Es una situación con la que los futbolistas se topan decenas de veces en un partido y que técnicos de la talla de Pep Guardiola estiman como el aspecto más crucial del juego: tomar la decisión correcta en el momento apropiado. Un extremo llega a línea de fondo y debe optar entre poner el balón al primer palo o al segundo; un mediocentro recibe y puede dar un pase de seguridad o intentar romper líneas; un central anticipa un envío al delantero rival y duda entre salir al corte o guardar el sitio. El que resuelve la disyuntiva bien gana y el que no, a menudo acaba perdiendo. Pero, ¿existe alguna fórmula para garantizar el éxito en resoluciones que ocurren en milésimas de segundo, con la tensión de la competición y el sonido de miles de gargantas? Eso es lo que se preguntaron en el Elche CF antes de dar con una metodología revolucionaria: impartir clases de ajedrez.
La formación de jugadores “creativos y autónomos” es una de las obsesiones del nuevo director de cantera franjiverde, el argentino Jorge Raffo. Su paso por las academias del Shakhtar Donetsk en Ucrania y de Boca Juniors en Argentina, donde desarrolló una colaboración con el FC Barcelona, le convenció del fin de la era de lo que llama el “entrenador joystick [mando a distancia]”. Es decir, el que desde la banda intenta casi teledirigir cada una de las acciones de sus pupilos. “Ser capaz de resolver situaciones por uno mismo es determinante en un fútbol que se juega en espacios cada vez más reducidos y a mayor intensidad. Por eso hay que desarrollar la capacidad de anticipación, la agilidad mental”, opina.
Al exponer la necesidad a su llegada a España hace unos meses, el técnico encendió la bombilla del responsable del área de Psicología del club ilicitano, Antonio J. Muñoz. Este sabía de una disciplina capaz de potenciar la toma de decisiones, la concentración, el desarrollo de una mente estratégica y el control de la impulsividad, según los hallazgos de la neurociencia, y que podría tener una incidencia directa en el crecimiento de un futbolista. Así que propuso a Raffo ir al encuentro del mayor especialista de la ciudad ilicitana, Gustavo Gualdoni. Tras una serie de reuniones, este profesor con más de treinta años de experiencia en el club local de ajedrez (“y como buen argentino, también aficionado al fútbol”, dice) accedió a poner al servicio del club sus conocimientos y un auténtico tesoro. Un almacén con 16 millones de partidas para poner a prueba las capacidades de sus jóvenes promesas.
Las lecciones impartidas por Gualdoni son fundamentalmente prácticas y consisten en poner en distintas tesituras a unos alumnos a los que antes instruyó con una formación ajedrecística básica. Por ejemplo: cómo ganar una partida con solo dos movimientos o cómo acabar en tablas en inferioridad de piezas. “Fútbol y ajedrez suponen un procesamiento constante de la información bajo presión, lo que sugiere la importancia de anticiparse al rival. En ajedrez, no por movernos más, generamos más; de la misma forma, en el fútbol, no por correr más, seremos capaces de jugar de forma más inteligente”, explica el profesor.
En las clases también hay dosis de teoría. Gracias al trabajo conjunto de Gualdoni, el área de Psicología y el director de cantera del Elche CF, se han trasladado del césped al tablero de 64 casillas algunos conceptos tácticos para que los canteranos los visualicen mejor. Es el caso de la dominancia del centro. “En fútbol quien tiene la posesión del balón es el equipo que domina. Mientras que en ajedrez, quien posee el centro es el que conserva la iniciativa”, dice Gualdoni. Otro es el de “fijar para liberar”. “Cuando un jugador conduce el balón para atraer a un rival y liberar a un compañero es lo mismo que cuando en el ajedrez se entrega una pieza para ganar una posición. En ambos casos, se abren espacios y más posibilidades para avanzar en el campo”, ahonda.
“Esta nueva fundamentación metodológica cambia una educación de entrenamiento rígida y conductista, con premios o castigos en función de si un problema se resuelve como considera el técnico, por una educación constructivista. El futbolista debe generar otras estructuras de pensamiento y preguntarse: ¿quién puede?, ¿qué otra opción hay?, ¿cómo puedo hacerlo?”, apuntan los formadores del club.
Las correspondencias entre ambos deportes han sido exploradas por el mismo Pep Guardiola, que se encontró en Nueva York con el maestro soviético Gari Kaspárov para intercambiar conocimientos, según cuenta el periodista Martí Perarnau en Herr Pep. Un caso al que el periodista especializado en ajedrez de EL PAÍS, Leontxo García, amplía a otros exentrenadores del fútbol español que, asegura, acudieron a él para interesarse por la práctica ajedrecística: desde el ya fallecido Radomir Antic a Ernesto Valverde o Quique Setién, que incluso se midió a Deep Blue, la computadora diseñada por IBM que derrotó precisamente al campeón Kaspárov en 1997.
Aún así, Dídac Castellà no lo vio del todo claro cuando le prometieron que iba a aprender algo de fútbol sentado mientras movía una torre o un alfil. Este cadete del Elche CF de 16 años fue uno de los elegidos para arrancar el proyecto, llamado Gol y Jaque, que empezó en un grupo reducido y va a ampliarse a los cerca de 400 canteranos del club. “Yo había dado ya clases de pequeño, pero la mayoría no. Nos sorprendió a todos. Pero luego es verdad que me han ayudado, tanto para entender conceptos como para mejorar en el césped. Ahora incluso nos retamos entre los jugadores”, explica.
Por lo que dicen tanto él como sus formadores, parece que la nueva práctica ha calado hondo en un club que busca consolidarse en la máxima categoría del fútbol tras su ascenso el año pasado y donde han debutado varias promesas promocionadas desde la cantera. Gualdoni incluso le propuso a Castellà que se presentara a algún torneo de ajedrez porque le veía posibilidades. Algo que él rechazó para centrarse en su único objetivo: triunfar con la camiseta franjiverde.
Una herramienta para potenciar la imagen del club
Las clases de ajedrez a los canteranos son evidentemente una herramienta formativa, pero también un instrumento para potenciar la imagen del club, tanto dentro como fuera de España. Eso defiende Álvaro Ruiz-Ocaña, responsable de desarrollo internacional de la entidad en la que aterrizó hace unos meses. “Los clubes más modestos deben poner en valor su identidad o cualquier singularidad para posicionarse y diferenciarse. Y esta metodología es, sin duda, uno de esos valores diferenciales. El concepto de gamificación es fundamental. Al fin y al cabo, a estas edades, aprender disfrutando con lo que se hace es incluso más efectivo”, cuenta.
Una de las prioridades del conjunto que la temporada pasada ascendió a LaLiga Santander, explica Ruiz-Ocaña, que antes de llegar al fútbol había trabajado en la consultora Deloitte, es impulsar su imagen y presencia en el resto del mundo. En su opinión, el desarrollo de la cantera y de nuevas metodologías es útil para lograrlo. “Hace poco, por ejemplo, tuvimos la visita de una empresa japonesa que se dedica a traer a jóvenes futbolistas a España y quedaron gratamente sorprendidos con esta metodología. La idea es que se asocie al Elche CF la idea de un club con prestigio como formador”.
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Fe de errores
En una primera versión de este artículo se aseguraba que el Elche CF fue el primer equipo de LaLiga Santander en introducir las clases de ajedrez en su cantera, cuando el Real Betis lleva varios años trabajando con esta metodología.