Guruceta y el escandaloso penalti del Camp Nou
Se cumplen 50 años de la famosa jugada que desató la ira del barcelonismo contra los árbitros
El 6 de junio, o sea este sábado, se cumplen 50 años del penalti de Guruceta. No fue un error arbitral cualquiera sino que aquella pena máxima de aquella noche de 1970 provocó la mayor explosión de indignación barcelonista que seguramente se recuerda en el Camp Nou desde su inauguración en 1957. “Hasta aquí hemos llegado”, clamó de alguna manera la afición culé, que acabó por invadir el terreno de juego, lleno ya de almohadillas que habían volado desde la grada, mientras los grises aporreaban a algunos hinchas, el colegia...
El 6 de junio, o sea este sábado, se cumplen 50 años del penalti de Guruceta. No fue un error arbitral cualquiera sino que aquella pena máxima de aquella noche de 1970 provocó la mayor explosión de indignación barcelonista que seguramente se recuerda en el Camp Nou desde su inauguración en 1957. “Hasta aquí hemos llegado”, clamó de alguna manera la afición culé, que acabó por invadir el terreno de juego, lleno ya de almohadillas que habían volado desde la grada, mientras los grises aporreaban a algunos hinchas, el colegiado abandonaba después el estadio vestido de guardia civil –así lo aseguran algunas crónicas— y los seguidores mezclaban los gritos de “¡Barça!, ¡Barça!, ¡Barça!” con los de “¡Campeones¡ ¡Campeones¡”. Una unidad móvil de Televisión Española resultó dañada, se quemaron algunos bancos y se rompieron también asientos estadio del FC Barcelona.
A Emilio Carlos Guruceta Muro, un apuesto y desafiante árbitro de 28 años, le dio por sancionar como penalti una falta que Rifé cometió fuera del área sobre Velázquez. Nadie tenía ninguna duda, ni siquiera los jugadores del Madrid, por más que su presidente Santiago Bernabéu le diera la razón al colegiado que expulsó después a Eladio y dio por terminado el encuentro en el minuto 85. El Madrid se clasificó después de que Amancio transformara el penalti, gol que igualaba el que marcó Rexach antes del descanso, y avalara el 2-0 del Bernabéu. Los azulgrana se quejaron y mucho en la ida por un penalti no pitado y por entender que había fuera de juego en el segundo tanto, marcado por Amancio. La vuelta se adivinaba encendida porque el Atlético había ganado la Liga y los madridistas se jugaban con la Copa la clasificación para Europa. La alternativa era la Copa de Ferias.
La bronca y lluvia de almohadillas
El Camp Nou se llenó para una remontada que parecía posible por el ímpetu del equipo hasta que llegó el minuto 59. Un balón despedido por la zaga madridista, pasó por Amancio y cayó a pies de Velázquez. La carrera del fino volante fue interrumpida por la del veloz Quimet Rifé. El balón salió despedido hacia un costado en una acción que pilló muy lejos a Guruceta. El árbitro, sin embargo, pitó y señaló los once metros ante la incredulidad de azulgrana, sorpresa de los madridistas y bronca del Camp Nou. La lluvia de almohadillas, un objeto contundente por aquel entonces, impidió el lanzamiento durante ocho minutos y el técnico azulgrana, Vic Buckingham, impidió que sus jugadores abandonaran el campo mientras la policía tomaba posiciones en el terreno de juego, hasta que Amancio batió a Reina y Eladio fue expulsado por su mofa e insultos a Guruceta.
Aunque el partido se reanudó, el juego quedó constantemente interrumpido por los incidentes y el árbitro optó por su conclusión a falta de cinco minutos para el final después de un posible penalti no pitado a Rifé. La ira del Camp Nou fue en aumento mientras se sucedían las declaraciones de los directivos y ejecutivos de los dos clubes: “Ha pasado lo que pasa en cualquier pueblo”, afirmó el gerente madridista Antonio Calderón. El presidente barcelonista, Agustí Montal, mientras, alegó que el partido debía continuar antes del penalti del minuto 59. El asunto llegó incluso hasta el Consejo de Ministros. Al final no se cerró el Camp Nou –se impuso una multa de 90.000 pesetas— y Eladio fue suspendido por dos partidos por insultar al árbitro –en el acta constó simplemente que le había dicho a Guruceta: “Eres un madridista, no tienes vergüenza”, cuando el lateral aseveró que le había dicho “de todo”.
Al colegiado se le suspendió seis meses “por alteración del orden público”; el presidente del Comité Nacional de Árbitros, José Plaza, dimitió para volver seis meses después ante la queja del Barça –le consideraba un madridista de pies a cabeza—; Juan Antonio Samaranch abandonó su cargo de delegado nacional de deportes, supuestamente disconforme con las decisiones tomadas, y Guruceta fue recusado a perpetuidad por el Barcelona –solo volvió a pitar un partido a los azulgrana en 1985 con ocasión del Trofeo de Palma disputado contra el Gremio. Guruceta murió en accidente de tráfico en 1987. Antes, tanto en declaraciones a TV-3 como a Alfredo Relaño –manifestaciones recogidas en su artículo El penalti de Guruceta publicado en este diario en la serie de Memorias en Blanco y negro— admitió: “Me equivoqué, eso está claro. Que me disculpen los seguidores del Barcelona”.
Aquel error, sin embargo, permanece todavía en la memoria del barcelonismo, que se remite a la figura de Guruceta para expresar la lista de agravios sufridos: el Barcelona llevaba entonces 10 años sin ganar la Liga –tardaría 14, hasta que llegó Johan Cruyff—, había perdido la final de la Recopa de 1969 y se sentía menospreciado por el trato de la prensa y especialmente de TVE –entendía que estaba entregada al Real Madrid. La lista de errores comenzaba con un gol concedido a José Luis Veloso cuando pasaban nueve minutos de un clásico jugado en 1966-67 y seguía con la lesión de Pedro de Felipe a Miguel Ángel Bustillo –el central no fue ni amonestado-- en el curso 1969-1970 hasta llegar al penalti de Guruceta sin olvidar que Antonio Rigo, el colegiado de la final de las botellas que los barcelonistas ganaron en 1968, había sido depurado supuestamente por afinidad al Barça.
Las quejas barcelonistas, que también se expresaban en la política deportiva de la administración –sobre todo por la tardanza en permitir el fichaje de extranjeros y en cambio se permitía la alineación de los falsos oriundos— acabaron con la llegada de Johan Cruyff al campo (1973) y más tarde al banquillo (1988). Y el madridismo acusó al barcelonismo de victimista hasta que el Barça de Pep Guardiola eliminó al equipo blanco dirigido por José Mourinho de la Champions en 2011. A partir de entonces, y sobre todo desde la aparición en 2019 del VAR, se han cuestionado algunas de las decisiones arbitrales, especialmente en las finales de la Copa de Europa. La polémica se reproduce cada temporada con declaraciones varias, una de las últimas del excolegiado y comentarista de la SER Eduardo Iturralde González: “El 90% de los árbitros son del Madrid, el 10% del Barça”.