Un detalle de Silva le sirve a la Real
El taconazo del canario en el gol de Barrenetxea tumba al Levante en Anoeta
El mismo día en el que el Manchester City inauguraba el monumento a David Silva a las puertas del Etihad Stadium, donde será siempre recordado, un monumental taconazo del futbolista canario abrió las puertas a la segunda victoria de la Real Sociedad en Anoeta. A veces no hace falta más que un detalle en un partido para que los tres puntos se vayan hacia un lado u otro. Por eso le ponen la estatua a Silva, por los de...
El mismo día en el que el Manchester City inauguraba el monumento a David Silva a las puertas del Etihad Stadium, donde será siempre recordado, un monumental taconazo del futbolista canario abrió las puertas a la segunda victoria de la Real Sociedad en Anoeta. A veces no hace falta más que un detalle en un partido para que los tres puntos se vayan hacia un lado u otro. Por eso le ponen la estatua a Silva, por los detalles que inclinaron la balanza hacia su bando, un día sí y al siguiente también.
Fue un partido equilibrado el que jugaron la Real Sociedad y el Levante. Tomó la iniciativa el equipo de Imanol, aunque sin apretar a la defensa levantina. La Real no acababa las jugadas y su rival salía a veces con peligro. Cantero hizo enmudecer a la grada cuando se lanzó a impactar una pelota a la que no llegó por centímetros al borde del área pequeña. También Roger y Melero vieron pasar delante de sus barbas otro centro paralelo a la línea de gol sin acertar el remate.
En medio, Silva había conseguido quedarse a solas con la bola en el punto de penalti después de un par de sutiles movimientos de cadera, aunque remató flojo, y Oyarzabal estuvo brusco a la hora de culminar una acción en la que se había plantado ante Cárdenas.
Era un fútbol agradable el que se veía en Anoeta, como la temperatura en San Sebastián, pero sin demasiada chicha, hasta que en el minuto 42 la Real se aplicó con ímpetu en la presión, Barrenetxea robó un balón, hizo la pared con Silva, que construyó un monumento con su taconazo, y se la devolvió al joven extremo, que tuvo fortuna con su remate, que golpeó en Duarte y despistó a Cárdenas.
El Levante no pudo replicar aunque tuvo toda la segunda parte para intentar hacerlo. Llegó a apretar con fuerza en los minutos finales, con Morales y De Frutos sobre el césped, pero Remiro, al margen de atrapar varios balones aéreos, no tuvo excesivo trabajo.
El equipo agresivo que le marcó tres goles al Real Madrid en su estadio no apareció en Anoeta; estuvo apagado de medio campo hacia delante el grupo preparado por Paco López. La Real lo agradeció. Todavía no ha alcanzado la velocidad de crucero, pero le basta cualquier detalle, como el de Silva, para sacar provecho. De momento, nadie le tose en su feudo.
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