Griezmann: “Nos ha costado y nos costará”

La inestabilidad defensiva penaliza a un Barcelona animado por Memphis Depay

El Athletic de Bilbao encaja el gol del FC Barcelona, conseguido por Memphis Depay.Luis Tejido (EFE)

“Nos ha costado hoy y nos costará hasta el final de temporada”. Griezmann no tuvo reparos en admitir la superioridad del Athletic: “No hicimos un gran partido. Jugamos más lentos que de costumbre y no supimos salir de la presión hasta que se cansaron y metimos el 1-1”. Iñigo Martínez corroboró las sensaciones del delantero del Barcelona: “Merecimos la victoria, que se nos escapó por un error nuestro; les dimos de comer y no perdonaron”, una afirma...

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“Nos ha costado hoy y nos costará hasta el final de temporada”. Griezmann no tuvo reparos en admitir la superioridad del Athletic: “No hicimos un gran partido. Jugamos más lentos que de costumbre y no supimos salir de la presión hasta que se cansaron y metimos el 1-1”. Iñigo Martínez corroboró las sensaciones del delantero del Barcelona: “Merecimos la victoria, que se nos escapó por un error nuestro; les dimos de comer y no perdonaron”, una afirmación que el central corroboró con la estadística después de que el Athletic rematara 16 veces y botara 13 saques de esquina ante Neto.

Memphis es un excelente futbolista que le puede venir muy bien al Barcelona. Y la capacidad ofensiva mejorará también con Ansu Fati. El foco azulgrana, sin embargo, no está en el área rival ni en su abundante y variada línea de medios sino que, como ya ocurría con Messi, su punto débil está en su estructura defensiva, empeorada por la lesión de Ter Stegen.

Al igual que ocurre con Busquets, Èric García es un central exquisito cuando el equipo se comprime y juega en cancha ajena, inteligente en la anticipación y aseado en la salida del balón por su buen pie, y en cambio vulnerable cuando es atacado, inferior en el cuerpo a cuerpo y a campo abierto, sospechoso en un campeonato físico como la Premier. San Mamés era un escenario idóneo para medir su capacidad defensiva porque el Athletic no para de empujar ni de poner centros, intenso y valiente, animado por su hinchada y por la ausencia de Messi, que le hacía la vida imposible, 29 goles en 41 partidos.

No tiene el Barça una zaga estable ni fiable desde la retirada de Puyol y las lesiones de Piqué, sustituido en seis de los últimos 13 partidos. Eric no defendió bien a Williams, tampoco a Nico Williams en la acción que supuso su expulsión y menos a Iñigo Martínez en el gol después de la pantalla de Dani García a Araujo. El Barça encajó el 1-0 en un inicio de la segunda parte avasalladora del Athletic, intimidador, bien organizado y mejor trabajado por Marcelino.

A los centrales azulgrana no les ayudan tampoco los laterales, siempre frágiles, y mucho menos Neto, el sustituto del operado Ter Stegen. El brasileño es un portero que tembló como un flan, refugiado en el larguero, torpe en el toque, incapaz de tirar la línea de pase ante la pasional y sincronizada presión del Athletic. Las llegadas por las bandas de los rojiblancos acabaron por destemplar al Barça y aislar un largo rato a Memphis. El holandés mejora la jugada, fuerte y hábil, veloz y virtuoso, excelente en el golpeo del cuero, como se advirtió en la única jugada que pudo armar en media hora y le regaló un gol que falló Braithwaite.

Aunque escasas, las transiciones barcelonistas anunciaban una jugada de peligro cuando la pelota caía a pies de Memphis en un partido sin pausa ni centrocampistas por más interés que pusiera Busquets en gobernar la contienda de San Mamés. La carga del Athletic acabó por arramblar al Barça. A balón parado encontraron los rojiblancos remedio a su falta de puntería, poderosos desde que el árbitro anuló un gol a Araujo.

El Athletic se desfondó después de tanto esfuerzo y propició el respiro azulgrana y la reaparición de Memphis, extraordinario en el control, la orientación y el remate con la zurda ante Agirrezabala. El holandés tuvo incluso el tanto de la victoria en un remate cruzado después de la asistencia de De Jong, especialmente visible en el tramo final del vibrante partido de San Mamés.

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