pudimos crear ocasiones claras. Ahí estuvo la llave”, subrayó. Esta vez, ni la presencia de Casemiro, Kroos y Modric, especialmente dotados para encontrar soluciones ante los mayores agobios, dio réditos.

Carletto aceptó resignado que el esfuerzo de los rojiblancos tuviera recompensa en el 89, cuando, según advirtió, el choque se encontraba más igualado. “A partir del minuto 70, estaba bajo control y llegar a la prórroga podía ser ventajoso para nosotros porque ellos habían hecho un desgaste físico grande. El Athletic atacó más en la primera mitad, pero sin grandes ocasiones. Lo que no nos salió fue la salida del balón. Teníamos que haber ido más por dentro, con Courtois y Casemiro, en lugar de por fuera. Lo hablamos en el descanso”, añadió Ancelotti.

De arranque, el entrenador merengue dejó claro, como había deslizado en la previa, que los 20 años de Vinicius y Rodrygo debían poder con todo. Incluso los 30 recién cumplidos de Casemiro. Así que los tres, apenas 30 horas después de atravesar el Atlántico, aparecieron de inicio en San Mamés. Un azote para Jovic y Hazard, que ni antes ni después tuvieron foco. Al técnico blanco le valieron más las piernas cansadas de los jóvenes brasileños y luego las soluciones de Isco y Camavinga, que el recurso de Jovic, el apellido ilustre del belga e incluso Bale. El serbio y el balés ni asomaron a calentar.

¿Están castigados?, le preguntaron en sala de prensa a Ancelotti, que replicó especialmente serio. “¿Por qué hablas de Jovic, Hazard y Bale? ¿Por qué no hablas de Ceballos, por qué no hablas de Carvajal? Todos los que no han jugado tienen que estar castigados, no solo estos tres. He tomado decisiones que no han involucrado a estos jugadores, pero para ser honestos también tienes que hablar de Ceballos, Vallejo... Están al mismo nivel”, enfatizó el italiano. “A Kroos y Vinicius los sustituí por cansancio y estaba pensando meter otros cambios para la prórroga, pero ya no tuve tiempo”, añadió con gesto grave.

El envido y la apuesta hasta la orilla con el falso nueve no le sentó bien a un equipo blanco que, en general, se mostró pesado toda la noche. Durante más de una hora, el Madrid orbitó alrededor de su defensa, la medular no ofrecía salidas y apenas había señales de la nueva fórmula atacante. Su gran aspiración era anestesiar el ritmo alto del Athletic. De Vinicius se supo más por sus enganchones con Dani García que por sus carreras, y Rodrygo y Asensio, hasta el último golpe de riñón, exhibieron su mayor pecado, la timidez. Aun sin necesidad de que Courtois —a escena tras el fogueo inicial en el torneo de Lunin— estirara muchas veces sus dos metros, el duelo palpitaba al paso local.

La vuelta del descanso confirmó que Vinicius, pese a sus lozanos 20 años, continuaba en el limbo después de la excursión a Brasil. “Es verdad que lo han apretado mucho, pero no es nada nuevo”, comentó Ancelotti. Era el minuto 70 y el italiano agitaba la caja de chicles, ya sin suministros. No gesticulaba tanto como al principio, pero su equipo seguía igual de inofensivo que desde el primer minuto. No se bajó de su plan de prescindir de un delantero nato, continuó obviando a Jovic y Hazard, y recurrió a Isco. Acaparó más balón el Madrid, la tuvo muy clara Casemiro a diez del final y, cuando parecía que el encuentro había virado ligeramente, Berenguer dio el estacazo definitivo.

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