Messi puede con el Getafe

El Barcelona mantiene el pulso en la Liga con un triunfo propiciado por Leo, punto final absoluto del equipo azulgrana

Djene intenta frenar a Messi.Enric Fontcuberta (EFE)

Hay noches en las que Messi resulta imparable, futbolista en combustión al que nadie puede echarle el lazo. Eso ocurrió en el primer tiempo ante el Getafe, suficiente para definir el encuentro y mantener el pulso del Barcelona en su idea de conseguir el doblete, toda vez que depende de sí mismo tras conquistar la Copa. Así, Leo soltó seis disparos de los que embocó dos, también estrelló uno en el palo, otro al larguero, uno más lo detuvo el portero y el último, ya casi por vergüenza, lo lanzó alto. 33 goles del argentino en la ...

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Hay noches en las que Messi resulta imparable, futbolista en combustión al que nadie puede echarle el lazo. Eso ocurrió en el primer tiempo ante el Getafe, suficiente para definir el encuentro y mantener el pulso del Barcelona en su idea de conseguir el doblete, toda vez que depende de sí mismo tras conquistar la Copa. Así, Leo soltó seis disparos de los que embocó dos, también estrelló uno en el palo, otro al larguero, uno más lo detuvo el portero y el último, ya casi por vergüenza, lo lanzó alto. 33 goles del argentino en la temporada, 25 en una Liga de la que ya vuelve a ser el Pichichi distanciado.

Empezó como un torbellino el encuentro, con una advertencia de Messi en un disparo desde la frontal que tocó en el travesaño y botó sobre la línea de gol (en ningún caso toda la pelota cruzó la raya), después con el gol al aprovechar un pase magnífico de Busquets en profundidad y soltar un remate cruzado. Pero el Getafe se las sabe todas y cuando Mingueza dejó el terreno de juego por unas molestias en la rodilla, Cucurella aprovechó el hueco para sacar un centro que Ángel remató a la remanguillé, finalmente metido el balón en propia puerta por Lenglet.

Digeridas las curvas, el Barça decidió madurar el partido con el balón entre los pies, con tener el protagonismo, feliz por jugar en campo contrario. Algo a lo que tampoco le hizo ascos el Getafe -que planteó una línea de cinco defensas en el repliegue-, a la espera de salir con una contra esporádica y encontrar el remate oportuno. Pero no llegó eso sino uno de los peores errores posibles, pifia colosal de Sofian y de Soria porque el central pasó hacia atrás sin levantar la cabeza al tiempo que el portero no grita pidiéndolo… para que la pelota acabe en un pase a gol, en un tanto en propia puerta, también en condena para el Getafe. Aunque de eso ya se encargaba Messi, que le pegó de volea al pisar el área y envió el balón al poste y de nuevo a la red.

Sentenciado el Getafe antes de comenzar el segundo acto, al menos con una propuesta tan timorata de quedarse en su área, el Barcelona decidió dar oxigeno a sus centrales Piqué y Lenglet. También movió el banquillo Bordalás pero no varió la hoja de ruta, poca intención en el Camp Nou. Ocurrió que Araujo cometió un penalti en el área que bien se podía ahorrar porque fue un pisotón a destiempo y Ünal convirtió desde los 11 metros. Vitaminas para el Getafe y preocupación para el Barcelona como evidenció una bronca tremenda del técnico a Mingueza, que no pasó a mayores porque el defensa la aceptó de maravilla, actitud encomiable.

Pero el arreón final del Getafe no fue suficiente y el Barcelona se llevó el triunfo para mantener la ilusión del doblete, confirmado por un tanto de Araujo y otro de Griezmann desde los once metros con permiso del argentino, que renunció al hat-trick. Así, el Barça sigue dependiendo de sí mismo. Gracias, en parte y como siempre, a Messi.

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