Ayala: “Crear un equipo para Messi no ha funcionado”

El segundo entrenador de la selección argentina analiza el momento de la Albiceleste antes de su estreno en la Copa América ante Colombia

Roberto Ayala (i) durante un entrenamiento con Argentina.

Jugó 116 partidos con la selección argentina, el cuarto jugador con más presencias. Elegido mejor central de la UEFA en 2001, fue capitán del Valencia, el Zaragoza y el Racing de Avellaneda. Lideró el vestuario de la Albiceleste en tres Mundiales. Tras colgar las botas y después de una breve etapa como director deportivo, Roberto Ayala (Paraná, Argentina; 46 años) se había alejado del fútbol. Y algo no estaba bien. Ahora es segundo entrenador de Lionel Scaloni en la selección, que este sábado (noche del sábado al domingo a las 0.00) debuta ante Colombia en la Copa América.

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Jugó 116 partidos con la selección argentina, el cuarto jugador con más presencias. Elegido mejor central de la UEFA en 2001, fue capitán del Valencia, el Zaragoza y el Racing de Avellaneda. Lideró el vestuario de la Albiceleste en tres Mundiales. Tras colgar las botas y después de una breve etapa como director deportivo, Roberto Ayala (Paraná, Argentina; 46 años) se había alejado del fútbol. Y algo no estaba bien. Ahora es segundo entrenador de Lionel Scaloni en la selección, que este sábado (noche del sábado al domingo a las 0.00) debuta ante Colombia en la Copa América.

P. Hace tiempo que Argentina busca una identidad, ¿qué equipo se verá?

R. Un equipo que buscará tener el balón, pero que sabrá que en algún momento va a tener que haber un cambio de ritmo para lastimar. Si no, no sorprendes. Tenemos que ser un equipo sólido. A partir de ahí que se pueda crecer y se pueda cuajar nuevos futbolistas. Y hay que ser protagonistas. Argentina no puede dejar eso de lado.

P. ¿Se puede ser protagonista con estos jugadores?

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R. Claro, se puede ser protagonista siempre y con cualquier futbolista. Depende de la actitud del entrenador. Va a ver momentos en los que se puede ceder ese protagonismo, pero sabiendo que se entrega para sacar un beneficio.

P. ¿Los equipos que buscan mucha posesión son más previsibles?

R. Creo que sí. Tampoco es que tengamos a los mejores intérpretes para hacer ese juego. Si los tuviésemos, bárbaro porque se podría hacer. Argentina tiene una característica de jugadores con buen pie, que pueden dominar la posesión en ciertos momentos, pero que el cambio de ritmo tiene que ser rápido. El ataque tiene que ser más veloz que la tenencia.

P. ¿Era un error cuando en Argentina se trataba de copiar el ecosistema del Barcelona?

R. A Xavi le tiraras lo que le tiraras sabías que no iba a perder la pelota. Lo mismo Iniesta. Eran jugadores con la capacidad de darte mucha seguridad en la tenencia. Veían el pase con claridad y tenían la cancha dibujada en la cabeza. Sabían dónde estaban sus compañeros en cada momento. Argentina no saca esa clase de futbolistas. Tiene otros, diferentes. Hay interiores mixtos, con llegada y que también tienen gol.

P. ¿No hay que crear un equipo para Messi?

R. No. Ya se ha hecho y no ha funcionado. Cuando Leo está lejos de la portería hay que darle líneas de pase: dos o tres alternativas. Si sus compañeros se muestran, Leo los va a encontrar. De alguna manera, Messi les va a hacer llegar la pelota. No hay que agobiarlo ni estar muy cerca de él para hacer paredes a tres metros, cuando, además, el equipo está bien parado. Y, cuando Leo está cerca del área, hay que devolverle la pelota. Es diferente y finalizador.

P. Es una selección nueva para Messi, ¿puede perjudicarlo?

R. El recambio se tuvo que hacer ahora, cuando se debería haber hecho paulatinamente para ir probando a chicos nuevos.

P. ¿Hay algún responsable?

R. Argentina parece que tiene que ganar sí o sí, pero no se dan cuenta de que ganar es consecuencia de hacer muchas cosas bien. ¿Cuántos técnicos de selección hemos tenido en los últimos años? Ningún proyecto duró el periodo de cuatro años. Yo empecé con Basile, pero debuté con Passarella. Después llegó Bielsa y terminé con Pékerman. En 14 años, tuve cuatroentrenadores. ¿Cuántos tuvo Messi? ¿Siete? ¿Ocho? En los últimos años, no sé cuántos.

P. ¿Bielsa es el mejor entrenador que tuvo?

R. Si quisiera tener algo de él, es la capacidad que tiene para mejorar al futbolista. Te decía: “Yo aprendo de ustedes. Los miro, los miro y los vuelvo a mirar y pienso en las soluciones en una determinada situación”. Se imaginaba un ejercicio para hacerlo o simplemente para mostrártelo. Y te convence. También es muy exigente.

P. ¿A está generación le faltó un líder?

R. Los líderes se van haciendo y poco a poco van aflorando. Hay líderes futbolísticos, otros desde la palabra; y están los que ejercen su influencia dentro del campo, como los que lo hacen fuera. Yo crecí con Cáceres, Ruggeri… gente que trasmitía. Al Cholo, a Bati y a Sensini había que escucharlos. La selección del 94 me inculcó mucho el sentimiento y lo que significa estar en la selección. Era un equipo de nombres, pero también de hombres, de jugadores ya formados.

P. ¿Entiende que a Messi se le cuestione su capacidad de liderazgo?

R. En Argentina se cuestiona todo. Nadie se salva, si no se consigue un éxito total.

P. ¿Más éxito que Messi?

R. Le cuestionan que no gana en Argentina. Cuando deje de jugar y no tengamos otro… Será muy difícil que haya otro así. Muy difícil. Cuando se repase su carrera vamos a pensar: ‘¿Quién va a superar algo igual?’.

P. ¿Qué Messi se encontró respecto del que jugó con usted?

R. Más allá del crecimiento futbolístico, me he encontrado con un hombre que habla más, que es más cercano. Se ha integrado muy bien al grupo. Hay chicos a su alrededor que están pendientes de todo lo que dice y hace. A nosotros nos pasaba lo mismo con Diego en el Mundial 94. Estábamos embobados. Pero no podemos depender de Leo. Si vamos con esa idea, estamos liquidados. Messi tiene que estar cómodo y hacer mejor al resto.

P. ¿Usted jugó con Messi y con Maradona?

R. Sí. No son comparables. Dos personalidades completamente diferentes. Futbolísticamente, pueden parecerse en la velocidad con que controlan la pelota. Diego parecía que la perdía y siempre llegaba, y Lionel la lleva más pegada al pie. Diego tenía mucho arte, Lionel va a un ritmo tan alto que hay que verlo en cámara lenta.

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