El Athletic despide a Eduardo Berizzo

El club, en posiciones de descenso, designa como sustituto en el banquillo a Gaizka Garitano

Eduardo Berizzo, en el banquillo antes del partido contra el Levante en Valencia.Jose Miguel Fernandez de Velasco (©GTRESONLINE)

El vértigo ante el abismo ha precipitado la caída de Eduardo Berizzo, que deja de ser entrenador del Athletic después de la derrota contundente ante el Levante en Orriols (3-0). La decisión la toma Josu Urrutia como miembro de la comisión gestora y no Josu Urrutia como presidente, cargo que abandonó hace tres semanas para convocar elecciones para el 27 de diciembre. Desde el próximo entrenamiento, el responsable del equipo...

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El vértigo ante el abismo ha precipitado la caída de Eduardo Berizzo, que deja de ser entrenador del Athletic después de la derrota contundente ante el Levante en Orriols (3-0). La decisión la toma Josu Urrutia como miembro de la comisión gestora y no Josu Urrutia como presidente, cargo que abandonó hace tres semanas para convocar elecciones para el 27 de diciembre. Desde el próximo entrenamiento, el responsable del equipo será Gaizka Garitano, hasta ahora técnico del Bilbao Athletic, con experiencia en Primera en los banquillos del Eibar y el Deportivo. Su padre, Ángel Garitano, “Ondarru”, fue la mano derecha de Mané en la anterior crisis rojiblanca, la de 2006.

El club está en una situación de vacío de poder por la convocatoria de elecciones, y Urrutia ha tenido que apelar al artículo 68 de los Estatutos del club, que indica que “la comisión gestora se limitará a los actos necesarios e imprescindibles para el mantenimiento de las actividades normales del club y la protección de sus intereses”.

Precisamente a esta última frase se ha acogido para despedir al técnico argentino, el primero que abandona el club de forma abrupta desde 2006, cuando Mané sustituyó a Félix Sarriugarte, en una crisis de resultados que es precedente de la actual. Después, Caparrós, Bielsa y Valverde cumplieron íntegros sus contratos. Ziganda terminó su primer año y el club rompió su vínculo, por otro más, de forma amistosa. Eduardo Berizzo no ha llegado al parón invernal. Sólo ha conseguido ganar un partido de Liga, el primero frente al Leganés y en el descuento. Después, sólo empates, cinco derrotas y un juego errático del que no se adivinaba salida. El equipo es antepenúltimo con 11 puntos, por 10 del Rayo y 7 del Huesca, y a tres del Villarreal.

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Los refuerzos de pretemporada –Yuri, Dani García y Capa– no parecen haber mejorado el tono general. La defensa hace aguas y resulta demasiado vulnerable. En el centro del campo, después de muchas pruebas, Berizzo había acabado recurriendo a los clásicos: San José y Beñat. Sin embargo, el principal problema del Athletic está en el ataque, que no produce ocasiones, y las que crea no se convierten en gol. Aduriz, con 37 años, ya no puede sostener el casillero goleador del conjunto rojiblanco, que vivió de su acierto durante un lustro. Iñaki Williams, que parece destinado a sustituir al ariete, tiene unas características muy diferentes. Fuera de San Mamés es más efectivo, pero en casa, donde los rivales aguantan atrás, lleva dos años sin marcar en Liga, una rémora para cualquier delantero.

El Athletic partió con la intención de pelear por Europa después de una temporada gris, y ahora se ve abocado, con Garitano al mando, a moverse en los puestos de descenso, que se alejan a tres puntos después de la última jornada, en la que además perdió a Iñigo Martínez, que vio la quinta amarilla, y a Nolaskoain, expulsado ya con 3-0 en el marcador. Los nervios empiezan a aflorar de forma visible, Muniain pedía perdón a la afición tras el partido de Valencia, y en San Mamés se está instalando un sentimiento de resignación entre los aficionados, que el pasado domingo, tras el empate ante el Getafe, no tuvieron ninguna reacción, ni positiva ni negativa, al terminar el partido.

La destitución de Berizzo es un final amargo para la presidencia de Josu Urrutia, que presumió durante años de no haber tenido que despedir a ningún técnico, y también, en su última comparecencia, sin ningún atisbo de autocrítica, del legado que dejaba para quienes tomaran las riendas. Sin embargo, la herencia, que en lo económico es gratificante, lleva la trampa añadida de la situación deportiva. Quien sea el próximo presidente partirá con la espada de Damocles encima de la posibilidad real de que el equipo descienda a Segunda División.

Pese a ello, ya hay dos candidatos en liza: Alberto Uribe-Echevarria y Aitor Elizegi. El primero se presenta junto a la mayoría de los directivos que acompañaron a Urrutia, aunque con la advertencia de que no es un candidato continuista: "Aunque le quiero mucho, yo no soy Josu”. Uribe-Echevarria, jubilado de la próspera consultora Deloitte, de la que fue socio-fundador, representa el oficialismo. El hombre encargado de las finanzas del Athletic desde 2012 decidió dar el paso a última hora, aunque es posible que, simplemente, estuviera estudiando el panorama con prácticamente todo preparado para saltar a la arena junto a nueve de los directivos que le acompañaron en la junta que presidía Josu Urrutia, entre ellos Genar Andrinua, exjugador rojiblanco, y Javier Aldazabal, al que sondearon para encabezar la candidatura, pero descartó presentarse como número uno. Entre quienes estarán en la lista también aparece Silvia Muriel, la colaboradora más estrecha de Urrutia, muñidora en la sombra de la política de comunicación del club, que ha dado un tono opaco al Athletic en los últimos años.

Sólo cuatro de los directivos que acompañaban a Urrutia abandonan la carrera electoral. Uno de ellos, José Ángel Corres, fue uno de los nombres que surgió para encabezar la candidatura, pero se negó. El anterior vicepresidente se había distanciado de Urrutia, a medida que el exfutbolista empezaba a dejarse asesorar por otras personas. También lo deja Juan Arana, hijo de Andrés Arana, quien fuera el principal diseñador de la candidatura de Josu Urrutia, y que falleció en 2013 tras una penosa enfermedad.

El segundo candidato es el cocinero Aitor Elizegi, propietario de varios restaurantes y promotor de la corriente slow food. Su nombre ha aparecido en varios procesos electorales del Athletic, aunque sólo ahora ha decidido dar el paso hacia adelante, aunque apenas 24 horas después de haberlo dado hacia atrás. Elizegi anunció el pasado martes su intención de presentar candidatura, rodeado de una serie de nombres que van saliendo con cuentagotas. Sin embargo, al día siguiente se desdijo y anunció en un comunicado que desistía de su intención inicial. Al parecer, una reunión que mantuvo con Alberto Uribe-Echevarria –el Athletic desmintió a través de una nota que se hubiera celebrado en Ibaigane– le hizo desdecirse de su idea. Al parecer, el otro precandidato le presentó un panorama muy negro con los avales de más de 19 millones de euros que deberá aportar. Después de ocupar las portadas de los periódicos de Bilbao, Elizegi parecía tirar la toalla, pero la sorpresa llegó un día más tarde, horas después de que Uribe-Echevarria saliera de su silencio. Acudió a Ibaigane, acompañado de Juan Carlos Erkoreka, el periodista y empresario bilbaíno que fue vicepresidente del Athletic y perdió las elecciones en 2008, en pugna con Fernando García Macua, a solicitar los impresos para las firmas que apoyen su candidatura. “Siempre dije que era vital para mí que la gente me pidiera dar un paso al frente y así ha sido. En estas últimas 24 horas se han reunido todas las condiciones necesarias para que presente mi candidatura”.

Con el equipo al borde del abismo, los candidatos tendrán que intentar convencer a los socios con alguna medicina que ponga remedio a los males. Ya se habla de recuperar a algún exjugador rojiblanco, como Herrera o Ibai, e incluso a Fernando Llorente, al que Urrutia puso la cruz. Sin embargo, Uribe-Echevarria, desmarcándose del que fuera su jefe, apuntó el lunes: "No me pongo ninguna línea roja”.

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