Pau Gasol, un jugador universal
No debería sorprendernos que Westbrook lo tuviera como ídolo, que en la cancha del Madrid fuera aplaudido y que los Lakers le retiren la camiseta
No hace falta vivir en Nueva York como yo para darse cuenta de la dimensión que ha alcanzado Pau Gasol. La enorme repercusión de su retirada me hace pensar que la gente en España no se había dado realmente cuenta del alcance de su figura. Pau es grande en Estados Unidos y en todo el mundo, y no solo por lo que ha ganado. Puedes ser el mejor jugador del mundo, pero tienes que ser también el mejor fuera de la cancha. Y creo que Pau ha ganado casi más fuera que dentro, que ya es decir. Eso hace que sea más querido si cabe. Como ...
No hace falta vivir en Nueva York como yo para darse cuenta de la dimensión que ha alcanzado Pau Gasol. La enorme repercusión de su retirada me hace pensar que la gente en España no se había dado realmente cuenta del alcance de su figura. Pau es grande en Estados Unidos y en todo el mundo, y no solo por lo que ha ganado. Puedes ser el mejor jugador del mundo, pero tienes que ser también el mejor fuera de la cancha. Y creo que Pau ha ganado casi más fuera que dentro, que ya es decir. Eso hace que sea más querido si cabe. Como él dijo: “He ido a la cancha del Real Madrid y me han aplaudido”. Para mí eso no se debe a que seas del Barça o del Madrid, sino a que has representado a muchos españoles y siempre has respetado a todos los rivales y aficionados y te has hecho admirar y querer.
Hasta me parece normal que un jugador como Russell Westbrook declare que fue su ídolo durante sus inicios. Cada uno tiene ídolos diferentes y a veces tú creces viendo a alguien jugar y si es Pau el que está siendo en ese momento un jugador importante y te gusta su tipo de juego, puede ser tu ídolo. No debería sorprendernos. Al fin y al cabo, Westbrook estaba en la Universidad de Los Ángeles (UCLA) cuando Pau fichó por los Lakers. Pero al mismo tiempo, eso nos hace ver el alcance de Pau. Por decirlo de alguna forma, no es solo nuestro. Que una franquicia como Los Lakers retire su camiseta indica que va a estar ahí con los grandes para siempre, en un club muy, muy selecto, junto a las de Kobe, Magic y Abdul-Jabbar. Cuando llegó allí llevaban mucho tiempo sin ganar y lograron dos anillos seguidos. Y desde que se fue, volvieron a estar mucho tiempo sin ganar, hasta que llegó LeBron James.
Hay que entender que antes la NBA estaba muy lejos para el baloncesto europeo. La tecnología y la prensa han conseguido que parezca que la tengamos ahora a la vuelta de la esquina. Pero sigue siendo igual de difícil. Él abrió esa puerta. Empezó a acercar a nuestra generación a aquella Liga, ayudó a que pensáramos que podíamos ir para allá. Los demás seguimos ese camino.
La primera vez que vi a Pau éramos unos chavales y ya me di cuenta de que era especial. Solo por su físico ya lo veías. Y a ello añadía su talento, claro, y la forma en que iba mejorando, pero no un poquito, sino a pasos agigantados, con esas ganas de seguir progresando siempre. Al fin se convirtió en la referencia. Lideraba muchas veces con el ejemplo, en el campo a veces, hablando otras. Es esa mezcla de saber estar en todos los momentos lo que le hace especial. Éramos conscientes de que teníamos un jugadorazo y un líder que te escuchaba y te ayudaba. He jugado junto a otros grandes líderes como LeBron y en esto no hay secretos. Tienes que trabajar muchísimo. No eres el mejor porque sí. Y debes ser consciente de que éste es un deporte de equipo. No hay atajos para ser el mejor. Si no eres capaz de ver que para ganar necesitas a tu equipo, ni ganas ni serás el mejor, eso está más que demostrado.
Pasamos muchos momentos difíciles. Lo bueno de esta selección española es que si no estaba Pau estaba Juan Carlos, o Jorge, o Rudy, o Felipe. Llevábamos tanto tiempo juntos que sabíamos que cuando algo no funcionaba cualquiera era igual de respetado y de líder. Pero sabíamos también que Pau era nuestro mejor jugador. No era necesario que él fuera el líder todos los días, pero eso también es ser un buen líder. Saber dejar hacer si alguien toma la palabra. Hubo muchos momentos en que Pau se echó el equipo a la espalda, como aquel partido contra Francia en el Europeo de 2015. Y tengo muchos abrazos en la memoria. Me quedó con su imagen levantando la Copa del Mundo en 2006 por lo que significó, porque hizo que todo cambiara, porque que él no pudo jugar la final, porque se equivocaron y se la dieron pensando que era la del MVP —el capitán era Carlos Jiménez—. Esa imagen significa mucho para él, para nosotros y para el baloncesto español.
Puedes seguir a EL PAÍS DEPORTES en Facebook y Twitter, o apuntarte aquí para recibir nuestra newsletter semanal.