EUROPEOS DE ATLETISMO EN PISTA CUBIERTA

Medalla de plata de Husillos para disipar los fantasmas

Un año después de la descalificación de Birmingham, el atleta español sube al podio de los 400m

Husillos celebran la plataVALDRIN XHEMAJ (EFE)

El misil de Birmingham is back; la bala de Astudillo; lo que quieran. Óscar Husillos, para las gentes del atletismo y para la afición, que le quiere.

Un año después del momento más extraño y amargo de los últimos años del deporte español –Husillos ganó el Mundial de Birmingham con una marca de 44,92s, propia de los mejores velocistas norteamericanos, y minutos después fue descalificado por pisar una raya--, el atleta palentino volvió a una gran final, y la peleó hasta el final a la manera suya (o como a él le gusta decir, made in yo).

“He pensado en Birmingham e...

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El misil de Birmingham is back; la bala de Astudillo; lo que quieran. Óscar Husillos, para las gentes del atletismo y para la afición, que le quiere.

Un año después del momento más extraño y amargo de los últimos años del deporte español –Husillos ganó el Mundial de Birmingham con una marca de 44,92s, propia de los mejores velocistas norteamericanos, y minutos después fue descalificado por pisar una raya--, el atleta palentino volvió a una gran final, y la peleó hasta el final a la manera suya (o como a él le gusta decir, made in yo).

“He pensado en Birmingham en muchos momentos, y muchas veces me ha bloqueado, hasta en las series del viernes por la mañana”, dice luego, con una contención que contrasta con la explosión con que celebró su medalla de plata, y su euforia. “Pero en los tacos, ahora, hace nada, me he centrado muy bien. He pensado, sé tú mismo, haz lo que tienes que hacer. Y disipa tus fantasmas”.

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Se obedeció. No ganó porque este año el europeo blanquito con electricidad en las piernas era un rubio noruego llamado Karsten Warholm, el campeón del mundo de 400m vallas en 2017 nada menos, que igualó el récord europeo con 45,05s, pero quedó segundo, una medalla de plata que llegó acompañada del récord nacional en pista cubierta (45,66s, tres centésimas inferior al que él mismo poseía desde 2018, el invierno de su forma mágica) y que, seguramente, le permitirá borrar las pesadillas y los ataques de ansiedad que le acompañan casi cotidianamente desde aquel marzo de Birmingham nevada.

Bronce fue el holandés Tony van Diepen que también batió su récord nacional (46,13s), una prueba no solo de la calidad de la final (los tres primeros lograron la marca de su vida), sino de la calidad del tartán de Glasgow.

Las finales de este domingo

11.00. Triple (Ana Peleteiro). 12.35. Longitud (Eusebio Cáceres). 19.10. 60m vallas. 19.57. 800m (Álvaro de Arriba y Mariano García). 20.18. 800m (Esther Guerrero). 20.37. 1.000m del heptatlón (J. Ureña). 21.01. 1.500m (J. Gómez). 21.12. 1.500m (Marta Pérez). 21.25. 4x400 (Husillos, Erta, Búa y Guijarro). Tdp

El otro español en la final, una flecha rubia de Toledo llamado Lucas Búa terminó sexto, castigado por una calle una que le machacó la zancada en su arrancada y le cortó su ritmo fluido y suave.

Warholm, de 23 años recién cumplidos, y Husillos, de 25, salieron por las mejores calles en pista cubierta, las de curva más amplia, las del peralte que acelera. La quinta para el noruego, que sale fulminante, arrasador, sin mirar a ningún sitio, directo a la calle libre, que coge el primero y con ventaja suficiente, sin necesidad de codazos o empujones. Por la calle seis corre Husillos. El mismo lugar de Birmingham. El mismo lugar de la serie del viernes por la mañana, cuando, lo confesó luego, se le cerró el estómago y por dentro volaban mariposas. “Pero me dije, corre como en Birminghan. Sabía que no podría pasar otra vez por 21,3s, una exageración, ni podría pelear por la calle libre con Warholm, que está en otra dimensión”, explica. “Pero hice la estrategia perfecta. Fui a rueda suya y defendí mi posición. Llegué en el mejor momento de forma al lugar en que tenía que llegar”.

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