El 'gallo' Ronaldinho

El brasileño fue presentado como jugador del Querétaro, un equipo mexicano de la zona baja de la tabla al que quiere "hacer campeón"

Ronaldinho, este viernes con la camiseta del QuerétaroAFP

Cualquiera que no conociera a Ronaldinho (Porto Alegre, 1980) pensaría que estaba ante un meritorio y no frente a un futbolista en el ocaso de su carrera. "Quiero continuar mi historia aquí y conquistar algún título", dijo el brasileño este viernes durante su presentación en México como futbolista de Los Gallos Blancos, un equipo de la zona baja de la tabla que juega en la ciudad de Querétaro, a dos horas en coche de la capital. Más flaco que de costumbre y con una cinta en el pelo, el jugador que llegó desempleado hace una semana al país norteamericano para participar en un evento del magnate...

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Cualquiera que no conociera a Ronaldinho (Porto Alegre, 1980) pensaría que estaba ante un meritorio y no frente a un futbolista en el ocaso de su carrera. "Quiero continuar mi historia aquí y conquistar algún título", dijo el brasileño este viernes durante su presentación en México como futbolista de Los Gallos Blancos, un equipo de la zona baja de la tabla que juega en la ciudad de Querétaro, a dos horas en coche de la capital. Más flaco que de costumbre y con una cinta en el pelo, el jugador que llegó desempleado hace una semana al país norteamericano para participar en un evento del magnate Carlos Slim, por fin encontró acomodo. Y no parece que venga de carnaval: "Me falta ganar algo acá, así que hay que ir a conquistar algo". 

La llegada del que fuera considerado el mejor jugador del mundo en 2005 cuando jugaba en el Barcelona ha levantado una gran expectación en la liga mexicana. La incógnita es si se trata de una contratación solo pensada desde el punto de vista del marketing. "Está muy fuerte. Necesita una preparación especial pero mucho mejor de lo que la gente imagina", rebaten en los despachos de su nuevo club, donde en principio jugará los dos próximos años.

Ronaldinho Gaúcho, en un hotel de cinco estrellas del DF, no rehuyó las preguntas sobre su estilo de vida despreocupado, una actitud que le costó apearse de la élite antes de lo que el aficionado hubiera deseado: "Soy joven, disfruto de la vida". El mismo día que fue contratado fue visto en un bar-restaurante de moda, El Broka, en la colonia Roma de la Ciudad de México. Al acabar la rueda de prensa se marchó a toda prisa a su nueva ciudad, donde estaba previsto que pasara el reconocimiento médico.

La incógnita es si se trata de una contratación solo pensada desde el punto de vista del marketing

El club que lo recibe, El Querétaro, está desbordado con la llegada del jugador. Se han multiplicado las peticiones de entradas, pases de prensa y entrevistas. Los directivos han estado buscándole casa a Ronaldinho, y se debatían entre acomodarlo en una mansión en alquiler o construir una nueva en unos terrenos situados en una zona exclusiva. Su adaptación en el vestuario se antoja fácil, hay otros seis brasileños en el equipo. Querétaro es una ciudad de arquitectura colonial, de buen clima y pequeña (1,8 millones de habitantes) en estándares mexicanos. Al teclear en Google el nombre de la ciudad ya aparece en la tercera entrada una foto del brasileño con su característico gesto surfero. 

La prensa mexicana lleva toda la semana especulando sobre los equipos a los que fue ofrecido el jugador, cuyo hermano, Roberto de Asis, ya jugó en la liga mexicana en 1999. "He tenido posibilidades de estar en equipos de casi todas partes del mundo, pero siempre he tenido ganas de vivir aquí y quiero continuar mi historia. En todos los equipos en los que he jugado he salido campeón, soy un jugador con mucha ambición, quiero hacer historia en el club y estoy muy motivado", se reivindica Ronaldinho.

La idea de los directivos era que jugara este viernes aunque fuera cinco minutos ante su público, frente a El Puebla, en La Corregidora, el estadio en el que Emilio Butragueño hizo cuatro goles a Dinamarca en el Mundial de México 86. Finalmente no lo hará. "Acabo de llegar", se excusó Ronnie. Habrá que esperar para ver al nuevo gallo del palenque. 

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