Adiós precipitado de Muguruza

Tras su éxito en Wimbledon, la hispano-venezolana pierde frente a Konta (7-6, 6-7 y 6-2, en 3 horas y 23 minutos) y se despide del torneo después de cometer 59 errores no forzados

Muguruza devuelve una bola ante Konta.Jerry Lai

Es la cruda realidad del tenis, un deporte atado al presente más inmediato, que rara vez mira atrás y que vive a un ritmo frenético, día a día. En julio, Garbiñe Muguruza vivía un sueño. Con solo 21 años, la hispano-venezolana alcanzó la final del santuario de Wimbledon y accedió al noveno peldaño de la WTA. Ahora, tan solo dos meses después, la caraqueña se dio de bruces contra esa máquina de volatilizar ilusiones que es su deporte. Cayó por 7-6 (7-4), 6-7 (4-7) y 6-2 ante la británica Johanne Konta y se despidió d...

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Es la cruda realidad del tenis, un deporte atado al presente más inmediato, que rara vez mira atrás y que vive a un ritmo frenético, día a día. En julio, Garbiñe Muguruza vivía un sueño. Con solo 21 años, la hispano-venezolana alcanzó la final del santuario de Wimbledon y accedió al noveno peldaño de la WTA. Ahora, tan solo dos meses después, la caraqueña se dio de bruces contra esa máquina de volatilizar ilusiones que es su deporte. Cayó por 7-6 (7-4), 6-7 (4-7) y 6-2 ante la británica Johanne Konta y se despidió de Nueva York en la segunda ronda.

El pulso, un maratón de tres horas y 23 minutos -el más largo del individual femenino del torneo desde 1970-, fulminó las esperanzas de Muguruza de refrendar su despegue en Londres. Desde su gesta en el All England Club, los indicios no han sido nada positivos. Garbiñe ha jugado cuatro partidos (uno en Toronto, otro en Cincinatti y dos en Flushing Meadows) y solo ha podido lograr una victoria, la del estreno neoyorquino ante Carina Witthoeft.

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Asesorada ahora por Conchita Martínez, presente en la grada de la pista 17, después de la ruptura con su técnico de los últimos cinco años, Alejo Mancisidor, la hispano-venezolana completó un partido muy errático frente a Konta, 97ª en el ránking de la WTA y que accedió al cuadro final a través de la fase previa. La británica (nacida en Sydney) se adjudicó el primer set en el tie-break y encontró réplica en el segundo, pero en la manga definitiva no le dio opción a Muguruza.

Lejos de esa versión londinesa en la que combinó hambre y control, Garbiñe completó un partido plagado de errores. En total, 59 no forzados (por los 34 de su adversaria); una barbaridad. De nada le sirvieron sus 45 winners (36 de Konta). Volvió a actuar de forma excesivamente visceral y lo pagó con el adiós. Toca poner el contador a cero.

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