Jorge Martín, el novato que pilota como un veterano, gana el GP de Estiria
El piloto español de Pramac Ducati logra su primer triunfo en MotoGP por delante de Mir y Quartararo en una carrera accidentada con Márquez octavo
Cuando todos, en la parrilla, miraban al cielo, amenazante, gris oscuro, en la cabeza de Jorge Martín, situado en la pole tras conseguir el mejor tiempo del sábado, bien podían estar resonando las palabras de Fonsi Nieto, expiloto y director del equipo Pramac Racing. “Le he dicho que mire a izquierda y a derecha y que disfrute de lo que ha conseguido después de todo lo que ha sufrido”, concedía él, que también se rompió, sufrió, pilotó y ganó. Como ganó Martín este domingo en el circuito de Spielberg despu...
Cuando todos, en la parrilla, miraban al cielo, amenazante, gris oscuro, en la cabeza de Jorge Martín, situado en la pole tras conseguir el mejor tiempo del sábado, bien podían estar resonando las palabras de Fonsi Nieto, expiloto y director del equipo Pramac Racing. “Le he dicho que mire a izquierda y a derecha y que disfrute de lo que ha conseguido después de todo lo que ha sufrido”, concedía él, que también se rompió, sufrió, pilotó y ganó. Como ganó Martín este domingo en el circuito de Spielberg después de un accidente terrible al inicio del campeonato.
Debutante en MotoGP con una Ducati satélite, Martín, que fue campeón de Moto3 en 2018, selló su primer triunfo en la categoría reina con una carrera digna de un veterano. Desde la primera posición de la parrilla –merced a una vuelta estratosférica el día anterior–, se intentó defender en la primera vuelta como pudo ante el acoso de Miller, a lomos de una Ducati oficial, cedió una posición y poco después vio también cómo le adelantaba Mir. Pero no se amilanó. Firmó la vuelta rápida en tan solo tres vueltas. Recuperó el liderato al siguiente giro. Y le dio a la maneta del gas. Llevó la voz cantante y a Joan Mir, el campeón, con la lengua fuera hasta el final de la carrera.
No hubo manera de alcanzarle. Hace años que los pilotos asumieron lo difícil que es ganar a una Ducati en este circuito austriaco, de líneas rectas y ángulos cerrados, de fuertes aceleraciones. Hace meses que sabe Mir que su Suzuki ya no es la moto más envidiada de la parrilla. Ayuda, pero no hace milagros el nuevo dispositivo holeshot, que permite bajar el centro de gravedad de la moto y controlar la altura del tren trasero para una mejor tracción. La Suzuki sigue siendo una máquina dulce y amigable, pero le falta punch, especialmente en una temporada en que todas las fábricas se pusieron las pilas y todos los pilotos parecen capaces de dar la campanada algún día. “Me faltan unas décimas para poder pelear con alguien como Martín; ha hecho una carrera perfecta”, admitió Mir.
Ha aprendido rápido Martín, que sorprende a sus rivales por cómo es capaz de gestionar las carreras, por lo bien que ha entendido el rendimiento de los neumáticos en apenas unas carreras; que se dio una alegría después de todo el dolor sufrido en los últimos meses. Su caída en el Algarve portugués a mediados de abril le dejó postrado en la cama del hospital con diversas fracturas en la mano y otra en el pie, con un traumatismo craneoencefálico y politraumatismos. Se perdió tres grandes premios. Volvió en Montmeló, a primeros de junio, y parafraseó al campeón Marc Márquez, que ha repetido en varias ocasiones el último año que “carreras hay muchas, pero cuerpo solo tenemos uno”. Después de aquello, Jorge tuvo que retirarse en Assen, incapaz de soportar la exigencia física de la carrera con ese cuerpo maltrecho. El mes y medio de vacaciones le ha dado para volver más fuerte. Y más sabio. A sus 23 años.
“Las lesiones me han hecho aprender mucho, a gestionar los riesgos y el físico. Como he hecho aquí, aunque he cometido mil errores al final porque ya no me quedaban fuerzas”, confesó, aunque los errores fueron prácticamente inapreciables. Y así lo mostraron los cronos. El madrileño logró una ventaja de casi dos segundos que le permitió terminar la prueba algo más tranquilo. Ya no sentía el aliento de Mir en el cogote. Lo había hecho todo bien para apuntarse su primer triunfo en MotoGP.
Después de Mir, que cruzó la meta, a un segundo y medio del español, llegó tercero el líder del Mundial, Fabio Quartararo, que fue incapaz de seguir el ritmo de los dos primeros, pero sigue sin perder ocasión de sumar para defender ese primer puesto de la general. Ni en los circuitos que más se le atragantan a la Yamaha da su brazo a torcer el francés, agresivo al inicio de la carrera, consciente de que no podía perder el tren.
Un accidente a las tres vueltas de comenzar y que obligó a suspender la prueba y volver a lanzar la salida acabó desmontando los planes de alguno, como Bagnaia, por ejemplo, que aspiraba a la victoria y terminó 11º después de cambiar neumáticos. Lo mismo que Márquez, que también cambió y que también terminó peor de lo que se esperaba, octavo –después de algún toque, una salida de pista y mucha dificultad para remontar–, tras un inicio prometedor antes de que Savadori –se fracturó el maléolo del pie derecho– y Pedrosa, de vuelta en un gran premio como piloto probador de KTM –tomó la salida de nuevo y acabó 10º–, chocaran en la curva tres y dejaran sus motos ardiendo en el asfalto.
Al final, no llovió, por cierto.
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