El Sevilla chuta mejor que el Barça

El conjunto azulgrana palidece de nuevo en las áreas y se complica la eliminatoria frente a un rival atinado en el remate

Dembélé y Papu, en una acción del partido.Angel Fernandez (AP)

El Barça comenzó el duelo valiente, con una presión avanzada y con el gobierno del balón, también del territorio. Pero el Sevilla es un bloque, equipo que mueve las líneas al compás y de forma armoniosa, una defensa muy difícil de superar. Y le costó lo suyo al equipo de Koeman, solo catapultado por el pie de Messi y las píldoras de Dembélé por el costado. Pero no se salían con la suya, tampoco un Leo que siempre tuvo al Sevilla como su rival predilecto porque sumaba 37 dianas en 41 partidos, ya en 42. Y eso que pudo marcar cuando recogió una asistencia de Griezmann, también un paradón de Bono...

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El Barça comenzó el duelo valiente, con una presión avanzada y con el gobierno del balón, también del territorio. Pero el Sevilla es un bloque, equipo que mueve las líneas al compás y de forma armoniosa, una defensa muy difícil de superar. Y le costó lo suyo al equipo de Koeman, solo catapultado por el pie de Messi y las píldoras de Dembélé por el costado. Pero no se salían con la suya, tampoco un Leo que siempre tuvo al Sevilla como su rival predilecto porque sumaba 37 dianas en 41 partidos, ya en 42. Y eso que pudo marcar cuando recogió una asistencia de Griezmann, también un paradón de Bono, que sacó el pie a tiempo ante su volea con la zurda.

Sin la puntería necesaria -una losa que carga el Barça desde hace tiempo-, el Sevilla tomó la alternativa y no falló. Fue Koundé, un central como la copa de un pino que puede hacer las veces de medio y hasta de ariete. Como en esa incorporación en la que dribló a Griezmann y a Umtiti -de nuevo retratado- para pisar área y soltar un latigazo fuera del alcance de Ter Stegen pero dentro de los tres palos. Gol y jauja para el Sevilla.

Pretendió el Barcelona poner una marcha más tras el entreacto y casi lo consigue porque Bono sacó una mano milagrosa tras un remate ajustado de Messi, también una manopla a tiempo cuando Dembélé sorprendió con un córner que pretendía ser un gol olímpico. Pero el gobierno -prolongado porque Messi probó otros dos disparos y una falta envenenada; Dembélé uno más; y Mingueza uno último- no se tradujo en premio y Lopetegui decidió dar aire y oxígeno a su equipo con un triple cambio (la banda izquierda nueva y la punta también). Suficiente para mantener el ritmo, para correr de área a área y desdibujar a un Barcelona que lo intentó pero se quedó con las ganas, extrañamente sin cambios en el once hasta que al duelo le quedaron 10 minutos. No llegó a tiempo el equipo de Koeman, que se complica de lo lindo la Copa. Tanto le da al Sevilla, que toma la delantera en la eliminatoria.


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