Alaba, el central que más aporta en la cocina del gol
El austriaco es el defensa de Europa que interviene en la fabricación de más tantos y el que más participa tocando la pelota en el último tercio del campo rival
Mientras Carlo Ancelotti todavía le da vueltas a cómo ajustar los engranajes defensivos del Real Madrid, David Alaba atrajo en el clásico los focos hacia su enorme aportación al ataque. El gol, tan llamativo, funcionó como señuelo para llevar la mirada a lo que el austriaco, de 29 años, añade arriba, y también a lo que puede esperarse que aporte en los próximos meses, después de ser uno de los centrales más punzantes de Europa en sus dos últimas temporadas e...
Mientras Carlo Ancelotti todavía le da vueltas a cómo ajustar los engranajes defensivos del Real Madrid, David Alaba atrajo en el clásico los focos hacia su enorme aportación al ataque. El gol, tan llamativo, funcionó como señuelo para llevar la mirada a lo que el austriaco, de 29 años, añade arriba, y también a lo que puede esperarse que aporte en los próximos meses, después de ser uno de los centrales más punzantes de Europa en sus dos últimas temporadas en el Bayern Múnich. Alaba ya es el tercer futbolista de la Liga que ha intervenido en el desarrollo de más jugadas que han terminado en gol: ha estado en el ajo en nueve tantos, solo por detrás de los 15 de Benzema y los 11 de Vinicius Jr, según The Analyst. En la Premier, por ejemplo, solo Salah ha estado involucrado en más, 18.
Veinte minutos antes de marcarle el domingo al Barcelona, Alaba dejó un detalle que apunta a las posibilidades que ofrece en ataque. Después de un tramo inicial en el que el Madrid no podía alejarse de los alrededores de Courtois, disfrutó de su primer gran desahogo en el minuto 12 gracias al austriaco. Lanzó un pase largo hacia un pedazo desierto de césped a la espalda de Mingueza, donde Vini Jr. comenzó a desplegar a la carrera el recital que desesperó al Barcelona. Por ahí comenzaron a inquietarlos, a través de un gesto habitual del defensor en sus dos últimos cursos en la Bundesliga, los que jugó como central: llevar el balón a la zona más caliente del ataque.
Si se repasan los registros de esas dos temporadas de Statsbomb, se comprueba que Alaba fue en la 2019-2020 el central de las cinco grandes ligas que más veces trasladó la pelota al último tercio del campo contrario, de entre los que jugaron al menos 1.800 minutos: lo hizo una media de 10,6 veces cada 90 minutos. El mejor central madridista, Sergio Ramos, aparece en el puesto 23, con menos de la mitad, 4,8, La temporada siguiente lo hizo algo menos, ocho veces cada 90 minutos, pero solo hubo un central con mejores números, el azulgrana Lenglet. Ningún madridista aparece entre los 50 primeros.
En sus primeras semanas de blanco, el austriaco ha llevado el balón al último tercio con menos frecuencia (5,5 veces cada 90 minutos), quizá influido por que por delante tiene a Kroos, Modric y Valverde, entre los mejores centrocampistas del continente en esos traslados, cuando en el Bayern solo Kimmich aparecía entre los 50 primeros.
Lo que no ha variado apenas es su participación en la cocina del gol. No lleva tanto la pelota al último tercio, pero allí participa en las circulaciones casi como un extremo. En lo que va de temporada no hay otro central en las cinco grandes ligas que lo haga más a menudo: de media toca la pelota en esa zona más cercana a la portería rival 12,2 veces cada 90 minutos. Es un territorio en el que se mueve con mucha comodidad: hace dos temporadas, aún con el Bayern en la Bundesliga, también era el central de Europa que más la tocaba en esa zona, 13,8 veces cada 90 minutos, en un curso en el que Ramos, por ejemplo, lo hizo una media de 5,65.
El recambio del capitán participa más en el proceso de fabricación de los goles, mientras que el sevillano era mejor anotador. Ramos acumula 104 tantos en 716 partidos como profesional, una media de 0,14; mientras que Alaba está en la mitad de ese registro, 0,08 de media, 44 goles en 523 encuentros.
El último, el que abrió el marcador en el clásico del domingo, dirigió la atención a una de las facetas más valiosas de su juego, y también contenía un elemento que apunta a las tareas pendientes del equipo. Antes de lanzarse a correr al ataque, Alaba robó la pelota cerca de su área: primero se ocupó de la debilidad del Madrid y después se sumó al asalto.
Pese a la mejoría de las sensaciones tras el parón de selecciones, los registros aún no recogen cambios. Antes de la pausa, el equipo permitía ocasiones que Statsbomb valoraba en 1,21 goles esperados en contra por partido, y el clásico incluso elevó un poco la cifra, hasta 1,34, lo que sitúa al Madrid como el séptimo equipo más permisivo de la Liga, a la espera de evolución.
Ahí tiene tarea Alaba, encargado de empujar la línea de defensas hacia el centro del campo con esos gritos suyos —”¡Fuera! ¡Fuera!”— que atruenan hasta las butacas altas del Bernabéu, aunque Ancelotti sigue señalando que sin el compromiso de todos el desgañite del austriaco no provoca magia. Mientras eso llega, sigue metido hasta los codos en la cocina del gol como en sus mejores tardes de la Bundesliga.
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