La tecnología Xavi

Es común que lo que no entienda Xavi sea inexplicable. Le pasa con las victorias del Madrid y con los jugadores buenos que no están en el Barcelona

Xavi, en un acto en Qatar en diciembre pasado.Barrington Coombs (Getty Images)

Un partido del Real Madrid no termina hasta que Xavi Hernández dice qué le pareció. Así, en eliminatorias europeas puede haber primera parte, segunda parte, prórroga, penaltis y Xavi. Se trata de una tecnología en pruebas que se hará efectiva en las próximas temporadas. De la misma manera que en otras ligas el juego se detiene cuando hay una jugada dudosa y el árbitro va a consultarla a la banda, el Madrid terminará sus encuentros y esperarán todos, jugadores y cuerpo técnico, abrazados en el círculo...

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Un partido del Real Madrid no termina hasta que Xavi Hernández dice qué le pareció. Así, en eliminatorias europeas puede haber primera parte, segunda parte, prórroga, penaltis y Xavi. Se trata de una tecnología en pruebas que se hará efectiva en las próximas temporadas. De la misma manera que en otras ligas el juego se detiene cuando hay una jugada dudosa y el árbitro va a consultarla a la banda, el Madrid terminará sus encuentros y esperarán todos, jugadores y cuerpo técnico, abrazados en el círculo central a la espera de que Xavi aparezca en el videomarcador para anunciarles el resultado. Si han sido justos con el fútbol, si han sido respetuosos con el balón o si han mancillado el buen nombre de la posesión por tratar de llegar a la victoria mediante sórdidos atajos, como por ejemplo el gol. Si Xavi da su visto bueno, los madridistas podrán celebrar entonces los cinco goles acumulados durante el partido. Pero si Xavi señala aquí y allá jugadas a balón parado, contragolpes y el despliegue físico de los medios, así como disparos a media distancia y corners sacados al área, entonces el Madrid tendrá que retirarse al vestuario derrotado.

El Madrid-PSG, con la tecnología Xavi, no hubiera podido ser una victoria blanca. “Es inexplicable”, avisó ayer al medio francés So Foot. Es muy común que lo que no entienda Xavi sea inexplicable. Le pasa con las victorias del Madrid y con los jugadores buenos que no están en el Barcelona, como dijo en EL PAÍS: ¿cómo juegan tan bien si no hicieron rondos con nosotros? En cuanto al Madrid, "¿ha sido superior al PSG?" le preguntaron. "Para mí, no. Pero no les importa si son superiores, si dominan o son dominados. Su filosofía es ganar”. Contra esa filosofía reprobable se dirigen los esfuerzos de su Fundación, que trata de acoplar la victoria a métodos homologados por Xavi. Que cada pase y cada movimiento lleve a la vista un certificado de denominación de origen Xavi.

Su revolucionaria tecnología se está fraguando en la Fundación Xavi, un instituto de ciencias sociales dedicado a la divulgación del pensamiento de Xavi. Su ideario es simple: “Fuimos superiores”. Xavi ha pasado su carrera diciendo al final de cada partido “fuimos superiores” y si el Barcelona perdía por nueve goles añadía: “Fuimos superiores, tuvimos el balón y ellos llegaron nueve veces y marcaron nueve goles. No es justo”. Eso y el “no puede ser” casi siempre aplicado a Madrid y Atlético: no puede ser que el Madrid gane jugando así, no puede ser que el Atlético sea un grande jugando así. Xavi no es el dueño del fútbol, como se le reprocha con malicia: es el dueño del “así”. Por eso mientras muchos futbolistas sueñan al retirarse con seguir ligados al fútbol, mejor como entrenadores, el sueño de Xavi siempre fue convertirse en árbitro.

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