De los Bryan a los López

Tras conquistar Roland Garros y batir a la mejor dupla de la historia, Marc y Feliciano catapultan al dobles español. Su pulso contra Carreño-García López garantiza una pareja española en la final

Feliciano y Marc, tras vencer a los Bryan.Alex Goodlett (AFP)

España, con una tradición marcadamente singlista, parece haber hallado una veta en un territorio dominado por otras potencias del tenis como Australia, Estados Unidos o Francia, que históricamente han acaparado el mayor número de éxitos en el dobles. A pesar de haber contado con buenos especialistas, a España casi siempre se le ha resistido el formato, a excepción de algún que otro fogonazo esporádico, como el triunfo de Sergio Casal y Emilio Sánchez Vicario en el Roland Garros de 1990, o las platas de Vivi Ruano en ...

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España, con una tradición marcadamente singlista, parece haber hallado una veta en un territorio dominado por otras potencias del tenis como Australia, Estados Unidos o Francia, que históricamente han acaparado el mayor número de éxitos en el dobles. A pesar de haber contado con buenos especialistas, a España casi siempre se le ha resistido el formato, a excepción de algún que otro fogonazo esporádico, como el triunfo de Sergio Casal y Emilio Sánchez Vicario en el Roland Garros de 1990, o las platas de Vivi Ruano en los Juegos Olímpicos de 2004, junto a Conchita Martínez, y 2008, con Anabel Medina. Sin embargo, en este 2016 la tendencia se está transformando.

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“Y existe un denominador común: Marc López”, precisa Ruano, en referencia al hombre de la eterna sonrisa y que a la chita callando ha ido haciéndose un hueco en la historia del tenis patrio, dignificando una modalidad que tiene arraigo en las escuelas, pero que se proyecta muy poco de cara al gran público. “La gente no le presta tanta atención porque apenas se ve en la televisión”, dice Vivi; “aquí se le da poca cobertura mediática, pero en los Estados Unidos o el Reino Unido, por ejemplo, tiene mucha repercusión. Allí, los canales emiten los partidos de dobles y las pistas se llenan…”.

El pasado 13 de agosto, muchos aficionados se preguntaban quién era ese pequeño héroe que se abrazaba con Rafael Nadal después de lograr el oro sobre el asfalto de Río. Era Marc, tipo querido en el circuito y como pocos en el equipo de la Copa Davis. Tiene 34 años, hace cuatro (2012) ya alzó el título de la Copa de Maestros en el dobles junto a Marcel Granollers y hoy día está consiguiendo que su especialidad, un tanto arrinconada, llegue a mucha más gente. “Lo que está haciendo es muy grande, algo muy importante para nuestro tenis”, añade Ruano.

Hace tres meses conquistó junto a Feliciano López el título por parejas de Roland Garros y ahora, en Flushing Meadows, ambos ya están en las semifinales. Lograron el pase al derribar el mito de los hermanos Bryan, Mike y Bob, algo así como la dupla más exitosa de la historia del tenis, con 16 títulos del Grand Slam a sus espaldas. Tumbaron a los estadounidenses, a los que ya derrotaron en París, y ahora tienen una cita con Pablo Carreño y Guillermo García-López, que se deshicieron del polaco Lukasz Kubot y el austríaco Alexander Peya (7-6, 6-7 y 6-4); es decir, sí o sí, España tendrá una pareja en la final del dobles.

“Marc es el mejor compañero posible”, asegura Feliciano. “Lee muy bien los partidos, estudia mucho a los contrarios y sabe compenetrarse bien. Es un gran jugador de dobles”, agrega Ruano. “Feli es un fenómeno”, devuelve el elogio el barcelonés, feliz y dicharachero, con nueve series de la Copa Davis desde su estreno, en 2012. De López a López. De los Bryan a los López.

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