Vettel se desquita con una victoria en el GP de Brasil

El alemán se adjudica su quinta victoria del año por delante de Bottas y Raikkonen, con Alonso octavo

Sebastian Vettel celebra su victoria en Brasil levantando el volante.Dan Istitene (Getty Images)

Sebastian Vettel pudo desquitarse a medias en Brasil de la tremenda rabia interna que le corroe por no haber sido capaz de medirse en corto por el título con Lewis Hamilton, condenado a arrancar el último y que fue capaz de culebrear entre sus rivales hasta terminar el cuarto. El alemán, tetracampeón del mundo al igual que el británico, ha sido el antagonista real del primer campeonato de la era híbrida en el que Mercedes no pudo pasar el rodillo. Ferrari se puso las pilas en invierno y afiló su monoplaza hasta el punto de convertirlo en una verdadera alternativa a la Flecha de Plata. Lo que o...

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Sebastian Vettel pudo desquitarse a medias en Brasil de la tremenda rabia interna que le corroe por no haber sido capaz de medirse en corto por el título con Lewis Hamilton, condenado a arrancar el último y que fue capaz de culebrear entre sus rivales hasta terminar el cuarto. El alemán, tetracampeón del mundo al igual que el británico, ha sido el antagonista real del primer campeonato de la era híbrida en el que Mercedes no pudo pasar el rodillo. Ferrari se puso las pilas en invierno y afiló su monoplaza hasta el punto de convertirlo en una verdadera alternativa a la Flecha de Plata. Lo que ocurre es que ni el propio coche estaba preparado para soportar la exigencia que requería batirse en duelo con el W08, y así, a partir de las grietas en la fiabilidad de su mecánica, se fueron esfumando todas las opciones del corredor de Heppenheim, un animal competitivo brutal, “un perro que no suelta”, como le define uno de los ingenieros que más le conoce.

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Esa eficacia fue la que le permitió a Vettel aprovechar el único hueco que le dejó Valtteri Bottas, que arrancó desde la ‘pole’ en Interlagos pero fue demasiado conservador (o asustadizo) al llegar a la primera frenada. Una concesión que el piloto de Ferrari, que salió el segundo, no estaba por la labor de menospreciar y allí se tiró. Con Hamilton embotellado entre el pelotón y Bottas sin la mordida de su vecino de taller, Baby Schumi pudo controlar en todo momento el ritmo y así, contemporizando, adjudicarse su quinta victoria de la temporada circulando a velocidad de crucero.

Por detrás de él cruzó la meta Bottas, que rodó en todo momento sin nadie que le molestara, y Kimi Raikkonen cerró el podio a pesar de los achuchones de última hora de Hamilton. Fernando Alonso, por su parte, cruzó la meta el octavo mientras que Carlos Sainz lo hizo el undécimo.

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