La vida después de la muerte

20 años después de una de las mayores tragedias del Everest, se publica en castellano la historia de Beck Weathers, dado por muerto en la montaña

Portada del libro "Dado por muerto", de Beck Weathers.

Desde el mismo momento en el que Beck Weathers apareció como un espectro, (manos y cara congeladas, tropezando camino de las tiendas de campaña plantadas a 8.000 metros de altitud) su increíble historia resultó carne de libro. 20 años después, acaba de estrenarse la película Everest, que recoge su drama y en la que el actor Josh Brolin da vida a su personaje. Pero lo más importante es que la editorial Kailas ha traducido el texto de Weathers al castellano. Médico de prestigio y montañero por...

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Desde el mismo momento en el que Beck Weathers apareció como un espectro, (manos y cara congeladas, tropezando camino de las tiendas de campaña plantadas a 8.000 metros de altitud) su increíble historia resultó carne de libro. 20 años después, acaba de estrenarse la película Everest, que recoge su drama y en la que el actor Josh Brolin da vida a su personaje. Pero lo más importante es que la editorial Kailas ha traducido el texto de Weathers al castellano. Médico de prestigio y montañero por accidente (o necesidad), Beck Weathers aceptó escribir su historia, pero no la que le pedían. Además, tardó cuatro años en entregar el manuscrito, y en él se alude solo de pasada a los hechos que durante casi dos décadas fueron bautizados como ‘la mayor tragedia del Everest’. En la primavera de 1996, una tremenda tormenta destrozó dos ascensiones guiadas, segando las vidas de ocho personas que descendían desde la cima más elevada del planeta. Weathers, tumbado de bruces en la nieve, un cadáver en apariencia, fue abandonado. Nadie se explica cómo pudo despertar y dar con el campo de altura. Pero el autor de Dado por muerto no busca recrearse o iluminar el camino del milagro, sino explicar cómo llegó a ser un cadáver, en vida, y también en las laderas del Everest.

Una depresión le alejó de sí mismo y de su familia. Weathers halló consuelo en la montaña, un refugio contra sus pensamientos suicidas, el medio también donde alimentar una autoestima en las últimas y donde mitigar una inseguridad galopante. Cuando viajó al Everest, su matrimonio caminaba sin remedio hacia el divorcio, así que encontró en su improbable ‘resurrección’ la última oportunidad de aferrarse a los suyos. Su texto sería la catarsis para no perderlo todo. El libro sorprende por su franqueza brutal y está escrito, a ratos, mediante varias voces, como si la honestidad buscada necesitase el verbo y la complicidad del resto de protagonistas. No se trata de un libro de montaña. Es el libro de las segundas oportunidades, esas que solo los afortunados que aprenden a manejarlas saborean como es debido.

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