El Valencia se abre paso ante el Cádiz
El grupo de Bordalás avanza a semifinales en los debuts de Bryan Gil e Ilaix Moriba
El Valencia se ha abierto paso, en mitad de las dificultades, hacia las semifinales de la Copa aprovechando un camino de baldosas amarillas que le ha regalado la fortuna. Con el entrenador, Bordalás, enfurruñado y de uñas porque la propiedad no le ha incorporado en el mercado de invierno el seis que exige desde el verano y a un central con jerarquía que supla la baja de Gabriel Paulista —pese a haber sumado las incorporaciones de Ilaix Moriba y de ...
El Valencia se ha abierto paso, en mitad de las dificultades, hacia las semifinales de la Copa aprovechando un camino de baldosas amarillas que le ha regalado la fortuna. Con el entrenador, Bordalás, enfurruñado y de uñas porque la propiedad no le ha incorporado en el mercado de invierno el seis que exige desde el verano y a un central con jerarquía que supla la baja de Gabriel Paulista —pese a haber sumado las incorporaciones de Ilaix Moriba y de Bryan Gil—, el once del murciélago, ocho veces campeón de Copa, ha plantado su pendón como aspirante a repetir el título que obtuvo en 2019 ante el Barcelona. Eliminar al Cádiz, muy digno, fue costoso y sacrificado, pero en el horizonte de un equipo dubitativo y lleno de bajas que corría el riesgo de vagar por la zona intrascendente de la clasificación, aparece con una luz cegadora la posibilidad de volver a jugar una final.
Tres años después de gritar con estruendo la clasificación ante el Real Betis, la hinchada volvió a vivir un partido copero en el templo de Mestalla. De inicio, Bordalás alineó a dos de los tres novatos tras el mercado del frío: Bryan Gil, desestabilizador y reconocible, y Eray Cömert, un central de 23 años firmado desde el Basilea que llevaba sin jugar desde principios de noviembre por negarse a renovar con el equipo suizo.
En el Cádiz se estrenaron el exsevillista Idrissi y Luis Hernández, firmado desde el Maccabi Tel Aviv. La lesión de Andone en el minuto 20 activó el debut de Lucas Pérez.
Gonçalo Guedes abrió brecha camino de las semis. Un pelotazo de Gayà lo ganó Hugo Duro en el cuerpeo con el despistado Cala, que se llevó todos los pitos de Mestalla. Duro asistió a Guedes con un toque sutil con el interior derecho y el portugués subió a nueve tantos su cifra goleadora de este curso, su mejor marca desde que es jugador en Mestalla. Los destellos del partido se los repartieron Guedes, Bryan Gil y Gayà, que cada vez que se asociaban en la izquierda asaltaban la trinchera amarilla con la bayoneta calada.
El Cádiz, con ausencias significativas y pendiente de la final que le espera en la Liga el sábado en Mallorca, juntó un once atrevido, vertical y combativo que generó llegadas por su flanco izquierdo y puso en aprietos al novato Cömert. La primera mitad estuvo llena de faltas, 20. Hizo 13 el Cádiz y siete el Valencia, también agresivo y peleón.
Iván Alejo, el mejor amarillo, se quedó en el vestuario tras el descanso. El Cádiz creció paulatinamente y propuso más ante un Valencia fallón que perdió la batalla en la medular. El empuje amarillo llevó al partido a las tablas. Cömert, en un debut que generó dudas, agarró a Cala en el área y el penalti lo transformó Lucas Pérez. Cala estrelló un balón en el palo minutos después. Bordalás sustituyó al suizo que ha traído la propiedad y retrasó a Guillamón.
Los cambios refrescaron al Valencia y reconectaron al conjunto local con el juego combinativo. Volvieron Bryan Gil, Soler y Guedes y apareció Ilaix Moriba. Hugo Duro con el corazón en la cabeza hizo el segundo en plena recuperación rematando un córner servido por Soler. Maxi Gómez, cara a cara contra Cala, le sacó dos amarillas al central en apenas 10 minutos y el Cádiz, cansado, se quedó en inferioridad y capituló en el fortín de Mestalla después de jugar un buen partido. Con sufrimiento, el Valencia se plantó en otra semifinal.
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