Nadal no afloja (y Djokovic tampoco)

Por caminos muy distintos, pero con idéntico destino, Rafael Nadal y Novak Djokovic solventaron sus respectivos duelos de semifinales, en Acapulco y Dubái, y se situaron a un solo paso de elevar un nuevo trofeo. El 85º individual sería, en el caso del balear, y el 79º para el serbio. Toma y daca, sin tregua. Se anunciaba a comienzos de semana un litigio por el número uno, atendiendo a un presente inmediato que en realidad no hace sino subrayar una ...

Por caminos muy distintos, pero con idéntico destino, Rafael Nadal y Novak Djokovic solventaron sus respectivos duelos de semifinales, en Acapulco y Dubái, y se situaron a un solo paso de elevar un nuevo trofeo. El 85º individual sería, en el caso del balear, y el 79º para el serbio. Toma y daca, sin tregua. Se anunciaba a comienzos de semana un litigio por el número uno, atendiendo a un presente inmediato que en realidad no hace sino subrayar una disputa que va mucho más allá del momento: ambos, habiendo dado un paso a un lado Roger Federer, lesionado hasta finales de junio, dirimen una lucha encarnizada por capitalizar una temporada absolutamente trascendental.

La gran carrera por la historia sigue su curso y ni uno no otro ceden. Nadal venció con autoridad al búlgaro Grigor Dimitrov (6-3 y 6-2, en 1h 44m) y accedió a la final del torneo de Acapulco, en la que se medirá en la próxima madrugada (4.00, #Vamos) al estadounidense Taylor Fritz (2-6, 7-5 y 6-3 a John Isner). Mientras tanto, Nole tampoco baja el pistón y superó al francés Gael Monfils por 2-6, 7-6(8) y 6-1, en 2h 35m. Eso sí, el balcánico logró escapar de una situación límite, puesto que su rival lo tuvo contra las cuerdas y dispuso de tres bolas de partido que abortó magistralmente el rey actual del circuito, citado por el título de Dubái con Stefanos Tsitsipas (6-2 y 6-3 a Daniel Evans).

No obstante, la resolución de uno y otro nada tuvo que ver. Nadal derribó por enésima vez al endeble Dimitrov, y lo hizo con una exhibición al resto. Poco afinado con el saque, el de Manacor contrarrestó la desventaja de los dos parciales (1-2 en el primer set, y 0-2 en el segundo) con dos acelerones radicales: volteó el primer parcial enlazando cuatro juegos consecutivos y el segundo seis, sin permitir un solo hueco a la duda. Así restableció el orden de un pulso que acentuó la diferencia entre él y el búlgaro, que ya arrastra una desventaja de 2-13 en los cruces particulares entre ambos.

“Él ha tenido break arriba tanto en el primero como en el segundo set”, matizó Nadal, de 33 años. “Puede parecer que ha sido cómodo, pero los pequeños detalles lo cambian todo y esta vez han caído de mi lado. He ido de menos a más y regresar a una final, después de haber perdido en los cuartos de final de Australia, significa una inyección de moral para mí”, subrayó el mallorquín, que se enfrentará por primera vez a Fritz, de 22 años y 35 del mundo. “Cuando era más joven, a mí también me hacía mucha ilusión jugar contra Agassi o Federer, porque cuando tienes esa edad todo tiene un sabor especial”, apostilló cuando se le trasladó que el norteamericano deseaba encontrarse con él, clasificado para su primera final de la temporada y aspirante a obtener su tercer trofeo en Acapulco tras los de 2005 y 2013, entonces sobre tierra.

“Es como estar al borde de un acantilado. Es un todo o nada, una cuestión a vida o muerte en ese momento. Cuanto más la experimento, más cómodo me siento en esa sitaución”, ilustró Djokovic, de 32 años, en referencia a su ejercicio de supervivencia ante el galo Monfils, que pese a dominar en al arranque volvió a diluirse psicológicamente y ahora resume sus careos con el de Belgrado en un 0-17 adverso. Garantizada la retención del número uno, Nole desea elevar su tercer premio de la temporada tras la ATP Cup y Melourne, aunque este sábado se cruzará en su trazado (16.00, Movistar Deportes) el griego Tsitsipas, seis del mundo y que ya le ha vencido un par de veces, el año pasado (cuartos de Shanghái) y en 2018 (octavos de Montreal).