Irlanda se reivindica e Inglaterra recupera la Copa Calcuta

El XV del Trébol, líder del torneo, convence ante Gales (24-14) y el XV de la Rosa sobrevive a la tormenta en Edimburgo (6-13)

El irlandés Dundee Aki trata de avanzar.Peter Morrison (AP)

La segunda jornada del Seis Naciones deja a una candidata y a una superviviente. El primer título se lo lleva Irlanda, que ha reverdecido laureles a costa de la vigente campeona, una Gales que fue superada en Dublín. Tras las penurias de 2019, Irlanda recupera su coraza. Y subsiste Inglaterra, que limitó daños con el punto bonus en su clara derrota en París seis días atrás y mantiene sus opciones tras rescatar en la fiera tormenta de Edimburgo la Copa Calculta, el trofeo que disputan anualmente con los escoses, que lo tenían en sus vi...

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La segunda jornada del Seis Naciones deja a una candidata y a una superviviente. El primer título se lo lleva Irlanda, que ha reverdecido laureles a costa de la vigente campeona, una Gales que fue superada en Dublín. Tras las penurias de 2019, Irlanda recupera su coraza. Y subsiste Inglaterra, que limitó daños con el punto bonus en su clara derrota en París seis días atrás y mantiene sus opciones tras rescatar en la fiera tormenta de Edimburgo la Copa Calculta, el trofeo que disputan anualmente con los escoses, que lo tenían en sus vitrinas desde 2018. Irlandeses e ingleses se citarán en Londres dentro de dos semanas.

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Tras ocho victorias consecutivas en el Seis Naciones, Gales cayó donde lo hizo por última vez, bajo el sol de Lansdowne Road. Lo hizo ante una Irlanda revivida que dominó la delantera, se adueñó el oval y defendió con uñas su retaguardia. El duelo sirvió de confirmación al medio-melé Conor Murray, cuestionado ante la emergencia de John Cooney en la Copa de Europa. Orquestó a la perfección las cargas de sus delanteros, con una primera línea portentosa y un genial CJ Stander destruyendo secuencias rivales.

Empezó Gales con dos defensas de mérito en su línea de cinco metros, tirando de su buena melé y de su picardía para hacer injugable un balón propicio irlandés. De tanto llamar a la puerta, Jordan Larmour, la promesa que se ha hecho con el puesto de playmaker en la trasera irlandesa, quebró a Nick Tomkins y ensayó junto a la línea. Respondió Gales, quizás menos granítica que otras veces pero no falta de talento para romper líneas. Suyo fue el ensayo de la tarde, con dos continuaciones de gran mérito de Alun Wyn Jones y Dan Biggar que habilitaron el esprín feliz de Tomos Williams.

Irlanda se marcharía al descanso por delante (12-7) gracias a un esfuerzo titánico de Tadhg Furlong, el pulmón de la primera línea verde. Tras desequilibrar a la melé galesa, se lanzó hercúleo entre camisetas rojas y ensayó. El paso por vestuarios no rehabilitó al XV del Dragón. Los irlandeses exprimieron el maul, su preciada plataforma, y lo llevaron rodado hasta la zona de marca. Tras la revisión por video, Romain Poite no vio ninguna imagen clarividente para cambiar la decisión tomada en el campo.

Pudo volver a la contienda Gales en una escaramuza de Hadleigh Parkes, pero al poderoso centro se le escapó el oval mientras intentaba posarlo. Ahí estaba el capitán irlandés, Johnny Sexton, para aplaudir cuando la revisión confirmó que no habría ensayo. Poco después, la melé local salvaría otra bala de plata galesa. Sin gasolina, el XV del Dragón se vio recluido en su campo ante una Irlanda que aseguró el punto bonus tras un ensayo de Andrew Conway tras una secuencia genial de Cooney, apenas un suspiro después de relevar a Murray. Cerraría el marcador Gales con un ensayo de castigo de un XV del Trébol en inferioridad numérica.

En Edimburgo se vio otra película. Ni siquiera un excelso pateador como Owen Farrell pudo domar la tormenta en Murrayfield. Rara vez verán una patada del 10 inglés tan desviada como el primer golpe que intentó entre palos. Pocos minutos después, Farrell abrió el marcador con un tiro más propicio, los únicos tres puntos de una primera mitad para olvidar. Los escoceses acumularon fallos como un golpe de castigo que Stuart Hogg no logró sacar del campo, dando el balón a los ingleses, o una patada de Adam Hastings que mandó directamente fuera sin el escudo de su zona de 22. En el naufragio, dominaron los ingleses, que pudieron ampliar la renta en un drop fallado de George Ford.

El escaso déficit mantuvo el optimismo escocés, que empató poco después del paso por vestuarios. A la segunda indisciplina inglesa, el XV del Cardo pidió al fin palos. Pese a ser una patada centrada y cercana, Hastings anotó por los pelos. Empezaron a acumularse los errores ingleses, que perdían metros con patadas desatinadas y se veían a contracorriente. Con todo, los locales no encontraron la constancia y cometieron dos faltas en la melé. Farrell volvió a apuntar a palos desde una posición a priori factible y con viento a favor, pero no hubo forma. No pateaba contra los postes, sino contra Eolo, que no hacía concesiones.

El partido lo volvió a decidir, muy a su pesar, Hogg, como hiciera siete días atrás en Dublín con un fiasco a la hora de posar. El explosivo zaguero, señalado por sus fallas defensivas, se perdió ante el bote de un balón que se le escapaba entre sus postes. Se lanzó como pudo para evitar el ensayo inglés, pero solo pudo posar en su zona de marca, dando al rival una melé propicia a cinco metros. En un partido sin apenas opciones, era una cita deliciosa para el XV de la Rosa, que tiró de delantera y logró el ensayo en un esfuerzo a una mano de Ellis Genge. Hasta Farrell coló la transformación. Escocia no tuvo capacidad de reacción. Francia e Italia despiden este domingo (16:00 horas) la segunda jornada.

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