La pandemia y los Juegos de Tokio mantienen en la incertidumbre la próxima temporada de la NBA
La muerte de Stern y Kobe Bryant, el coronavirus, la burbuja y el boicot reivindicativo marcaron un curso atípico en la liga
El título de los Lakers pone el punto final a una temporada atípica, tan diferente de todas que merece un montón de notas al pie. El ejercicio empezó en octubre de 2019 con un tuit del director general de los Houston Rockets relacionado con las protestas políticas en Hong Kong que provocó la represalia de China, donde se cancelaron los partidos por televisión hasta los últimos de las finales. ...
El título de los Lakers pone el punto final a una temporada atípica, tan diferente de todas que merece un montón de notas al pie. El ejercicio empezó en octubre de 2019 con un tuit del director general de los Houston Rockets relacionado con las protestas políticas en Hong Kong que provocó la represalia de China, donde se cancelaron los partidos por televisión hasta los últimos de las finales. El 1 de enero falleció David Stern, el abogado de Nueva York que, como comisionado desde 1984 hasta 2014, multiplicó los ingresos económicos de la Liga y maximizó su imagen gracias a estrellas como Magic Johnson, Larry Bird y Michael Jordan. Y el 26 de ese mismo mes se produjo el accidente de helicóptero en el que pereció a los 41 años Kobe Bryant, el jugador que compitió durante 20 temporadas con los Lakers hasta que se retiró en 2016 convertido en un icono del deporte mundial.
La pandemia lo cambió todo. La competición se suspendió el 11 de marzo después de que Rudy Gobert diera positivo por coronavirus en los instantes previos al partido entre Utah y Oklahoma City. El título se ha decidido en la burbuja en que se instalaron 22 equipos desde la primera semana de julio en el complejo deportivo de la ESPN en Disney World, Orlando. Los otros ocho no pudieron finalizar la campaña regular a causa de los condicionantes que estableció la NBA para poder jugar en una burbuja que costó unos 150 millones de dólares. Los 22 equipos que compitieron desde el 31 de julio disputaron unos 71 encuentros, lejos de los 82 habituales, y en un régimen de concentración y aislamiento, sin espectadores en los tres pabellones que se utilizaron. No hubo público, ni viajes, apenas prensa y los jugadores no pudieron alejarse de los hoteles y las canchas de entrenamiento y de juego.
Por primera vez en la historia de la competición se produjo un boicot, el de los Milwaukee Bucks cuando no comparecieron en el partido contra Orlando Magic el 26 de agosto en protesta por los casos de brutalidad y racismo policial. La NBA suspendió los partidos durante tres días.
Los Lakers, con la baja de Avery Bradley, que renunció debido a la enfermedad pulmonar que padece su hija, llegaron a la burbuja el 9 de julio y han permanecido en ella 95 días. Hubo otros jugadores que renunciaron por diferentes causas a competir, como Ariza (Portland), Bertans (Washington) y Wilson Chandler (Brooklyn).
“Para mí ha sido un poco difícil”, cuenta LeBron James. “Entramos en lo desconocido. Una vez llegué aquí me dije: ‘está bien, esta es mi misión: quiero ganar el título y por eso estoy aquí’. Fue difícil concentrarme en otros equipos y en lo que sentían otros jugadores. Tampoco lo intenté. Quise centrar mi energía en el espacio adecuado. En los últimos días sí he pensado en lo exitoso que ha sido y en felicitar a Adam Silver [actual comisionado] y la NBA, a Michele Roberts y Chris Paul y todos en la NBPA (sindicato de jugadores) por lograr que todo funcionara. Es un éxito que no haya habido ningún positivo. Hemos podido competir y mostrar nuestra repulsa por la injusticia social y la brutalidad policial”.
El MVP de la final desveló su situación personal durante los tres meses en la burbuja. “Nunca había estado tanto tiempo sin mi familia. He extrañado los días en que mi hija estaba en la guardería y he faltado al 16º cumpleaños de mi hijo. Pero envío un gran saludo al fallecido Steve Jobs, porque sin él, sin su visión de futuro, esas llamadas a través de videoconferencia hubieran sido imposibles”.
La temporada concluye a mitad de octubre justo cuando debía empezar la siguiente. La incertidumbre se mantiene. La pandemia continúa y las franquicias desean que haya público en las canchas la próxima campaña para evitar que sigan aumentando las pérdidas. El comisionado Adam Silver ha deslizado que el inicio del curso podría retrasarse hasta enero. El problema de fechas sería evidente porque las figuras de la NBA no podrían acudir a los Juegos de Tokio que deben disputarse del 23 de julio al 8 de agosto.