La covid pone en jaque la Liga: más de 80 positivos en Primera y aforos limitados al 75%
El Gobierno vuelve a restringir el acceso a los estadios tres meses después de permitir su ocupación completa
La virulencia de la sexta ola en el número de contagios ha caído también a plomo en el fútbol español. En los vestuarios, el goteo de positivos a la vuelta de las vacaciones navideñas es continuo (hasta este miércoles solo en Primera se habían notificado más de 80 casos entre jugadores y cuerpos técnicos) y tras el parón festivo los estadios volverán a cerrar parte de las gradas. El Ministerio de Sanidad y las comunidades autónomas acordaron limitar la entrada de aficionados a los campos a un 75% del aforo total (50% en los pa...
La virulencia de la sexta ola en el número de contagios ha caído también a plomo en el fútbol español. En los vestuarios, el goteo de positivos a la vuelta de las vacaciones navideñas es continuo (hasta este miércoles solo en Primera se habían notificado más de 80 casos entre jugadores y cuerpos técnicos) y tras el parón festivo los estadios volverán a cerrar parte de las gradas. El Ministerio de Sanidad y las comunidades autónomas acordaron limitar la entrada de aficionados a los campos a un 75% del aforo total (50% en los pabellones cerrados). Un nuevo paso atrás después de que desde el pasado 1 de octubre no hubiera barreras para llenarlos al completo al aire libre y al 80% en interiores.
Con menos público en los anfiteatros y la gran incertidumbre en todos los equipos de cuántos futbolistas y entrenadores estarán disponibles para la jornada que empieza esta Nochevieja con el Valencia-Espanyol y continúa el domingo 2 de enero, el fútbol no es ajeno al proceso que sufre la sociedad y vuelve a quedar atrapado por la pandemia cuando ya parecía haber recuperado la velocidad de crucero.
Especular con la alineación de un equipo es hoy, más que nunca, misión imposible. La reciente obligación de LaLiga de realizar test de antígenos diarios (la patronal proporciona 60 al día a los 42 clubes de Primera y Segunda) y una PCR a la vuelta del descanso navideño ha disparado la incidencia en las casetas del fútbol profesional. El listado se amplía a cada rato. El Barcelona ha comunicado siete casos (Gavi, Dembélé, Umititi, Alba, Lenglet, Alves y Abde); el Real Madrid, cuatro más (Courtois, Vinicius, Valverde y Camavinga) tras las nueve bajas por covid que sufrió hace una semana en San Mamés; el Valencia, cuatro; el Rayo, 14 (este martes solo se pudo entrenar con ocho jugadores); la Real Sociedad, 10; el Elche, ocho; el Celta, nueve; el Sevilla, cuatro…
No obstante, no todos los positivos que se han declarado estos días están necesariamente descartados para la próxima jornada. Una parte de los contagios se ha producido en las últimas dos semanas y la medida del Gobierno de reducir la cuarentena de diez a siete días supone en algunos casos una oportunidad para llegar al partido de este fin de semana si su condición física se lo permite.
Según el protocolo de LaLiga, elaborado para la temporada anterior y vigente en esta, mientras un conjunto disponga de 13 jugadores, cinco de ellos de la primera plantilla, y al menos un portero, estará en disposición de disputar un partido. Las normas elaboradas por la patronal establecen también que, en Primera, un conjunto solo puede suspender un encuentro por covid hasta la jornada 30 (dos en Segunda hasta la fecha 34 del campeonato). Si debe hacerlo más veces o más allá de estas alturas del calendario, el choque se le dará por perdido por 3-0.
Alemania ya cerró
Crisis en los vestuarios y también en las gradas, donde a los aficionados se les ha acabado la barra libre de asistencia. Solo tres meses ha durado la ausencia de limitaciones a la hora de buscar una butaca. A partir de este fin de semana, como máximo habrá un 75% del aforo. La mano se fue abriendo poco a poco desde la pasada primavera y ahora de nuevo vuelve a cerrarse parcialmente.
Tras 14 meses de deporte profesional envasado al vacío, el pasado 12 de mayo el Gobierno aprobó, tras muchas negativas, que la gente pudiera volver a los campos de la Liga de fútbol y a los pabellones de la ACB en el final de la pasada temporada, aunque de una forma muy limitada. Únicamente en los feudos de las comunidades donde hubiera una incidencia acumulada a 14 días inferior a 50 casos por cada 100.000 habitantes. Y solo hasta el 30% de la capacidad y con un tope de 5.000 espectadores.
Hasta entonces, los campos de Primera, Segunda y Liga de baloncesto eran casi los únicos sin público. En la Copa, por ejemplo, en la que también participan equipos de la actual Primera Federación para abajo, ya habían entrado hinchas. La medida aperturista de mayo apenas benefició en Primera a cinco duelos de las dos últimas jornadas (Valencia-Eibar, Villarreal-Sevilla, Elche-Athletic, Levante-Cádiz y Celta-Betis), pero marcó un punto de inflexión.
Durante el verano, en la Eurocopa, se permitió el acceso de 16.000 personas a la Cartuja de Sevilla, donde España disputó la primera fase. Y a mediados de agosto, para el comienzo de la Liga, Sanidad y las comunidades aprobaron un máximo de un 40% al aire libre (un 30% en los pabellones cerrados). Cada región, eso sí, pudo rebajar estas cifras. En el País Vasco, por ejemplo, se redujo al 20% y al choque inaugural entre el Alavés y el Madrid solo entraron 3.968 espectadores. Así siguió todo hasta que el 1 de octubre, con una evolución favorable del número de contagios, se decidió al fin abrir al completo todos los estadios. Ahora, tres meses después, otra limitación.
En Alemania la restricción ha sido todavía mayor. En Baviera y Sajonia, desde principios de diciembre, no puede acceder gente a los estadios, como se observó en el Bayern-Barcelona de Champions celebrado el día 8 en Múnich a puerta cerrada. Igual que en Austria el Salzburgo-Sevilla de la Liga de Campeones. En el país germano, las limitaciones varían según las regiones: de los 15.000 espectadores como tope en Renania del Norte-Westfalia a los simbólicos 750 de Baden-Württemberg, pasando por los 5.000 de Berlín. No se descarta que próximamente se tomen medidas más duras que afecten a la Bundesliga, informa Enrique Müller.
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