Sergi Martínez le brinda el clásico al Barça
El alero de la cantera azulgrana frustra la remontada del Madrid con una actuación formidable y una serie de acciones cruciales
Se llama Sergi Martínez, nació hace 21 años en Rubí (Barcelona) y se convirtió en el hombre clave del clásico europeo a puerta cerrada que se llevó el Barça. El Real Madrid no pudo culminar la remontada que inició ya entrado el tercer cuarto, después de haber sido vapuleado y dominado por 23 puntos. Cuando el nervio, la decisión y la pegada de Llull parecían en disposición de culminar la reacción de Campazzo, Thompkins y Abalde, Sergi Martínez puso el broche para el Barça, al equipo que le ha criado durante 12 temporadas en sus categorías inferiores.
Sin público, ...
Se llama Sergi Martínez, nació hace 21 años en Rubí (Barcelona) y se convirtió en el hombre clave del clásico europeo a puerta cerrada que se llevó el Barça. El Real Madrid no pudo culminar la remontada que inició ya entrado el tercer cuarto, después de haber sido vapuleado y dominado por 23 puntos. Cuando el nervio, la decisión y la pegada de Llull parecían en disposición de culminar la reacción de Campazzo, Thompkins y Abalde, Sergi Martínez puso el broche para el Barça, al equipo que le ha criado durante 12 temporadas en sus categorías inferiores.
Sin público, sin Mirotic y hasta sin Felipe Reyes, el clásico de octubre se revolucionó de la mano de Kuric y las voces de Jasikevicius y Pablo Laso. Mediado el segundo cuarto, los árbitros ya habían tenido que apagar los excesos de fogosidad con tres faltas técnicas y penalizando a Tavares con una temprana segunda falta por su error al puntear un triple de Hanga. A medida que transcurrían los minutos se abría la brecha de un Barça desmelenado en defensa. La hiperactividad, los dos contra uno, los movimientos de todos sus jugadores en función de dónde se perfilaba el Madrid marcaban la pauta.
Laso dispuso de salida un trío exterior con Alocén al timón y Taylor y Abalde a su lado. Hanga no pasó mayores apuros ante el base maño de 19 años. El Madrid trató de cargar el juego sobre Tavares. Pero la defensa del Barça apenas le permitió recibir. Ni el caboverdiano ni Thompkins encontraron espacios en el interior de la zona, desde no sacaban ni canastas ni personales. Tampoco los exteriores del Madrid acertaban en el tiro.
El Barça empezó a distanciarse. Lo hizo con un juego vertiginoso, siempre con el objetivo de pillar a contrapié a la defensa del Madrid. Los fogonazos de Kuric, con 10 puntos en un abrir y cerrar de ojos, empezaron a decantar el marcador. El Barça se imponía sin necesidad siquiera de estar acertado en los triples, con un 1 de 6 para empezar.
Tras los primeros cambios y reajustes, compareció Campazzo pero no le cogió el tranquillo al partido. El temperamental base argentino no pudo monopolizar el balón y cometió muy rápido dos faltas. Davies se impuso a Garuba cerca del aro y Sergi Martínez, por el que está apostando decididamente Jasikevicius, cumplió en sus emparejamientos con Deck y Abalde y se fue al descanso con un botín de ocho rebotes. Los indicadores en el receso eran alarmantes para el Madrid, con porcentajes de acierto muy pobres, poco más de un 30% en tiros de campo, sin apenas tiros libres, e inferior en el rebote.
El tercer cuarto marcó un punto de inflexión. El Barça marcó su máxima ventaja (50-27). Pero el Madrid mejoró en todo, en ritmo, en rebote, en puntería. Campazzo volvió a ser Campazzo. Laso echó mano de un equipo de zancada rápida y resolución contundente: Campazzo, Llull, Abalde, Thompkins y Garuba. El Barça pasó por momentos de mucho apuro. Kuric desapareció, Davies y Smits enlazaron errores y los bases del Barça empezaron a sufrir ante Campazzo.
El Madrid, que perdió el concurso de Deck, lesionado nada más empezar el tercer cuarto, rebajó la diferencia a ocho puntos (64-56) a falta de ocho minutos para la conclusión. Ya entonces emergió Sergi Martínez, con la personalidad necesaria para jugarse y anotar un triple cuando a su equipo le entraba el tembleque. De todas formas, el partido cambiaba por completo. Laso podía mover ficha y calibrar movimientos pensando en mucho más que capear el temporal y recomponer la postura. Jasikevicius se desgañitaba porque cada acción empezaba a ser vital.
Llull puso al Madrid a cinco puntos (74-69). Restaban 100 segundos. Higgins falló su cuarto triple. Pero Sergi Martínez capturó su noveno rebote. Fue un balón de oxígeno para su equipo que Davies no acabó de aprovechar desde la línea de tiros libres.Pero dos canastas de Sergi Martínez, con un triple de Abalde entre medias, sentenciaron un clásico con protagonismo de las nuevas generaciones.
BARÇA, 79; REAL MADRID, 72
Barça: Hanga (4), Abrines (8), Higgins (13), Smits (7) y Davies (14) —quinteto inicial—; Calathes (3), Heurtel (6), Bolmaro (0), Kuric (15), Sergi Martínez (7), Oriola (2) y Pustovyi (0).
Real Madrid: Alocén (3), Abalde (13), Taylor (6), Thompkins (14) y Tavares (6) —quinteto inicial—; Campazzo (7), Laprovittola (0), Llull (9), Rudy Fernández (3), Deck (2), Garuba (8) y Randolph (1).
Parciales: 18-14, 30-13, 16-25 y 15-20.
Árbitros: Christodoulou, Difallah y Nedovic. Eliminados Hanga y Taylor.
Palau Blaugrana. A puerta cerrada.
Mirotic, fuera por el protocolo sanitario
Nikola Mirotic se quedó fuera del clásico continental contra el Real Madrid por no cumplir con el protocolo de la Euroliga después de su positivo por coronavirus. El jugador hispano-montenegrino estaba recuperado de la covid, había dado negativo en los últimos test, se había entrenado normalmente con el equipo y Jasikevicius contaba con él para la cita. Sin embargo, el protocolo sanitario de la competición recoge que para que un jugador regrese a la actividad tienen que pasar “un total de 14 días desde la primera prueba en la que dio positivo o desde el último día con síntomas (lo último que ocurra)”. El Barcelona anunció el positivo de Mirotic el pasado 11 de octubre, con 12 días de distancia con respecto a la fecha de la disputa del clásico. Por tanto, la estrella azulgrana no podrá jugar hasta la siguiente jornada europea, el viernes 30, en la visita del Barça a la pista del Baskonia.