La inagotable ilusión de Borja Mayoral

El punta del Madrid, donde apenas ha disputado el 18% de los minutos, exprime cada oportunidad y se desquita con la sub-21

Borja Mayoral (I) junto a Dani Ceballos en un entrenamiento con la sub-21. Ana F. Barredo (EFE)

No solo Isco aprovechó al máximo los minutos disputados con la selección (marcó un triplete contra Argentina). También lo hizo Borja Mayoral, que anotó cinco tantos en dos partidos con la sub-21. “Me voy con más confianza de la que vine; cuando uno juega se siente importante. La selección es la selección y el Madrid es el Madrid, es difícil con tanta competencia tener minutos. Ahora, a trabajar duro para que lleguen las oportunidades”, dijo el delantero de 20 años del equipo blanco.

Con su club apenas ha disputado el 18%...

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No solo Isco aprovechó al máximo los minutos disputados con la selección (marcó un triplete contra Argentina). También lo hizo Borja Mayoral, que anotó cinco tantos en dos partidos con la sub-21. “Me voy con más confianza de la que vine; cuando uno juega se siente importante. La selección es la selección y el Madrid es el Madrid, es difícil con tanta competencia tener minutos. Ahora, a trabajar duro para que lleguen las oportunidades”, dijo el delantero de 20 años del equipo blanco.

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Con su club apenas ha disputado el 18% de los minutos en lo que va de temporada. Ha tenido continuidad sólo en la Copa. Ha marcado cinco goles, dado dos asistencias y se ha quedado fuera de la lista de convocados en 16 partidos. Bastante lejos del papel de secundario que, en un principio, se esperaba. Mayoral tenía claro que iba a ser complicado tener el mismo protagonismo que Morata, pero contaba con tener más del que tuvo Mariano, por ejemplo. Zidane, igual que con el resto de jóvenes llegados este verano, apenas ha contado con él. No le ha dado carrete tampoco en la peor racha de Benzema (ocho goles en 34 partidos; apenas cuatro en la Liga).

Y, sin embargo, Mayoral no se ha venido abajo. En verano rechazó varias ofertas (Betis y Alavés, entre otros) porque Zidane le pidió que se quedara. “Jamás bajaré los brazos. Siempre hay una opción de que pueda jugar e ir convocado. Me preparo diariamente para eso, para tener oportunidades y aprovecharlas”, dice.

Frustración alemana

“Sólo tuvo un momento malo —recuerda Kity, su hermano mayor, que le acompañó el año pasado en su aventura en el Wolfsburgo—, cuando estaba en Alemania y decía: ‘A lo mejor no soy tan bueno como pensaba’. Desde entonces trabaja con más ilusión y más ganas. La ilusión de triunfar en la elite sigue intacta. Somos más nosotros, los familiares, los que a veces decimos: ‘Joer, macho, no juega’. Él siempre nos dice que está ilusionado por cumplir su sueño de pequeño: el de jugar en el Madrid”.

En Alemania apenas disputó el 13% de los minutos (427 por los 775 que lleva ahora). Le habían prometido ser el delantero titular y el último día de mercado ficharon a Mario Gómez. Mayoral pidió ayuda a uno de los pesos pesados del vestuario para que le hiciera de traductor con el entrenador (Dieter Hecking). “¿Qué tengo que hacer para jugar?”, le preguntó antes de pedirle que fuera valiente y que jugara con dos puntas, que no le iba a fallar. “Borja sabía que después de venir de la Bundesliga sin haber disputado muchos minutos, se iba a tomar cada oportunidad en el Madrid como un tesoro. Eso ha hecho, además de aprender estando al lado de los mejores. Ha reforzado su mentalidad ganadora”, dice su hermano. En el vestuario le consideran el hermano pequeño de Benzema, por el aprecio que se tienen.

“Lleva todo con la misma naturalidad: su vida con los colegas del barrio, las no convocatorias, los pocos minutos que tiene y los días de gloria. Jamás se queja, es un chico pausado en todo y no ha perdido su capacidad de sorpresa”, cuentan desde Valdebebas. Tampoco ha perdido capacidad goleadora, pese a competir tan poco con la camiseta del Madrid. En sus tres últimas convocatorias con la sub-21 ha anotado seis tantos. “Esos partidos le vienen de miedo, los aprovecha con goles y la ilusión se le multiplica”, asegura Kity.

“Siempre que viene con nosotros lo hace muy motivado y con un gran compromiso, quizás ahora que no tiene muchos minutos con su club viene con aún más ganas”, decía Albert Celades, el seleccionador. ¿Planes para la temporada que viene? “Hasta que no acabe esta no nos sentaremos”, dice el hermano. Este sábado en Las Palmas (18.30, beIN LaLiga), buscará otra oportunidad.

Un equipo de trabajo que estudia rivales

Aunque no esté teniendo todos los minutos que esperaba, Borja Mayoral se entrena como si fuera a tenerlos. Cuenta con un equipo de trabajo que no sólo se encarga de llevarle la comunicación sino también de analizar a los rivales. Hay una persona específica que estudia vídeos de los centrales contra los que se va a enfrentar.

Es, además, un enfermo del fútbol según cuentan los que le conocen bien. Se pasa las tardes viendo partidos de todas las ligas extranjeras. Pisa cuando puede el campo del Fuenlabrada y sigue, también cuando puedes, los partidos de su hermano en el Parla. Para estar más cerca de la ciudad deportiva del Madrid dejó la casa familiar en la que vive sus padres (en Parla) para alquilarse un piso en Valdebebas.

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