El Baskonia, finalista tras resistir al Barça en un duelo desconcertante

Ni Pedro Martínez ni Svetislav Pesic, los primeros entrenadores que gozaban del privilegio, pidieron la revisión de ninguna jugada. Los dos probablemente revisarán a fondo no una sino todas y cada una de las jugadas de un duelo desconcertante, desquiciante a ratos para unos y para otros, para el Baskonia y para el Barcelona. El equipo de Vitoria se llevó la victoria por 76-79 y el premio, el billete para la final de la Supercopa, este sábado. Una final que el cuadro vitoriano ganó tres veces seguidas desde 2006 hasta 2008 pero que no disputaba desde 2011 cuando la perdió precisamente ante el B...

Ni Pedro Martínez ni Svetislav Pesic, los primeros entrenadores que gozaban del privilegio, pidieron la revisión de ninguna jugada. Los dos probablemente revisarán a fondo no una sino todas y cada una de las jugadas de un duelo desconcertante, desquiciante a ratos para unos y para otros, para el Baskonia y para el Barcelona. El equipo de Vitoria se llevó la victoria por 76-79 y el premio, el billete para la final de la Supercopa, este sábado. Una final que el cuadro vitoriano ganó tres veces seguidas desde 2006 hasta 2008 pero que no disputaba desde 2011 cuando la perdió precisamente ante el Barcelona.

El Baskonia llegó a dominar por 20 puntos (38-58) ya en el tercer cuarto. Pero a partir de ese momento la intensidad que el Barcelona imprimió al juego cambió por completo el panorama. El Baskonia se atascó. Y el Barcelona, con Pangos, Claver y Kuric al frente, llegó a situarse a tiro de piedra, de culminar la remontada precisamente cuando se consumían los últimos instantes. A tres minutos para el final, tras un parcial de 34-15, un triple de Kuric puso el 72-73 en el marcador y la cara de susto a los jugadores de Pedro Martínez. Pero Shengelia, que acababa de fallar dos tiros libres y sumaba cuatro faltas, metió los dos siguientes y dejó en la inopia a Singleton con un quiebro en el posterior ataque baskonista. Granger completó una acción en la que penetró hasta anotar, pero luego se equivocó y Pangos y Kuric pusieron al Barça de nuevo a tiro de piedra: 76-79 a falta de 52 segundos.

Los árbitros pidieron la revisión de la jugada acto seguido, después de que Singleton le pusiera un tapón a Shields. Quedaban 10 segundos, seis después de que Granger le hiciera una falta a Pangos. Pero el Barcelona no estaba todavía en bonus. En resumidas cuentas, Kuric se la jugó con un triple y falló. El Barça se despidió de otro título y bien es sabido su balance desde 2014, la Supercopa en 2015 y la Copa en 2018. Un pobre bagaje que le hace afrontar cada temporada con un cambio tras otro. Esta ha incorporado a seis nuevos jugadores. Pesic situó a dos de ellos en el quinteto titular, Blazic y Singleton, junto a Heurtel, Claver y Tomic. Precisamente Blazic y Singleton fueron los que causaron peor impresión, tan desubicados y desacertados en el tiro como Heurtel.

El Baskonia cuajó una notable primera parte. Garino estuvo muy inspirado y acabó con un excepcional 4 de 5 triples y 16 puntos. Voigtmann capturó 13 rebotes. Shavon Shields, el escolta estadounidense de 24 años procedente del Trento italiano, causó una buena impresión. Y el Baskonia le hizo mucho daño al Barcelona capturando 12 rebotes en ataque. Además interrumpió a menudo las transiciones del cuadro de Pesic. Todo perfecto, hasta el minuto 24. A partir de ahí, el Barcelona se multiplicó, presionó en toda la cancha y el Baskonia se quedó congelado por momento.

Pesic volvió a recurrir al joven Aleix Font, el escolta de 1,96 metros y 20 años del Barça B. Fueron solo algo más de cuatro minutos, pero Font volvió a responder bien como en la final de la Liga Catalana ante el Andorra. Sus compañeros fueron los que no estuvieron a la altura. Mal asunto, cuando Oriola se pone de los nervios ya antes del descanso, o cuando se empieza a echar de menos a Hanga, Pau Ribas y Séraphin, los jugadores que no pudieron jugar en Santiago. El Baskonia, con el mismo bloque de la pasada temporada, con Garino, Poirier, Voigtmann Granger llevando el peso del juego, se metió en otra final, como ya hizo en la última Liga. Pedro Martínez consolida la buena línea de juego que su equipo ya exhibió la pasada temporada. El Barça también continúa en la misma línea de entonces, muy vulnerable, sin consistencia, casi siempre a remolque, a expensas de la propuesta de su rival de turno.