Girona y Real Madrid apelan al fútbol

En una cita marcada por la situación política, los equipos piden centrarse únicamente en lo que suceda sobre el césped

Zidane, durante el entrenamiento en Valdebebas.Vídeo: Emilio Naranjo (EFE) / atlas

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Llegó el Madrid este sábado por la tarde al hotel Bellavista, en la zona de las pedreras de Girona. Con la expedición viajó también el presidente, Florentino Pérez, que no suele hacerlo el día anterior con la plantilla. Había un poco más de un centenar de aficionados, un perro fucsia y un par de banderas de España esperando a la expedición blanca. “Visca, visca, visca, Cataluña es madridista”, cantaban. Dos furgonetas y un coche de los Mossos vigilaban uno de l...

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Llegó el Madrid este sábado por la tarde al hotel Bellavista, en la zona de las pedreras de Girona. Con la expedición viajó también el presidente, Florentino Pérez, que no suele hacerlo el día anterior con la plantilla. Había un poco más de un centenar de aficionados, un perro fucsia y un par de banderas de España esperando a la expedición blanca. “Visca, visca, visca, Cataluña es madridista”, cantaban. Dos furgonetas y un coche de los Mossos vigilaban uno de los accesos al hotel. La expedición blanca salió de Barajas a las siete de la tarde y no cambió su protocolo habitual de viaje. La seguridad (cuatro personas) fue la misma de siempre ante el partido de esta tarde (16.15, beIN LaLiga). En el hotel se encargó otra seguridad privada. A mediodía y con temperaturas de final de verano, la gente llenó las terrazas del casco histórico. El viernes empezaron las fiestas de Sant Narcís en Girona y en los restaurantes era complicado encontrar una mesa libre. De los balcones colgaban las senyeras y carteles con el lema “Democracia”. Iban aumentando a medida que se acercaba el ayuntamiento.

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En el restaurante Plaça del Vi se dio un baño de masas Carles Puigdemont, que al llegar se hizo una foto con el equipo júnior del Basquet Girona. En el casco histórico se hablaba de si saldría o no del restaurante. De eso y de una Catalunya lliure. Ni una palabra sobre el partido entre Girona y Real Madrid de este domingo. Sí habló de ello Machín, técnico del conjunto catalán recién ascendido. “La afición de Girona es súper-respetuosa, super-cívica, y está deseosa de ver fútbol de Primera División”, dijo ayer en la rueda de prensa previa al partido.

Como ya hiciera el día anterior la alcadesa Marta Madrenas, aseguró que no había ningún motivo para que hubiera tanta alarma sobre una posible suspensión del encuentro. Lamentó, eso sí, que la tensión política de los últimos días haya dejado en un segundo plano el mérito del Girona por haber conseguido ascender y enfrentarse a rivales de la categoría del Madrid.

“Me sabe un poco mal que en un momento que debería de ser de reconocimiento de estos méritos se hable más de lo extradeportivo”, se quejó la alcaldesa. La actualidad política se ha comido en las últimas semanas a la deportiva.

A Zidane se le cambia la cara cada vez que le preguntan por la situación catalana. Hace semanas intentó zanjar el tema diciendo que él tenía su opinión pero que, a diferencia de otros, no la iba a expresar en una sala de prensa porque ese era un espacio en el que únicamente hay que hablar de fútbol. La aplicación del 155 y la declaración de independencia, sin embargo, han cambiado el guión de las preguntas en las comparecencias del técnico francés. “Vamos a jugar un partido de fútbol”, dijo el jueves después de la victoria en Copa contra el Fuenlabrada cuando le preguntaron por la seguridad del encuentro. “Hay mucho ruido alrededor y no me meto. Mañana jugamos a las 16.15. Veo solo una cosa, el partido de mañana. Pensamos en eso, es lo que me importa. Y nada más”, declaró ayer.

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