El futuro del ciclismo
En ‘Ciclismo para niños’ (JC), Iván Libreros repasa la historia del deporte de las dos ruedas y su terminología
En la infancia, la bicicleta tiene cierta mística. Con un punto de crecimiento -el proceso de desprenderse de las ruedas laterales y lograr mantener el equilibrio es uno de los hitos de la niñez- y también algo de independencia -permite alejarse del entorno conocido y explorar nuevos territorios a otras velocidades-, se convierte en un objeto práctico y divertido. Incluye una pizca de status: habrá vehículos que lleven innumerables extras; otros, serán más básicos. Todos dejarán en la memoria un aroma de libertad, de tiempo ...
En la infancia, la bicicleta tiene cierta mística. Con un punto de crecimiento -el proceso de desprenderse de las ruedas laterales y lograr mantener el equilibrio es uno de los hitos de la niñez- y también algo de independencia -permite alejarse del entorno conocido y explorar nuevos territorios a otras velocidades-, se convierte en un objeto práctico y divertido. Incluye una pizca de status: habrá vehículos que lleven innumerables extras; otros, serán más básicos. Todos dejarán en la memoria un aroma de libertad, de tiempo por delante y de ausencia de obligaciones que, muy probablemente, no volverá.
Pasados los años, la bicicleta se transformará en un medio de transporte y en una actividad física. Con el objetivo de hacer más sencilla esa transición y de ayudar a comprender el ciclismo como deporte llega Ciclismo para niños (JC), un libro en el que Iván Libreros adapta la historia del deporte de las dos ruedas y su terminología para facilitar el acceso de los más pequeños.
Una introducción a la historia del vehículo, a las tres grandes rondas europeas, a los nombres históricos de la competición y a la deuda con las mujeres ciclistas. También una invitación a aplicar sus lecciones a la vida: “el ciclismo es el deporte que más y mejor une los conceptos de dureza y de belleza. Vosotros, chicos y chicas, gobernaréis los próximos años las contrarrelojes, los duros puertos de montaña, las clásicas… haréis de gregarios para otros, os caeréis en el camino, sufriréis, lloraréis y disfrutaréis sin igual de este maravilloso deporte”.
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