El valor de la casa amarilla

Ocho canteranos forman parte del equipo de Emery ante el conjunto de Zidane

Gerard Moreno celebra su gol ante el Madrid este sábado en La Cerámica.AFP7 vía Europa Press (Europa Press)

La presencia del Madrid requería un protocolo elegante. Unai Emery se vistió de traje y corbata ante los muchachos de Zidane. Hasta la fecha, el técnico de Hondarribia se situaba en el banquillo enfundado en un chándal que le permitía gesticular con comodidad. La americana no cambió el hábito ni el carácter hiperactivo del preparador vasco en la banda, que contrastaba con el flemático Zizou.

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La presencia del Madrid requería un protocolo elegante. Unai Emery se vistió de traje y corbata ante los muchachos de Zidane. Hasta la fecha, el técnico de Hondarribia se situaba en el banquillo enfundado en un chándal que le permitía gesticular con comodidad. La americana no cambió el hábito ni el carácter hiperactivo del preparador vasco en la banda, que contrastaba con el flemático Zizou.

Emery ha caído de pie en La Cerámica. La pretendida aspiración del propietario Roig ha sido siempre que el equipo sea competitivo, con gusto por el juego y en el que tenga cabida la cantera, piedra angular para que la entidad sea sostenible. Y Emery está consiguiendo que el Villarreal sea reconocible por su estilo y con una amplia presencia de jugadores de la casa, como Trigueros, Moi Gómez, Pedraza, el capitán Mario y los internacionales Gerard Moreno y Pau Torres, nacido en Vila-real. Los seis formaron de inicio ante el Madrid. En la segunda mitad se sumaron Yeremi Pino y Chukwueze y resultaron protagonistas en la mejoría amarilla.

No fue el inicio esperado para el Villarreal. Apenas alcanzado el segundo minuto, el Madrid se adelantaba en el marcador por mediación de Mariano en una acción polémica. Carvajal intentó un pase con Lucas Vázquez como destinatario. El esférico, interceptado por Pedraza, no llegó al gallego, que parecía que se encontraba en posición de fuera de juego, como así lo hizo saber el juez de línea, que levantó la bandera tan rápidamente como la bajó. Hernández Hernández dejó seguir la jugada de la que varios jugadores amarillos se desentendieron. Y que concluyó en el gol del Madrid ante las protestas de los locales.

La respuesta del Villarreal fue tibia, con un despliegue correcto y sin picante. Hasta el final del primer acto el partido cayó en la indefinición, alternando ambos equipos la posesión sin apenas asomarse a las áreas de Asenjo y Courtois, con mucho trabajo con los pies para dar salida al juego y sin utilizar el palentino ni el belga las manos, sin un disparo entre los tres palos que descontar en los primeros 45 minutos salvo el remate de Mariano al inicio que puso en ventaja al Madrid.

Todo cambió en los segundos 45 minutos. El Villarreal dio un paso adelante. Pero a Emery le parecía insuficiente e introdujo dinamismo y desborde con la entrada de Estupiñán, Chukwueze y Yeremi Pino. Este último, a sus 18 años, es la última joya de la cantera amarilla, talento canario. Ocho jugadores de la casa jugaron ante el Madrid y dos de ellos resultaron protagonista en el empate. Chukwueze fue objeto de un penalti que transformó Gerard Moreno. “En la segunda mitad dimos un paso adelante y pudimos llevarnos la victoria. El punto es meritorio. Seguimos en la misma línea”, comentó al final el delantero catalán que suma cinco tantos.

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