Los soldados de Marcelino

El técnico del Valencia remodela la plantilla y otros estamentos del club con el respaldo absoluto de los rectores

Marcelino da indicaciones durante un entrenamiento.Manuel Queimadelos Alonso (Getty )

En el Valencia todo vuelve a gravitar en torno a Marcelino. En Mestalla, el técnico asturiano es el sol y todo gira a su alrededor. La confianza de Peter Lim es total y entre el entrenador y el director general, Mateu Alemany, están puliendo una plantilla para que no se trastabille en el regreso a la Liga de Campeones. El técnico, que acumula mucho poder en el día a día del primer equipo, ha llenado el vestuario de gente afín.

Arropado por Lim y por sus hombres de confianza en Valenci...

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En el Valencia todo vuelve a gravitar en torno a Marcelino. En Mestalla, el técnico asturiano es el sol y todo gira a su alrededor. La confianza de Peter Lim es total y entre el entrenador y el director general, Mateu Alemany, están puliendo una plantilla para que no se trastabille en el regreso a la Liga de Campeones. El técnico, que acumula mucho poder en el día a día del primer equipo, ha llenado el vestuario de gente afín.

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Arropado por Lim y por sus hombres de confianza en Valencia —el presidente, Anil Murthy, y Kim Koh, una especie de comisario político del multimillonario con ojos en todos los sitios— Marcelino ha rediseñado la plantilla y ha vuelto a sacar del vestuario a los jugadores con los que no contaba. En su aula sólo quedan soldados disciplinados, cadetes de Marcelino. Ya no queda nadie que discuta la autoridad del técnico.

El último alumno díscolo, el luso Nani, cedido la pasada temporada al Lazio, ha sido regalado al Sporting de Portugal a cambio de un 40% de una posible futura venta. El Valencia, además de este porcentaje, se ahorra la ficha del curso que le quedaba de contrato, que ascendía a cerca de seis millones de euros brutos. La entidad no hará caja con el portugués, pero se alivia de cara al juego limpio financiero.

Marcelino ha rearmado su defensa. Obsesionado por taponar los goles del rival a balón parado o tras centro lateral a la espalda, especialmente, de su lateral derecho Montoya, el técnico ha fichado desde el Sporting de Portugal a Piccini, incorporación aconsejada por Eugenio Botas, agente de Marcelino y uno de los representantes de cabecera del club actualmente. El lateral canterano Nacho Vidal, también prescindible para Marcelino, se ha marchado gratis a Osasuna.

El técnico también ha comprado altura para el eje central de la defensa. El gigantón Mouctar Diakhaby, prometedor defensor francés de 21 años y 1'89 de altura llega del Olympique de Lyon a cambio de 15 millones vía Pablo Longoria, exojeador de la Juventus fichado en invierno por decisión personal de Marcelino. Longoria, también asturiano, y Marcelino se conocen desde la etapa del entrenador en el Recreativo de Huelva.

Longoria, que el pasado verano ya aconsejó las incorporaciones de Neto, Kondogbia y Murillo, también trabajó en el despacho de Eugenio Botas como agente. Marcelino fichó también a Toño Maestro como asesor externo de los servicios médicos del club después de la airada salida de González Lago, anterior responsable médico de la primera plantilla. Toño Maestro es el jefe de los servicios médicos del Sporting de Gijón y ya colaboró con el entrenador del Valencia en el Villarreal.

Diakhaby ha hinchado la nómina de centrales hasta sumar seis efectivos aunque el central Vezo puede oficiar también de lateral derecho, como hizo el curso pasado. En esa zona ha salido Martín Montoya. El catalán, harto del ninguneo de Marcelino, ha sido vendido al Brighton por cerca de ocho millones de euros.

Nueva delantera

El centro del campo ha ganado en fortaleza y en polivalencia. El club ha conseguido retener a Dani Parejo y Carlos Soler y ha comprado a Kondogbia. Y les ha añadido, a precio de ganga, seis millones, a Daniel Wass, el versátil y efectivo futbolista del Celta.

La reforma total ha sido en la delantera. Ahí se han movido más muebles. Si el Valencia es capaz de conservar a Rodrigo, el hispano brasileño y Santi Mina competirán con Batshuayi y Gameiro en el innegociable 4-4-2 del asturiano. En esa parcela, hay otra salida que Marcelino esté empeñado en cerrar para acabar de pintar de color de rosa su vestuario. En este caso el jugador no es rebelde o indisciplinado pero es testarudo y temperamental y no asume bien la suplencia ni las rotaciones. Se trata de Simone Zaza. Antonio Zaza, su padre, y el agente italiano Giuseppe Bozzo, trabajan desde mayo en buscarle una salida al jugador después de que Marcelino le dijera al jugador que iba a contar con menos minutos.

Para cerrar el círculo y completar plantilla, Marcelino, que también ha echado el lazo al ruso Cheryshev, al que ya dirigió el Villarreal, todavía espera la llegada de Guedes. La llegada del portugués, una quimera hace meses, es factible gracias a Jorge Mendes. Más soldados para el técnico.

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