Javier Calleja: “El gen ganador del Real Madrid es único”
El técnico del Alavés analiza el cambio de estilo de su equipo y recuerda su etapa en la cantera del club blanco, su rival en la primera jornada de Liga. “Ser un suicida, jugar constantemente en tu área, me parece un absurdo”
Todas las carreras profesionales tienen un punto de inflexión y el de Javier Calleja Revilla (Madrid, 43 años) puede centrarse en el momento que la temporada pasada aceptó la temeridad de hacerse cargo de un Alavés último clasificado a nueve jornadas del final del Campeonato. Ya habían pasado por Mendizorroza dos técnicos, Machín y Abelardo y el madrileño consiguió la salvación a falta de dos jornadas, sumando...
Todas las carreras profesionales tienen un punto de inflexión y el de Javier Calleja Revilla (Madrid, 43 años) puede centrarse en el momento que la temporada pasada aceptó la temeridad de hacerse cargo de un Alavés último clasificado a nueve jornadas del final del Campeonato. Ya habían pasado por Mendizorroza dos técnicos, Machín y Abelardo y el madrileño consiguió la salvación a falta de dos jornadas, sumando 15 de los 27 puntos posibles. Se ganó a pulso la renovación por dos años y el reconocimiento profesional generalizado. Para este curso los retoques más significativos de la plantilla han sido la baja del Manu García y la llegada de otro Manu García, el internacional sub 21 cedido por el Sporting.
Pregunta. El estreno liguero de su Alavés es contra el Real Madrid, el equipo de su infancia. ¿Qué recuerdos le quedan de aquellos años?
Respuesta. Muchísimos. Llegué con 9 años y me fui con 20. Once añitos. Crecí como jugador y como persona. Me acuerdo de Vicente del Bosque, que era quien llevaba la Ciudad Deportiva y estuvo presente en mi llegada y en mi salida. Recuerdo a todos los entrenadores, los compañeros. Los valores que me inculcaron a nivel de juego y de mentalidad. Ese club tiene un gen ganador único que quizás no pueda entender quién no ha estado allí. Te enseñan a creer en ti, a defender el escudo que llevas y, sobre todo, en la obligación de ganar. Te hacen muy fuerte mentalmente. Te forja el carácter. Yo lo tengo en la sangre, me lo inculcaron desde que llegué siendo un niño. El vestir esa camiseta te exige darlo todo.
P. ¿Su salida resultó muy dramática? Al fin y al cabo, le dijeron que tenía que buscarse la vida en otro sitio
R. No. Traumática no, fue normal. Entré por el torneo social y estuve desde el prebenjamín hasta el Real Madrid C, en Segunda B, pasando por todas categorías. Como era ya mi tercer año en el equipo C Del Bosque me dijo que lo mejor para mi formación y mi futuro era que me fuera cedido y me fui al Almería. Allí no fue bien la cosa. Volví en diciembre y me quedé sin equipo. Me entrené 20 días por mi cuenta porque no podía hacerlo ya en la Ciudad Deportiva y fue cuando me fichó el Alcalá de Henares. De ahí al Onda, filial del Villarreal, y después siete años en el primer equipo.
El Real Madrid es el Real Madrid siempre, al principio, al final y en el medio
P. Viajemos al presente. ¿Puede explicar en pocas palabras por qué y cómo se salvó el Alavés la temporada pasada? Cuando usted llegó era último y eludieron el descenso a dos jornadas del final.
R. Por un cambio anímico y mental de los jugadores. Cuando llegamos lo primero que detectamos fue una autoestima muy baja, una confianza por los suelos. Conseguimos que creyeran que su rendimiento individual estaba muy por debajo del que podían tener y eso hacía que el rendimiento colectivo no funcionase. Estaban metidos en el derrotismo. Simplemente, les transmitimos seguridad y confianza, además de trabajo, claro. Era difícil, pero lo conseguimos. No nos vamos a quitar méritos ahora.
P. Su Alavés se estrena con el Real Madrid. Supongo que hubiera preferido cualquier otro rival
R. El Real Madrid es el Real Madrid siempre, al principio, al final y en el medio. Esté como esté es candidato a ganarlo todo. Prefiero no pensar tanto en el Real Madrid y pensar en lo que tenemos que hacer nosotros y salir feliz con nuestro juego. No me quiero obsesionar con el Madrid, ni mucho menos. Lo hemos estudiado de cabo a rabo, como a todos los rivales. Lo más importante es nuestro juego.
P. Después de llegar sobre la marcha la temporada pasada, cabe pensar que este Alavés ya será totalmente un equipo con la etiqueta Calleja.
R. Hemos tenido mucho más tiempo para inculcar a los jugadores algunos conceptos que cuando se llega con esas urgencias no puedes hacerlo por las circunstancias. En cuanto al sistema de juego, me gusta alternar con varios. La base será una defensa de cuatro hombres atrás y a partir de ahí en el centro del campo y arriba vamos a ir cambiando dependiendo del partido, del rival, y de lo que queramos en cada momento.
No me gusta eso de dar 20 pases en el área para después nada
P. Lo que es evidente es que no le gustan la defensa de los tres centrales que tanto se ha puesto de moda.
R. Es una variante interesante porque casi siempre vas a tener superioridad para comenzar el juego desde atrás, pero me siento más seguro jugando con cuatro. Cuando hemos probado con tres centrales nos hemos metido muy atrás y nos hemos desajustado bastante más.
P. ¿Y cómo lleva la moda de salir jugando desde tu propia área con el portero, los centrales…?
R. Lo peor de todo en el fútbol es confundir. Y lo que no se puede querer es que el portero dé los pases de gol y sea quien más intervenga en el juego. Salir jugando de esa forma tiene que ser un recurso o una variante a la que no hay que renunciar, pero no hacerla una obligación. No me gusta eso de dar 20 pases en el área para después nada. Lo veo absurdo. A mis jugadores les digo que tenemos que llevar la iniciativa a través de la posesión, tener el balón cuanto más tiempo mejor, pero en el campo contrario y si hay posibilidad de llegar con tres pases mejor que con 200. Ser un suicida, jugar constantemente en tu área, me parece un absurdo. Lo que intentamos es jugar el balón, pero estamos preparados por si tenemos que jugar directos.
P. Leí en una entrevista hace tiempo que echaba de menos al futbolista de calle…
R. Lo sigo echando de menos y me da mucha rabia. El juego posicional multiplica el rendimiento del jugador. Cuanto más estudiemos al rival, cuanto más nos conozcamos y más mecanismos les demos a los jugadores más riqueza habrá, pero el jugador tiene que tener iniciativa, imaginación, creatividad. Tiene que pensar en el campo. No me gusta que esté todo robotizado, que el jugador se pueda perder en cuanto cambie un poco la conducta de un equipo.
Hay muchas escuelas de fútbol con distintos estilos a las que van los chavales y les mecanizan
P. Pero son los entrenadores los que buscan controlar todo…
R. Ahora hay muchas escuelas de fútbol con distintos estilos a las que van los chavales y les mecanizan mucho todo. El niño tiene que equivocarse, saber regatear, le tienes que dejar esa libertad y asumir ciertos errores. No hay que penalizar a un jugador porque se equivoque. Al final el jugador que te cambia un partido es el que se sale del guion. Yo soy un enamorado del futbolista de calle y se está perdiendo.
P. Pues el futbolista de calle por excelencia se ha ido de la Liga…
R. Una pena, porque este sí que teniendo 34 años es el futbolista de calle por excelencia. Es una gran pérdida para todos. Para el Barcelona, el fútbol español y para el amante del fútbol. Nos hace muchísimo daño.
P. Como entrenador sus equipos siempre marcaron en zona a Messi. Nunca tuvo la tentación de hacerle un marcaje individual y jugar diez contra diez.
R. Nunca. Es mucho más efectivo que pueda llegar una ayuda defensiva que un solo jugador esté pendiente de él. No conozco a nadie que sea capaz de frenarle. Lo ideal es intentar alejarle lo máximo posible de la zona donde más daño hace. Es un jugador único, imprevisible, superinteligente. Es muy difícil mecanizar comportamientos defensivos para pararlo.
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