Zidane: “Estoy cansado, parece que ganamos por los árbitros”
Ramos, que dice que es el "idóneo" para tirar penaltis, pide a los rivales hacer autocrítica sin mirar al VAR, mientras Muniain desliza un trato favorable de los colegiados a los blancos
Unai Simón bailaba sobre la línea de gol en un intento de despistar a Sergio Ramos. Algo había que inventarse, pensaría el portero, para frenar la racha de 21 penaltis consecutivos transformados por el central blanco entre su club y la selección. El guardameta rojiblanco danzaba y, en el centro del campo, Casemiro, de espaldas a la escena clave, hincaba las rodillas e imploraba con las manos juntas por el acierto de su compañero. ...
Unai Simón bailaba sobre la línea de gol en un intento de despistar a Sergio Ramos. Algo había que inventarse, pensaría el portero, para frenar la racha de 21 penaltis consecutivos transformados por el central blanco entre su club y la selección. El guardameta rojiblanco danzaba y, en el centro del campo, Casemiro, de espaldas a la escena clave, hincaba las rodillas e imploraba con las manos juntas por el acierto de su compañero. El partido en San Mamés se decidió desde los 11 metros, y lo que ocurrió después también giró en gran parte alrededor de ese punto, por el pisotón de Dani García a Marcelo que dio lugar a esa pena máxima y por otra acción minutos después dentro del área visitante entre Raúl García y el capitán madridista, que ni el colegio ni el VAR entendieron como sancionable.
“Estamos viendo cómo está siendo la tónica estas últimas jornadas y a favor de qué equipo se decantan este tipo de decisiones. Cada uno que saque sus conclusiones”, protestó sobre el césped Muniain. Él venía caliente de una pequeña trifulca en el descuento, pero Zidane, hombre mesurado, se sentó media hora más tarde en la sala de prensa desierta y entró de frente en la polémica. “Estoy cansando de que siempre se hable de lo mismo. Parece que ganamos por los árbitros. Hay que respetar al Madrid y a los jugadores. Pero bueno, esto no va a cambiar. Él ha visto la jugada y pita penalti porque lo hay”, subrayó con cierto fastidio.
El ruido ya venía de muy atrás en este rally abrasivo de encuentros. El barcelonista Piqué, tras empatar en el Sánchez Pizjuán (0-0) en la tercera jornada postconfinamiento, abrió el camino al asegurar que sería muy difícil que los blancos perdieran puntos a partir de entonces. Dos días después, estos recuperaron el liderato ganando en Anoeta (1-2) con mucho debate a raíz de un penalti a Vinicius y un gol anulado a Januzaj.
“La Liga no la vamos a ganar o perder por los árbitros”, abundó Ramos sobre el terreno de juego. “El que haya cometido errores y no haya conseguido los objetivos debe hacer autocrítica y culpar a los jugadores. No hay que darle ningún mérito a los árbitros de que el Madrid esté primero con esta diferencia de puntos”. El central reconoció, no obstante, que hubo contacto con Raúl García en el lance ocurrido en el tramo final, ya con 0-1, insuficiente para el colegiado, que, a instancias del videoarbitraje, mandó seguir. “Piso un poquito la bota, pero está detrás de mí y no lo veo en absoluto. No es una jugada determinante”, afirmó. El que esquivó todo lo que pudo el asunto fue el entrenador local, Gaizka Garitano. “El VAR tiene cosas que mejorar, pero ayuda más que perjudica. Siempre he dicho que me gustaba, así que hoy no puedo contar lo contrario”, comentó tranquilo.
A su juicio, el encuentro se inclinó a favor de los blancos sin que el Athletic se sintiera amenazado más allá del arranque del duelo. “Los primeros minutos fueron suyos, pero en la última media hora antes del descanso nos mostramos mejores. Y en el segundo tiempo no estaba pasando nada en las áreas. Tenían más el balón, aunque sin profundidad”, analizó.
Zidane, muy elogioso con el tajo defensivo de su plantilla [lleva 18 choques sin encajar en Liga, entre ellos los cuatro últimos], admitió, y no por primera vez en las últimas fechas, que al Madrid le faltó brillantez arriba. Ya lo hizo hace una semana al concluir el duelo de Cornellà. “Fue un poco por todo, sobre todo, por el físico”, indicó en Bilbao. “Ahora descansamos cinco días, pero luego tenemos tres partidos en una semana. A todos los equipos les cuesta crear. Hay mucha diferencia entre el principio y el final de los encuentros. A nivel ofensivo nos falta, pero no nos vayamos a quejar porque estamos ganando. Llevamos siete victorias consecutivas [el único que lo ha conseguido tras la interrupción] y no es cualquier cosa”, explicó.
Esa falta de chispa, no obstante, no le ha impedido sumar seis puntos en el tramo final de las dos últimas jornadas. En los dos casos, por sendos penaltis convertidos por Sergio Ramos. “En momentos de tanta incertidumbre es cuando más cómodo me siento. Soy el idóneo para esa función. Lo hago encantado”, enfatizó el central, que restó importancia al hecho de haber acertado en los últimos 22 lanzamientos desde los 11 metros, pluscuamperfecto desde mayo de 2018. “El fútbol es para ganar en conjunto. Para recibir premios individuales me hubiera dedicado al tenis”, zanjó tras anotar su diana número 12 del curso (siete como pena máxima), el mejor registro de su carrera.
“James se quiso quedar fuera de la lista por un tema suyo”
James no figuró en la convocatoria de los 23 elegidos para viajar a Bilbao, pero la razón que dio Zidane en la rueda de prensa posterior al partido sorprendió. “Se ha querido quedar fuera por un tema suyo”, señaló en un primer momento el entrenador madridista sin ofrecer más detalles. Preguntado después, añadió con incomodidad. “Son cosas nuestras. No te voy a decir más”.
El colombiano, que se entrenó este sábado con normalidad antes del desplazamiento a San Mamés, concedió hace unos días una entrevista en su país, en Gol Caracol, donde mostró su malestar por la escasa presencia en los planes del técnico. “¿Por qué no juego? Es una buena pregunta, también lo quisiera saber. Es complejo mostrar tus capacidades teniendo pocos minutos”. Tras el regreso de la competición, solo ha disputado un partido. Fue en Anoeta y lo hizo de titular, para sorpresa general. No figuraba en un once desde el fracaso blanco en Mallorca, el pasado octubre (1-0). Desde entonces, solo se le había visto en los encuentros de la Copa.
“Se dicen muchas cosas de mí y casi todas mentiras. Lo que más me incomoda es que se dude de mi profesionalismo, eso no lo acepto. Nunca hubo un problema [con Zidane]. Cada entrenador tiene sus gustos. Tenemos una relación normal”, afirmó.