El Sevilla rebaja al Barça
Los azulgrana ceden en el Camp Nou sus primeros puntos en LaLiga ante los de Julen Lopetegui, un rival excelente en el juego colectivo
No marcó Ansu Fati, como era costumbre en el inicio de LaLiga, decisivo ante el Villarreal y el Celta, ni llegó tampoco el gol de rigor de Messi, 37 en 40 partidos contra el Sevilla. El Barça no pudo con el equipo de Nervión, más hecho y consistente que el azulgrana, y sin embargo, incapaz de ganar en el Camp Nou desde 2002. El partido fue suyo y por momentos tuvo la victoria más cerca que el Barcelona. El mérito de los azulgrana fue al fin y al cabo no perder con el Sevilla. Ha dejado de ser un equipo frágil y, a partir del esfuerzo y la solidaridad, se bate con rivales de la entereza del que...
No marcó Ansu Fati, como era costumbre en el inicio de LaLiga, decisivo ante el Villarreal y el Celta, ni llegó tampoco el gol de rigor de Messi, 37 en 40 partidos contra el Sevilla. El Barça no pudo con el equipo de Nervión, más hecho y consistente que el azulgrana, y sin embargo, incapaz de ganar en el Camp Nou desde 2002. El partido fue suyo y por momentos tuvo la victoria más cerca que el Barcelona. El mérito de los azulgrana fue al fin y al cabo no perder con el Sevilla. Ha dejado de ser un equipo frágil y, a partir del esfuerzo y la solidaridad, se bate con rivales de la entereza del que entrena Lopetegui. No solamente no se rindió sino que nunca se fue de un partido muy complicado y dispuso incluso de suficientes ocasiones para tumbar a Bono, las dos últimas de Messi, pisado en el área por Diego Carlos.
Acostumbrado a los partidos más exigentes, vencedor ante el Inter en la Europa League y capaz de llevar al Bayern Múnich hasta la prórroga en la Supercopa, el Sevilla arrambló de salida al Barça. Los azulgrana concedieron dos saques de esquina consecutivos, ambos sacados en corto, y también dos remates fáciles en el corazón del área, el último cazado por la zurda de De Jong. Neto tomó el primer gol en el campeonato y por vez primera el Barça iba por detrás en el marcador: 0-1. A falta de fútbol, los barcelonistas se encomendaron a una jugada de manual para alcanzar el empate: Messi profundizó para Jordi Alba, Jesús Navas puso el pie de mala manera en el corte y asistió sin querer a Coutinho: 1-1.
El gol no cambió el guion del partido del Camp Nou. La pelota la tenía el Sevilla, un plantel muy canchero, bien organizado y trabajado, superior en la posesión y en los duelos directos, repleto de jugadores de equipo, bien colocado Fernando y omnipresente Jordán. Al Barça le costaba dar con Messi, tampoco intervenía suficientemente Ansu Fati y, sin embargo, no le faltaba remate, muy dispuesto para la recuperación y para las transiciones selectivas, mal definidas por Griezmann. El punto débil de los azulgrana estaba más en la medular que en las áreas, ordenado en la suya y directo en la contraria, demasiado permeable en cambio en la zona del doble pivote: De Jong-Busquets.
Aunque el equipo parece diseñado para que asuma más protagonismo, el holandés no acaba de mezclar con Busquets y es reiterativo en las pérdidas, circunstancia que obliga a recular a Coutinho y a Messi. La solvencia de los centrales del Sevilla dificultaba las maniobras del argentino y desubica al brasileño, el mejor del Barcelona. El azulgrana es hoy un equipo más rápido de piernas que de pies, ya no se junta necesariamente alrededor del pase sino que se comprime a través de la presión, a menudo menos delicado, fino y preciso y en cambio más rápido, vertical y sólido en LaLiga.
Pocas ocasiones
La competitividad se impone a los ejercicios de estilo porque se supone que la identidad está asegurada por la presencia de sus abanderados: el capitán y el entrenador, Messi y Koeman. El valor barcelonista era al fin al cabo que aguantaba al Sevilla en un choque mucho más complicado que los anteriores ante el Villarreal y el Celta. La constante si acaso era la falta de acierto de Griezmann, tan laborioso sin el balón como desacertado en el toque y desfondado en el tiro, impreciso o reducido por el portero Bono. Las carreras de los puntas eran la única manera que encontraba el Barcelona de salir de la presión alta del Sevilla.
La suerte de un partido estresante quedó a merced de los cambios, previsibles en el caso del Barça, sobrante como parece Griezmann. En-Nesyri tuvo el remate de gol en dos ocasiones, cuando más reventados estaban los azulgrana, aliviados después de que interviniera nuevamente Koeman. La mano del entrenador consiguió revertir la situación y su equipo acabó apuntando a la meta del Sevilla con la mirilla de Messi y un mano a mano de Trincão que sacó Bono.
Fatigado, el rosarino no encontró la portería y el Barça cedió un empate ante un excelente Sevilla. Los azulgrana están en fase de transición, destacados en asuntos propios de los equipos pequeños, como son la concentración y la humildad, y falto aún de autoridad y desequilibrio frente a contrarios poderosos como el Sevilla. Nada mejor que el empate para definir su situación en LaLiga. El Sevilla puso en su sitio al Barça.