Joan Barreda, mucho gas y poca estrategia

El de Honda, uno de los tres pilotos con más triunfos en la historia del rally, busca su primer Dakar sin renunciar a su estilo

Joan Barreda, en un momento de la sexta etapa disputada este viernes en Arabia Saudí.Florent Gooden HANDOUT via ASO (EFE)

Hay pilotos que no saben aflojar. Joan Barreda (Torreblanca, Castellón; 37 años) es uno de esos pilotos. Formado en el motocross, su gran pasión, disputa este año su undécimo Dakar. Y ni queriendo pudo ayer renunciar a la victoria de etapa. Como leen.

El de Honda, que había salido en la 17º posición este viernes tras las dificultades en la navegación el día anterior al abrir pista como ganador de la etapa del miércoles, salió al ataque desde las...

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Hay pilotos que no saben aflojar. Joan Barreda (Torreblanca, Castellón; 37 años) es uno de esos pilotos. Formado en el motocross, su gran pasión, disputa este año su undécimo Dakar. Y ni queriendo pudo ayer renunciar a la victoria de etapa. Como leen.

El de Honda, que había salido en la 17º posición este viernes tras las dificultades en la navegación el día anterior al abrir pista como ganador de la etapa del miércoles, salió al ataque desde las posiciones más retrasadas. Su intención inicial era no solo ganar, sino, sobre todo, recortar minutos a sus rivales en una etapa que se preveía dura, larga y con dificultades, tanto técnicas, con muchas dunas, como de navegación. Pero no fue así. La jornada del jueves, en la que fue especialmente difícil encontrar la ruta correcta, dejó a tantos vehículos rezagados entre las dunas —muchos pasaron la noche en el desierto—, que la organización decidió retrasar la salida de los pilotos del vivac en Al Qaisumah en una hora y media. Y también acortar en 100 kilómetros la etapa de ayer.

Suavizada la especial, Barreda, siempre rapidísimo, decidió al acercarse a la meta que sería preferible ceder el triunfo a alguno de sus rivales para evitar tener que volver a abrir pista en la siguiente cronometrada. Así que se frenó y dejó correr el tiempo. Esperó algo más de un minuto pues pensó que así no quedaría primero. Pero erró con sus cálculos. Ross Branch (Yamaha) y Daniel Sanders (KTM) fueron 13 y 53 segundos más lentos que él. Y su principal rival por el título, Toby Price, líder de la general, se dejó casi cuatro minutos. Y volverá a salir este domingo —hoy es la etapa de descanso— en una magnífica posición, séptimo, para ampliar su ventaja. O eso parece.

Porque, como bien demostró Barreda ayer, no todos los planes salen bien en el Dakar. Y en una carrera tan tuya-mía como estamos viendo este año, en la que la estrategia desempeña un papel fundamental y los resultados son como un yoyó —un día ganas, al otro no entras ni en el top 10— ganar etapas no lo es todo.

Bien lo sabe el español, que en sus diez participaciones cuenta cuatro abandonos. Representa como nadie la esencia del Dakar, una carrera durísima en que terminar es todo un éxito. Y sufrir varapalos está a la orden del día. Ya el año de su debut, Barreda tuvo una caída que le dejó fuera de la competición en la segunda etapa; al año siguiente logró su primera victoria. Y desde entonces no ha parado de sumar. Aunque sus 27 victorias ocultan una espina que lleva bien clavada: no le sirvieron para ganar el Dakar. Por ahora.

De momento, el 2021 le sonríe. Ganar 27 especiales del Dakar en la categoría de motos está solo al alcance de unos privilegiados. Y él lo es. Con el triunfo de ayer, el tercero este 2021, el español se sitúa entre los tres pilotos con más victorias de etapa de la historia de la carrera. Por delante tiene a dos míticos: Stéphane Peterhansel y Cyril Despres, ambos con 33 triunfos, seis títulos para el primero, cinco para el segundo.

Claro que a Barreda le gusta casi más correr que jugar a ganar el Dakar. La estrategia, en su caso, pasa a un segundo plano. Eso —y una buena dosis de mala suerte— lo ha dejado, a menudo, fuera de la pelea por el título. Pues las caídas a toda velocidad han acabado por sentenciar su carrera. No hay más que mirar su historial en los últimos tres años: en 2018, por ejemplo, abandonó por problemas en la rodilla y la muñeca cuando era segundo de la general; en 2019, una caída acabó con él en una hondonada llena de rocas de la que le costó salir más de una hora: perdió el liderato; el año pasado llegó tocado por un accidente los días previos, corrió con una fisura en las costillas, se cayó en dos etapas y acabó hecho una piltrafa. Después de aquello hasta ganó una etapa. Y terminó. Llegó a la meta final en Qiddiya. Pero sin opción alguna de pelear por un Touareg que se le resiste como a pocos.


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