Harry Kane reivindica el trono de Europa
Alentado por Mourinho y querido por Guardiola, el capitán de Inglaterra compite animado por su deseo de consagrarse lejos del Tottenham
José Mourinho sospechaba que tenía los días contados cuando a finales de marzo llamó a su despacho a Harry Kane. Si por algo se distingue el entrenador más ruidoso que ha producido la industria contemporánea del fútbol es por su olfato para detectar los vaivenes del mercado. Mourinho sabía que el Tottenham no tardaría en despedirle y, antes de desaparecer, quiso darle un consejo al jugador que más lealtad le demostró cuando era evidente que el ve...
José Mourinho sospechaba que tenía los días contados cuando a finales de marzo llamó a su despacho a Harry Kane. Si por algo se distingue el entrenador más ruidoso que ha producido la industria contemporánea del fútbol es por su olfato para detectar los vaivenes del mercado. Mourinho sabía que el Tottenham no tardaría en despedirle y, antes de desaparecer, quiso darle un consejo al jugador que más lealtad le demostró cuando era evidente que el vestuario le había dado la espalda.
El entrenador fue tan elocuente como directo cuando, según fuentes próximas a Kane, le advirtió de que, si no abandonaba el club este verano, su carrera entraría en un declive irreparable. “Tú le has dado lo máximo al Tottenham”, le dijo, “pero ni tú como futbolista te puedes permitir no jugar la Champions todos los años, ni la Champions puede permitirse que tú no estés en la competición”.
Los 23 goles y 14 asistencias de Kane no habían impedido que el Tottenham sufriera hasta acabar séptimo en la Premier, por debajo de puestos de Europa League. A sus 27 años, el capitán no había vestido otro uniforme profesional y su horizonte se oscurecía. Compadecido, Mourinho le pidió que no se dejara engañar por su natural prudencia y reforzara la autoestima. Tenía razones sobradas. Lo consideraba, le aseguró, el mejor futbolista que había entrenado después de Ronaldo Nazario, al que dirigió en Barcelona en 1996-97. Por delante de Cristiano Ronaldo, Ibrahimovic, Eto’o, Pogba, Drogba, Hazard o Benzema. De lejos.
Mourinho le previno de que si no salía del Tottenham este verano sufriría un estancamiento psicológico. Sin el estímulo de la lucha por los grandes títulos su ambición se apagaría y su rendimiento ya no volvería a estar a la altura de su potencial. Kane percibió que el técnico le hablaba de forma desinteresada y se sintió tan conmovido que no tardó en acudir a su agente para que pidiera una cita con el presidente, Daniel Levy. De la conversación que mantuvieron los representantes del jugador con el primer ejecutivo surgió un acuerdo. Si el Tottenham recibía una buena oferta por él, el club pondría facilidades para abrirle la puerta. Tanto Levy como sus asesores y los agentes de Kane coincidieron en una cosa: más allá del verano de 2021 las probabilidades de que el futbolista se revalorizara disminuirían progresivamente. A pesar de la depresión comercial inducida por la Covid, las oportunidades de conseguir un buen traspaso aprovechando el escaparate de la Eurocopa podrían ser insuperables. Para empezar, Levy puso un precio récord para un jugador británico: 170 millones de euros.
El Chelsea y el Manchester City se han puesto a la cabeza de la puja. Pero, de momento, ha sido el City el más enfático. Pep Guardiola, apuntan los intermediarios, considera que Kane es la pieza que le falta para cuadrar el círculo de una obra estructurada sobre la reunión de centrocampistas y afines. Kane tiene mucho de eso. Lo observó el propio Mourinho, puesto a descifrar el intelecto que había propiciado una metamorfosis insólita. Nunca en la historia del fútbol un volante que hasta los 20 años ofició de organizador en el mediocampo supo transformarse en un delantero centro de época. Quienes le vieron en las categorías inferiores le comparan con Schuster. Muy preciso en el pase pero demasiado lento para resultar apreciado en el vértigo box to box del fútbol inglés.
Desde Gascoigne
”He apostado cien libras a que Kane será el mejor jugador de la Eurocopa”, asegura jocoso, desde Londres, uno de los agentes con mejores contactos en la Premier. El rumor circula a toda velocidad. La motivación del futbolista de mente más luminosa que ha dado Inglaterra desde Paul Gascoigne, el líder absoluto de su selección, alcanzará niveles solo posibles en situaciones de presión máxima. Kane no solo disputará un título que su país no tiene, y, además, jugando en Wembley. Decidirá media carrera en un puñado de partidos y lo hará bien acompañado por una generación de jóvenes entregados. Las condiciones perfectas para una exhibición.
Levy parece dispuesto a cumplir. Lo demostró el viernes 4 de junio, cuando Antonio Conte acudió a Londres en un jet privado para negociar la firma de su contrato como nuevo entrenador del Tottenham. Dicen personas próximas a la transacción que lo primero que hizo Conte fue preguntar por Kane. Cuando los enviados del club le reconocieron que no podían garantizarle su continuidad, el técnico se negó a sentarse para formalizar la negociación. Dio media vuelta, regresó al aeropuerto, y se montó de nuevo en su avión privado de regreso a Italia.
“Probablemente estemos en un mejor momento en esta Eurocopa que en el Mundial de 2018”, dijo este lunes Kane. “Ahora tenemos más claro lo que somos como equipo. Pero nos queda mucho trabajo por hacer, sobre todo en el plano mental”.
Dotados de preponderancia y poder dentro de un equipo, hay jugadores que reaccionan redoblando su voluntad de disfrutar y exhibirse. Otros, como Harry Kane, elevan su nivel y el de sus compañros desde la sobriedad. El capitán de Inglaterra posee además un carácter amable y gentil que le convierte en un líder positivo en los momentos difíciles. Rodeado de sus coetáneos, por su madurez, adquiere dimensión paternal. Lo advirtió Pochettino cuando era técnico del Tottenham: “Habla más de lo que parece, dentro y fuera del campo, pero nunca es parlanchín y siempre lo hace para ayudar a sus compañeros”.
En el negocio del fútbol de máximo nivel, señalado por la obsesión productiva, el altruismo es una cualidad rara. Más todavía en un nueve.
Harry Kane es un tipo peculiar que ha vivido la temporada que concluye en un estado de evidente melancolía. Se le notaba en el campo de juego. Su profundo vínculo emocional con la hinchada de los spurs le ha impedido una separación sencilla. Ahora está a punto de romper el lazo. Siente que en esta Eurocopa puede demostrar que es el mejor jugador del continente.
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