El Gobierno frena en seco al fútbol
El Consejo Superior de Deportes paraliza la idea de la Real Sociedad de retomar este martes los entrenamientos de forma individual, como pretendía el club tras consultar a la Ertzaintza
Una llamada de la presidenta del Consejo Superior de Deportes, Irene Lozano, al presidente de la Real Sociedad, Jokin Aperribay, terminó con la polémica. Los jugadores de la Real no pisarán Zubieta para los entrenamientos individuales que había programado Imanol Alguacil a partir del martes, el primer día laborable en el País Vasco después de la relajación de las medidas de confinamiento previstas por el Gobierno, y por las que los trabajadores de sectores no esenciales pueden regresar a sus actividades laborales.
La Real Sociedad había estudiado el regreso paulatino y voluntario de sus...
Una llamada de la presidenta del Consejo Superior de Deportes, Irene Lozano, al presidente de la Real Sociedad, Jokin Aperribay, terminó con la polémica. Los jugadores de la Real no pisarán Zubieta para los entrenamientos individuales que había programado Imanol Alguacil a partir del martes, el primer día laborable en el País Vasco después de la relajación de las medidas de confinamiento previstas por el Gobierno, y por las que los trabajadores de sectores no esenciales pueden regresar a sus actividades laborales.
La Real Sociedad había estudiado el regreso paulatino y voluntario de sus jugadores, que iban a hacerlo de uno en uno, y sin pisar siquiera los vestuarios, ya que tendrían que llegar ya vestidos de corto a Zubieta y, a continuación, regresar a casa para ducharse, pero al final el club ha atendido a las razones de la máxima responsable del deporte en España. Los argumentos del CSD se basaron en el Real Decreto 463/2020, de 14 de marzo, que establece en su artículo 10.3: “Se suspende la apertura al público de los museos, archivos, bibliotecas, monumentos, así como de los locales y establecimientos en los que se desarrollen espectáculos públicos, las actividades deportivas y de ocio indicados en el anexo del presente real decreto”.
La Real Sociedad aseguraba contar con el visto bueno de las autoridades. Un portavoz del club guipuzcoano aseguró a EL PAÍS que su presidente, Jokin Aperribay, consultó la decisión con “altos mandos” de la Ertzaintza y con representantes del Gobierno vasco antes de ofrecer a los futbolistas de la primera plantilla la posibilidad de entrenarse, de forma individual y con carácter voluntario, en las instalaciones de Zubieta. El Departamento vasco de Seguridad confirmó que se dieron esas conversaciones, pero que en ningún caso se podrían entender como un permiso oficial: “La Ertzaintza no tramita las autorizaciones; en todo caso se encargaría de hacerlas cumplir. No hemos dado ningún permiso a la Real Sociedad”, sostuvieron desde la Policía vasca.
Antes de conocerse la decisión definitiva, la postura del club era cumplir el plan previsto. “Si no nos dicen nada en sentido contrario, nosotros seguimos adelante”, explicaba un miembro del club antes de conocerse la negativa del CSD a reanudar los entrenamientos. El Gobierno vasco decidió inhibirse en este asunto. No ha adoptado ninguna medida y lo dejó todo en manos del Ejecutivo central: “Le corresponde pronunciarse al CSD por tratarse de un real decreto de ámbito nacional”, aseguraron fuentes de la consejería vasca de Cultura y Deporte.
Finalmente, en la Real Sociedad, después del correo electrónico remitido por el CSD y la posterior llamada telefónica de Irene Lozano a Aperribay, atendieron la sugerencia. Con todo, desde el club donostiarra aún sostenían tras la cancelación que les asistía la razón. En su opinión, el decreto habla de “apertura al público”, mientras que los futbolistas son trabajadores del club, como los empleados de mantenimiento de los campos, que con las debidas precauciones siguen acudiendo a Zubieta a realizar su labor.
Reacción en cadena
La presidenta del CSD le transmitió a Aperribay que el Gobierno consideraba que la vuelta a la actividad de los futbolistas no estaba permitida, según el decreto del estado de alarma, y le pidió que reconsiderara la posición del club. No se produjo una imposición por parte de la presidenta del CSD, tal vez por la ambigua redacción del anexo en el que se habla de la apertura al público. En el organismo deportivo temían que se produjera una reacción en cadena de todos los clubes españoles, que podían apelar al precedente establecido por la Real Sociedad para comenzar el regreso a sus campos de entrenamiento antes de tiempo.
De hecho, no se produjo una respuesta contundente del Consejo después del anuncio de la Real el sábado. Sólo avisos, a través de las redes sociales, por parte de alguno de sus responsables, que terminaron con un correo electrónico y la llamada telefónica de Lozano a Aperribay.
En un tono cordial, el presidente de la Real atendió las razones de la responsable del deporte español. Le mostró su disposición a ir de la mano con el Gobierno en la crisis de la Covid-19 y le apuntó que no iban a ir en contra del espíritu de la norma, por lo que el club finalmente suspendió el plan de entrenamientos que iba a comenzar el martes. Desde el CSD, Irene Lozano lo celebró con un tuit: “Diálogo y entendimiento siempre. Para retomar cierta normalidad es clave cumplir con el confinamiento. Volverán los entrenos, pero no como gesto insolidario o irresponsable del fútbol, sino como un peldaño más en el camino de una sociedad que recuperará poco a poco la normalidad”.