Atlético, un plan de media hora para olvidar
Las ocasiones perdidas y los cambios de dibujo y jugadores hundieron a los rojiblancos en el derbi
Una hora de incontestable dominio en el derbi acercó al Atlético a asestar un golpe de mano a LaLiga. Media hora de desplome, sobre todo ofensivo, abortó esa posibilidad. En ese espacio de tiempo, el equipo de Simeone ya no presionó tan alto y esta vez los cambios de dibujo y de jugadores que introdujo el entrenador no evitaron l...
Una hora de incontestable dominio en el derbi acercó al Atlético a asestar un golpe de mano a LaLiga. Media hora de desplome, sobre todo ofensivo, abortó esa posibilidad. En ese espacio de tiempo, el equipo de Simeone ya no presionó tan alto y esta vez los cambios de dibujo y de jugadores que introdujo el entrenador no evitaron la crecida y el empate del Real Madrid. Desde que el Cholo ordenó el cambio a la defensa de tres centrales (m. 68) hasta el empate del Madrid, el Atlético solo pudo pisar área con dos galopadas de Llorente. Mientras, el equipo de Zidane probó a Oblak con un disparo lejano de Valverde y un libre directo de Benzema. El francés, además del gol, antes de la doble ocasión que destapó la versión milagrera del meta eslovena, tuvo otra más al borde del área.
La ocasión perdida y la erosión que siempre le genera que el vecino le chafe un partido en los minutos finales, ha generado una digestión dura del derbi para el Atlético. A Simeone y a sus futbolistas les ha ocupado reforzarse anímicamente con su autoritaria primera hora de juego. Más allá de haberse movilizado, de la mano del club, para contrarrestar las quejas del Madrid por la mano de Felipe no castigada con penalti por el colegiado, previa revisión del VAR, el lamento por las ocasiones perdidas es lo que más han verbalizado técnico y jugadores en sus análisis.
Al Atlético le pesó meterse en el último tercio del encuentro con la sensación de que podía haber llegado a ese tramo con una ventaja más definitiva. El derbi empezó a dejar de estar tan inclinado para los rojiblancos nada más desperdiciar Correa, justo a los sesenta minutos, una volea que pegó picuda, según Simeone, porque los focos deslumbraron a su delantero. No volvió a rematar más el Atlético.
Tres minutos antes de la pifia del argentino, Simeone había introducido su primer cambio, Saúl por Lemar (m. 57). El movimiento había sido el primero del preparador para empezar a jugar con el rédito del fino gol de Luis Suárez. Antes, Zidane ya había movido ficha con la entrada de Valverde y Vinicius por Asensio y Rodrigo. La respuesta de Simeone fue robustecer la línea media.
Ese primer relevo en el once rojiblanco no implicó un cambio de dibujo, pero sí del perfil del jugador elegido para formar pareja, en ataque, con Luis Suárez, e incrustarse como quinto centrocampista en defensa. Esa variante, ya la aplicaba Simeone con Raúl García. La titularidad de Lemar en esa posición fue ensayada el viernes en la intimidad del Metropolitano. Fue su gran apuesta para el derbi junto al regreso a una línea de cuatro defensas. Tampoco varió de inmediato el esquema el Cholo con la entrada de João Félix (m. 63) por Carrasco, en un cambio que implicó a dos jugadores ofensivos. Eligió al belga para ser sustituido, aunque físicamente a Correa ya se le veía exhausto. Protagonizó dos pérdidas de balón con todo a favor para entregar bien la pelota fruto del agotamiento. Una de ellas tiró por la borda una contra clara y la otra generó la doble ocasión de Benzema que, de no de ser por el empate, hubiera encumbrado a Oblak como el héroe final del Atlético dentro de un guion muy de Simeone.
El paso a la defensa de tres centrales lo ordenó Simeone cinco minutos más tarde de la entrada de João Félix. Con esa nueva disposición jugó ya el resto del partido, salvo cinco minutos en los que recuperó la defensa de cuatro para volver a mandar a Saúl por detrás de Suárez para blindar más el centro y situó a João Félix como quinto centrocampista por la izquierda.
Con la entrada de Kondogbia (m.80) ya sí por el exprimido Correa, Simeone volvió a establecer la defensa de cinco que tantas dudas le había generado en los últimos partidos. Y con ella encajó el gol del empate que rubricó la media hora y el plan para olvidar.