Suárez regatea a Bartomeu
El uruguayo, tercer máximo goleador de la historia del Barça, se marcha entre lágrimas y sin polemizar con el presidente: “Es mi despedida. No le voy a dar el gusto a nadie”
Luis Suárez lo tenía claro. En realidad, lo tiene claro desde siempre, como si formara parte de su ADN: quiere luchar. “Me siento capacitado para competir en la Liga y estoy con muchas ganas. Más después del último año. Seguiré compitiendo, con ilusión y nuevos objetivos”, explicó el nuevo fichaje del Atlético en su despedida del Barcelona. El uruguayo, de 33 años, llegó a la sala de prensa del Camp Nou acompañado por el presidente, Josep Maria Bartomeu. Su familia aguardaba sentada, junto a su íntimo ...
Luis Suárez lo tenía claro. En realidad, lo tiene claro desde siempre, como si formara parte de su ADN: quiere luchar. “Me siento capacitado para competir en la Liga y estoy con muchas ganas. Más después del último año. Seguiré compitiendo, con ilusión y nuevos objetivos”, explicó el nuevo fichaje del Atlético en su despedida del Barcelona. El uruguayo, de 33 años, llegó a la sala de prensa del Camp Nou acompañado por el presidente, Josep Maria Bartomeu. Su familia aguardaba sentada, junto a su íntimo amigo Messi y los otros tres capitanes del Barça: Busquets, Piqué y Sergi Roberto. Tampoco se lo quiso perder Jordi Alba. “Es muy difícil”, se arrancó Suárez, entrecortado por las lágrimas; “dejo muchos amigos aquí. Me quedo con todo lo lindo. Que mis hijos me vieran levantar trofeos, celebrar goles y jugar al lado del mejor de la historia. Agradecer a la afición todo el cariño, que me valora, y eso jamás lo voy a olvidar. Tendrán un culé más esté donde esté”.
Antes, con cara de circunstancia, cabizbajo, había tomado la palabra Bartomeu. “A nadie se le escapa que, por su carisma y por el sentimiento que tenemos, es un día muy especial. Es leyenda de la historia del club. Nos ha aportado tanto que hoy tenemos un agradecimiento enorme”, sostuvo el presidente. Luis Suárez evitaba cruzar la mirada con el mandamás azulgrana. “En caso de reprocharte algo de tu paso por el Barça, ¿qué sería?”, le preguntaron al 9. “¿A mí? ¿o a…?”, resolvió Suárez e hizo un gesto con la cabeza hacia Bartomeu. “Tenemos que ser autocríticos en Champions. He jugado con molestias, con lesiones... pero no me reprocho nada. Me voy orgulloso”, prosiguió.
Pero a Suárez le volvieron a consultar sobre su gesto al presidente. “Fue en tono de broma. Que la gente lo agarre como quiera. Es mi despedida y no le voy a dar el gusto a nadie”, resolvió. El uruguayo no quería manchar su adiós con reproches a la Junta. No disimuló, en cualquier caso, su distanciamiento con la directiva. “Fue un mes de locos. Se han inventado y se han filtrado muchas cosas, que me han indignado. Cuando el entrenador me comunica que no contaba conmigo yo ya lo sabía”, explicó Luis Suárez. “Me voy con la sensación de que he cumplido. He superado a grandísimos jugadores y estoy contento de dejar una linda imagen. Quiero que me recuerden por todo lo bueno que he dejado en el club”, aseguró el delantero, tercer máximo goleador culé (198 goles) tras Messi y César. Suárez ya es historia del Barcelona.
El vínculo del charrúa con el Barça había comenzado mucho antes de 2014, cuando llegó desde Liverpool a cambio de 81 millones de euros. En 2002, la familia de Sofía Balbi, su mujer y por entonces su novia, se trasladó a Hospitalet (luego se mudarían a Castelldefels) para regatear la crisis económica en Uruguay.
Con Simeone
A los 16 años, cuando todavía jugaba en las inferiores de Nacional, el futbolista pidió a los directivos del club de Montevideo que lo ayudasen a visitar a su novia. “Acá juega el Barça…”, se sorprendía Suárez, mientras miraba el Camp Nou. Hasta que un día vio una puerta abierta y no se quiso conformar. “¡Vamos a entrar! ¡Vamos a entrar!”, le dijo Luis a Sofía. Arrancó a correr y, como su mujer no sabía qué hacer, lo siguió. Llegaron hasta las tribunas y miraron el campo en el que por entonces mandaba Ronaldinho. “Mi sueño es jugar en el Camp Nou. Soy hincha del Barça”, repetía.
Y jugó en el Barça. Cuando Luis Enrique llegó al Camp Nou le pidió al director deportivo, Andoni Zubizarreta, un delantero. El club negoció con el Kun Agüero, pero finalmente cerró el fichaje del uruguayo. No era un momento fácil para apostar por el charrúa, que estaba en la diana después de haber sido sancionado tras su mordisco al italiano Chiellini en el Mundial de 2014. “Estoy agradecido porque el club confió en mí en un momento difícil de mi carrera”, subrayó Suárez. Seis años y 13 títulos después se despide del Camp Nou. “Cuesta aceptar irse. Pero es la realidad y son las cosas del fútbol”.
El próximo destino del 9 es el Atlético. “He hablado con Simeone y Griezmann. Me voy con mucha ilusión y expectativas. Siempre estuvo peleando por la Liga, eso refleja que es un equipo competitivo y ambicioso. Espero conseguir algo importante en un nuevo equipo”, concluyó Suárez. Triste despedida del Camp Nou, nuevo desafío en el Wanda.